La undécima edición volvió al Gran Ducado tras el incontestable triunfo de France Gall en Nápoles. La canción se vendió por millones y abría una nueva etapa con un considerable aumento de temas más comerciales alejados del clasicismo que había imperado hasta entonces. De nuevo fueron 18 los países participantes y al igual que en el 62 los estudios de Villa Louvigny en la capital luxemburguesa acogieron el evento que obligaba por primera vez, tras el caso sueco del 65, a cada participante a usar una lengua nacional en su actuación. Paradójicamente, Austria ganó con un título en francés: Merci, Chérie de Udo Jürgens.

La gran final

Muchos de los 18 países trajeron ritmos comerciales. El gran favorito era el italiano Modugno, en su tercera intentona. Sin embargo, sus diferencias con la dirección musical del evento casi provocan su retirada, la organización aceptó a regañadientes que usara su propio arreglo orquestral que prescindía de la orquesta… y obtuvo uno de los ceros más sonados de la historia. La votación resaltó los vecinismos de norte y sur dando a suecos, noruegos y belgas resultados que tardarían años en mejorar. Por contra Francia, Italia y Mónaco se llevaron batacazos inéditos. Al final, Austria gustó a todos y ganó.

Lo más destacado

• Repetían dos artistas y además era la tercera vez para ambos: uno ganó -Udo Jürgens- y otro fue último -Modugno.
• Italia y Mónaco se llevaron un cero. Sería su primera y única vez en la historia.
• Primera vez que un representante es de raza negra: la holandesa Milly Scott, que además fue la primera en no cantar con pie de micro.
• Primera vez que una mujer canta en pantalones: la noruega Åse Cleveland.
• Primera vez que un tema es acompañado de un número coreografiado: Dinamarca
• Se utilizaba el sistema de votación de 1964 por última vez.