Mucho se ha hablado del precio del televoto durante el BenidormFest y los bajos niveles de participación. Para este blog nos valemos de conceptos económicos para entender el impacto del precio en el televoto. ¿Cuál es el precio en otros países? ¿Qué pasa si varía el precio? Y más importante, ¿qué es lo óptimo? That’s rich!
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EL PRECIO DEL TELEVOTO EN ESPAÑA Y EL RESTO DE EUROPA
El precio del televoto en el BenidormFest se ha mantenido constante en sus 3 ediciones: 1,45€ el SMS y las llamadas a 1,45€ desde red fija y 2 € desde red móvil, todos estos precios con impuestos incluidos. Si tenemos en cuenta la inflación, de un 5,8 en enero de 2023 y 3,4 en enero de 2024; los recaudadores no han querido recuperar el poder adquisitivo subiendo el precio de acuerdo con la inflación. Respecto a los consumidores, ante el aumento de los salarios, se ha hecho más accesible votar, pero como la inflación ha aumentado el resto de los precios en una proporción mayor, nuestro ahorro se ha visto reducido así como el gasto en un bien de lujo como es el de votar en el BenidormFest.
En cuanto al número de votos recibidos, en la final de 2022 el certamen se estrenó con unos 192.000 votos (de los cuales alrededor de 130.000 fueron para Tanxugueiras), mientras que en 2023 fueron unos 35.000. Este año ha continuado su caída y no ha alcanzado ni los 26.000. Es decir, por el lado de los precios, el no haberlos subido de acuerdo a la inflación no ha incentivado el consumo de votos. También han disminuido con respecto a 2023 a pesar del incremento en la audiencia.
Para hacer una comparativa a nivel europeo me he dado un baño de preselecciones para localizar el coste de votar en algunas de ellas. No están todas, es solo una aproximación con aquellas en las que me ha sido más fácil dar con el dato. En el siguiente gráfico se muestra esta recopilación de 7 preselecciones europeas, como Sanremo o el Eestilaul. Se muestra en cada caso el coste del medio más barato, que en todos los ejemplos ha sido por SMS y en los casos en que he podido suponerlo, con impuestos incluidos.
Recuerda que puedes ampliar todas las imágenes haciendo clic en ellas
El coste de votar tiene un rango amplio, desde los 0,20 céntimos en el Dora croata hasta el BenidormFest y sus 1,45 €. Es decir, votar en España es 7 veces más caro que votar en Croacia. Es verdad que para un análisis más riguroso deberíamos tener en cuenta cuestiones como la riqueza de cada país, la audiencia o la propia financiación de las emisoras.
No obstante, llama la atención que el coste de votar en el Festival da Cançao portugués sea la mitad que en España o en el Sanremo italiano sea un tercio, siendo estos países más similares al nuestro.
EL PUNTO DE EQUILIBRIO: OFERTA Y DEMANDA
En el mundo capitalista en el que vivimos, los precios se deciden en los mercados, entendidos como el lugar en el que se encuentran la oferta y la demanda. La oferta es lo que los productores están dispuestos a ofrecer según los precios y viene definido, en buena parte, por sus costes. A mayor cantidad, mayor precio y viceversa. La demanda, en cambio, es lo que los consumidores están dispuestos a consumir según los precios y viene dada por los gustos y preferencias, entre otros. A mayor precio, menor cantidad demandada y viceversa.
Ahí donde la oferta y la demanda se cruzan, se llama el punto de equilibrio. Este es el punto en el que, como si de una negociación se tratase, oferta y demanda se ponen de acuerdo en un precio y una cantidad. Así es como se fija el precio de todo tipo de bienes como tu móvil, el café de la mañana o las entradas para Eurovisión.
Esto es lo que se representa en la imagen anterior y que es la base de múltiples modelos económicos mucho más complejos.
EL MERCADO DEL TELEVOTO: UNA DEMANDA SENSIBLE
El modelo anterior es una simplificación. Pero, ¿cómo es la oferta y la demanda en el mercado del televoto? La oferta, a corto plazo, en realidad es el precio que la organización establece. No importa cuántos mensajes y llamadas puedan recibirse, el precio es el mismo en todo caso. Por tanto, podemos representar esta oferta como una línea recta horizontal: el precio es el mismo se vote cuanto se vote.
La demanda está mucho más elaborada. La demanda es una agregación de todos los usuarios y de sus condiciones. Sin duda uno de los elementos más importantes será el nivel de riqueza de todos los demandantes. En España, la clase media es la más común, un 55% según datos de la OCDE. Por tanto, la curva de demanda describe la forma que se ve en la imagen inferior, convexa en el origen.
Esta forma de la demanda implica que una variación del precio afecte mucho a la oferta cuando incluya o excluya a estas clases medias. Cuanto más accesible se haga el precio, más se disparará el número de votos recibidos, pero este incremento será mayor cuando alcance a la mayor parte de la población.
En este sentido, el precio actúa como un sesgo del nivel económico y excluye a las clases menos pudientes de poder participar en el televoto.
Obviamente existen más factores que pueden influir en la demanda, como el interés en el concurso o la percepción de la utilidad del televoto, que es uno de los aspectos que también están cuestionados hoy en día.
PARA SABER MÁS… EL IMPACTO EN EUROVISIÓN
En este artículo de ESCInsight de 2023 Estonia’s Expensive Televote And How It Changes The Contest se analiza el impacto del elevado precio del televoto en Estonia, comparándolo con el resto de Europa, y el efecto en las canciones que votan los estonios en Eurovisión.
EL DILEMA DEL TELEVOTO: LA UTILIDAD
Otro concepto muy empleado en la teoría económica es la utilidad. Imagina que vienes de correr una maratón y estás sediento. El primer trago de agua te causará una enorme satisfacción y el siguiente seguramente también. Pero a partir de un determinado punto empezarás a estar saciado y beber algo más no te reportará mayor beneficio, hasta tal punto de que si siguieras bebiendo podría sentarte mal.
En el siguiente gráfico hemos representando la utilidad y la cantidad de un bien consumido, como pueden ser los votos emitidos en el BenidormFest. Estudiemos que implica la forma de U invertida que tiene está función de utilidad.
Si solo votase una persona, el televoto sería inútil, no representaría a la sociedad española. Esto es lo que podría ocurrir si el precio del televoto es muy elevado y solo votasen 3 o 4 ricos (el sesgo económico que decíamos antes). Además, el efecto marginal de cada voto es mayor cuanto menor es el número total de votos. Esto significa que un solo voto puede cambiar más los porcentajes cuanto menos votos haya, promoviendo la corrupción. En definitiva, un escenario con muy pocos votos es indeseable, y nos alejamos de ello cuantos más votos recibamos.
En el lado contrario, una enorme cantidad de votos recibida también puede ser problemática. Si el televoto fuera gratuito se corre el riesgo de que se organicen foros o mafias para apoyar masiva y fraudulentamente a algún candidato y el voto real quede diluido. En España ya sabemos de estas cosas. La falta de discriminación del televoto es otra consecuencia del televoto masivo. Ejemplos de ello son el televoto online de Eurovisión Junior o hace unos años el Melodifestivalen. Sus sistemas proporcionales de reparto de puntos apenas permitían al televoto tener impacto en el resultado porque los porcentajes eran muy similares entre todos los candidatos. En el Melodifestivalen esto se solucionó creando los grupos de edad. Por último, una elevada cantidad de votos puede desincentivar el voto cuando se percibe que no va a tener ninguna utilidad al ser difícil que peuda cambiar algo (efecto marginal mínimo).
Resumiendo, un bonito dilema.
¿Y QUÉ ES LO ÓPTIMO?
Según hemos visto, un televoto muy caro solo genera inconvenientes, incluso para la propia organización si no consigue alcanzar la recaudación deseada. Un televoto gratuito o muy barato tiene la ventaja de ser una democracia absoluta, que no excluya a los sectores económicos menos pudientes, pero que puede atraer otros vicios que corrompan el resultado.
Encontrar un óptimo a esta situación es tan difícil como saber que es lo óptimo. Como cuando hablábamos de los sistemas de votación: no hay un sistema perfecto, pero sí que algunos son más perfectos que otros.
El óptimo parece un punto intermedio o bien un precio incentivado, por ejemplo, si se le da un valor más elevado en el concurso, si lo recaudado se destina a un fin social, como es el caso del Melodifestivalen o si se facilita el acceso al voto vía aplicación. También se puede jugar con las cantidades: como la limitación del número de votos por persona, aunque una implementación efectiva requeriría medios más costosos.
El precio es importante, pero no la única herramienta para conseguir una participación de la audiencia que consideremos socialmente aceptable.
Tenía ganas de hacer un blog así, sin tanto número y dejando espacio a la reflexión y la teoría. Me ha parecido una ocasión inmejorable para introducir algunos términos de economía que pueden ser interesantes para ensanchar el estudio. Como es habitual, en este blog no llegamos a conclusiones cerradas sino que dejamos el debate abierto. ¿Veremos algún cambio de cara al BenidormFest 2025? ¿Cómo podría optimizarse el resultado del televoto? ¡Si os ha gustado este blog no olvidéis dejar vuestro comentario y compartirlo!