El sistema elegido por la UER para participar en la 39ª edición manteniendo en 25 el número de participantes fue eliminar a los últimos 7 países de la edición anterior. Italia y Luxemburgo no argumentaron sus ausencias, dejando fuera ‘solo’ a los cinco últimos del 93. Debutaron Eslovaquia, Estonia, Hungría, Lituania, Polonia, Rumanía y Rusia. Tras la aventura campestre de Millstreet, Dublín se afianzó como sede en su Teatro Point e Irlanda fue el primer país en organizar dos festivales seguidos… y tres. Contra pronóstico, los irlandeses volvieron a ganar, y arrasando batieron el récord de puntos.

La Gran Final

La espectacular entrada de los presentadores descendiendo al escenario que representaba el Dublín del futuro no fue nada comparada con el espectáculo del intermedio. Riverdance pasaría a la posteridad en el mundo escénico. Reino Unido y Alemania aparecían como favoritas, pero en las votaciones comenzó arrasando Hungría con 3 doces seguidos, algo nunca visto. Irlanda pronto aceleró y solo le hizo sombra lejana otra debutante, Polonia. Por primera vez ganaba un dúo masculino y una canción sin orquesta.

Lo más destacado

– Repetían cuatro mujeres: la noruega Elisabeth Andreassen, la sueca Marie Bergman, la chipriota Evridiki y la islandesa Sigga.
– Polonia cantó en inglés en el ensayo general que ven los jurados. Seis delegaciones protestaron pidiendo su expulsión, pero en las normas se requerían la mitad más uno de participantes y Edyta Gorniak pudo cantar -en polaco- en la final.
– Por primera vez se conectaba por satélite y no por línea telefónica con cada portavoz del jurado, pudiendo así verles las caras.
– Lituania obtuvo un 0, engrosando la lista de debutantes que quedan últimos.
– Francia fue el primer país en pronunciar una palabrota en la letra de su canción: “putain”.