La indiscutible victoria de Nemo llevó de nuevo el Festival a tierras helvéticas, que no lo habían acogido desde 1989, tras la famosa victoria de Céline Dion en el año anterior. Cuatro ciudades se postularon como sede del evento: Zurich, Berna, Ginebra y Basilea. La elección final quedó entre Ginebra y Basilea, siendo esta última la escogida, aunque sólo tras la aceptación por parte de su población en un referéndum, celebrado en noviembre de 2024 en el cantón Ciudad de Basilea, donde dos terceras partes de sus habitantes con derecho a voto se manifestaron a favor de celebrar el Festival. 

El certamen contó con tres presentadoras, aunque una de ellas, Michelle Hunziker, sólo estuvo en la final. Las dos semifinales fueron copresentadas únicamente por Hazel Brugger y Sandra Studer, quien además había participado como cantante en 1991 bajo el nombre de Sandra Simó. 

Las postales mostraron a los representantes de cada país en diferentes puntos de Suiza, en los que conocían a un habitante local que les animaba a participar en algunas de las tradiciones suizas o a disfrutar de algunos de los lugares más emblemáticos de su territorio. 

Un total de 37 países tomaron parte en esta edición, el mismo número que en los dos años anteriores, pero con la retirada de Moldavia y el retorno de Montenegro. En cada semifinal se escogió de nuevo a los vencedores únicamente por televoto de los países participantes, los tres países del Big Five que actuaban en cada una, así como los votos emitidos por los habitantes del resto del mundo, que se contabilizaron y sumaron como los de un país más. 

En la final, las votaciones se repartieron entre jurado y televoto. Los votos del público se empezaron a recoger de nuevo antes de la actuación del primer país en la gala, ya que todas las canciones habían podido ser escuchadas íntegramente en una semifinal u otra. 

Identidad visual

Dado que se había decidido que el logo y eslogan de Eurovisión se mantendrían invariables en cada edición del Festival, sólo cabía esperar a conocer la identidad visual que los organizadores darían a la edición suiza. El tema se tituló Unity Shapes Love, y se basó en el uso del corazón de Eurovisión como elemento distintivo, que creaba mosaicos para presentar a cada país, simbolizando la unidad de las personas a través de la música, y era la imagen original de las banderas de los países en las votaciones finales. 

La pieza musical creada para la ocasión se tituló See You Radiate, e incorporaba música tradicional suiza, como el canto yodel. Se ha planteado la posibilidad de que éste sea el tema también para futuras ediciones, con pequeñas variaciones de cada país. 

Este año el Festival también contó con la creación de una mascota, Lumo, un gran corazón antropomorfo. Sin embargo, no pudo verse en ninguno de los tres eventos: ni en las semifinales ni en la final. 

La Gran Final

En lo musical, 2025 se consideró de nuevo como uno de los festivales más abiertos de la historia, con varios países considerados favoritos. Uno de ellos fue el vencedor final, Austria, que con su representante JJ y su voz operística, se alzó con el primer puesto de los jurados y el cuarto en el televoto, lo que le permitió levantar el micrófono de cristal al final de la gala. En segunda posición quedaría Israel, que disputó la victoria a Austria hasta el último segundo, aupada por un televoto masivo a su favor, gracias a la campaña propagandística financiada por el propio gobierno israelí en toda Europa. El top-3 se vio completado por el participante más internacional del certamen, el estonio Tommy Cash y su Espresso Macchiato

En referencia a los cantantes, cabe destacar que en este Festival se cumplió más que en cualquier otro el eslogan oficial United by Music, ya que muchos no eran originarios del país por el que actuaron. Abor y Tynna eran austríacos representando a Alemania, Go-Jo de Australia tiene doble nacionalidad franco-australiana, Adonxs cantó por Chequia, pero es eslovaco, el croata Marjo Bošnjak nació en Bosnia-Herzegovina, Emmy cantó por irlanda siendo originaria de Noruega, el neerlandés Claude nació en el Congo, el italiano Gabry Ponte fue la voz de San Marino, y los finlandeses KAJ representaron a Suecia. 

A nivel lingüístico, la edición de 2025 fue la más diversa desde la introducción de la libre elección de idioma en 1999, ya que pudieron escucharse hasta 17 lenguas distintas en la final, y cabe destacar que de las once canciones no clasificadas, ocho estaban interpretadas íntegramente en inglés. Suecia y Alemania cantaron en su propio idioma por primera vez desde 1998, y también fue la primera edición con tres canciones en italiano: Italia, San Marino y Estonia. 

La injerencia política

Si ya el Festival de 2024 se calificó como uno de los más politizados de la historia, el de 2025 también mantuvo esta consideración. El motivo fue de nuevo la presencia de la delegación de Israel, cuyo país continuaba con el genocidio y la ofensiva iniciada en el año 2023 sobre los territorios de Gaza, tras el ataque de Hamás el día 7 de octubre de ese año. En la fecha del Festival de Basilea, hasta 53.000 gazatíes habían sido asesinados por el ataque del ejército israelí, incluyendo más de 4.000 niños. En mayo de 2025 se reportaban muertes por inanición en todo el territorio de la Franja, y se consideraba que el 90% de su población se había visto desplazada de su lugar de residencia, algunos en más de una ocasión. Se habían bombardeado también hospitales y centros de acogida y salud, así como los corredores humanitarios por los que debía llegar ayuda de la Cruz Roja Internacional. 

Un mes antes del festival, RTVE solicitó a la UER abrir el debate sobre la participación del estado hebreo, y que se actuara de forma análoga a su decisión respecto Rusia y Bielorrusia unos años antes. A esta petición, se sumaron varias delegaciones, como la eslovena, la irlandesa y la islandesa. Poco antes del Festival, más de setenta antiguos participantes, incluyendo algunos ganadores, pidieron también la expulsión de Israel de la competición. Pero desde los organismos oficiales del ente europeo siempre se rechazó la posibilidad de la exclusión de la emisora KAN, con lo que su representante tomó parte en la segunda semifinal, donde avanzaría hasta la final. 

Tras el resultado en Basilea, con Israel ganando el televoto debido al uso de publicidad institucional reconocida por el Gobierno israelí para fomentar el voto en toda Europa, varias televisiones europeas, entre ellas RTVE, pidieron a la UER mayor transparencia y una revisión del sistema de televoto.

A destacar

Dos cantantes repitieron como representantes de su país: la montenegrina Nina Žižić, y Justyna Steczkowska por Polonia. Justyna se convirtió además en la cantante con el mayor lapso de tiempo entre dos participaciones, un total de treinta años. 

Fue la edición con más presencia de antiguos participantes en el Festival, con un total de diecisiete artistas, incluyendo a Nemo y la propia presentadora, Sandra Studer

La victoria de Austria se produjo con 436 votos, el número más reducido desde 2016, año en el que se duplicó el total que podía recibir un concursante. Nuevamente, por octava vez en los nueve años de este sistema, no coincidió el voto del jurado con el del televoto. 

Como curiosidad, Australia no se clasificó por segundo año consecutivo, quedando en ambas ediciones en el puesto 11 con 41 puntos. 

En el lado positivo, Ucrania se mantuvo como el único país que siempre ha superado la semifinal, Noruega lo consiguió por octavo año consecutivo, y Lituania por quinto, cantando además en cuatro de las cinco ocasiones en lituano. Dinamarca rompió una racha de cuatro ediciones sin pasar a la final. 

Italia y Suecia consiguieron ocupar de nuevo un puesto en el top-10. Italia lo ha logrado en trece de sus últimas quince participaciones, con una victoria, y Suecia en trece de las últimas catorce ediciones, con tres victorias. Un palmarés envidiable en ambos casos. 

En el lado negativo, Serbia rompió una racha de clasificaciones de seis años, al no conseguir su pase. Montenegro tampoco alcanzó la final por sexto año consecutivo.

En el apartado de ceros, Islandia no obtuvo ningún punto por parte del jurado profesional, aunque fue votado por el público, y acabó en penúltima posición. 

La suiza Zoë Më, anfitriona del concurso, obtuvo un cero del televoto, pero su gran valoración por parte de los jurados le permitió auparse hasta el puesto 10 y por lo tanto ocupar un puesto en el top-10 final, proeza que nadie había conseguido sin puntuar en uno de los dos apartados. 

El Reino Unido obtuvo un cero del televoto por segundo año consecutivo, con lo que ostenta el dudoso honor de ser el país con más ceros en una final, con un total de cuatro (tres en televoto y uno en jurado).