¡Hasta la vista! La UER echa definitivamente a Bielorrusia de Eurovisión
La tensión política protagonizada por el régimen bielorruso y sus relaciones cada vez más deterioradas con la UER ha alcanzado su punto máximo este miércoles, 30 de junio, con la celebración de una reunión por parte del organismo europeo en la que se ha acordado expulsar definitivamente a Bielorrusia de la entidad y, por tanto, excluir toda posibilidad de una participación del país en los certámenes de Eurovisión y Eurovisión Junior en el corto plazo. Según ha informado el portal bielorruso independiente Euroradio, la decisión ha entraddo en vigor desde ayer, 1 de julio, e impide efectivamente a la televisión del país ex-soviético todo acceso a cualquier contenido producido por la UER, tales como el intercambio de noticias, material musical, los derechos de retransmisión de eventos deportivos y musicales, así como la asesoría técnica, legal y de protección de intereses brindada por el organismo.
Con la salida de la BTRC de la corporación, Bielorrusia se queda sin ninguna entidad pública de radiotelevisión que pueda ejercer como representante en el organismo internacional. Se trata de la primera vez en la historia de la UER que un ente público es expulsado de forma indefinida, y por lo tanto que resulta excluido de Eurovisión por este mismo motivo.
LAS DECLARACIONES DE LA UER
Esta decisión no resulta sorprendente a la luz de la sucesión de acontecimientos acaecidos durante los últimos meses. Desde la celebración de las elecciones presidenciales el pasado mes de agosto de 2020, marcadas por unas intensas protestas y movilizaciones ciudadanas contra el presumible fraude electoral llevado a cabo por el presidente Aleksandr Lukashenko, quien se mantiene en el poder de forma ininterrumpida desde 1994, la situación de los derechos políticos y las libertades civiles en el país se ha deteriorado en grado sumo, con encarcelamientos numerosos y la marcha del país de los principales líderes de la oposición. La situación se recrudeció todavía más cuando a finales del mes de mayo, apenas unos días después de la celebración de Eurovisión 2021, el gobierno bielorruso ordenó el desvío de un avión que, en su rumbo a Lituania, transitaba por su espacio aéreo, forzando su aterrizaje y deteniendo a uno de los pasajeros a bordo, el destacado activista y opositor Roman Protasevich. Las unánimes condenas de la comunidad europea no se hicieron esperar, y la decisión del pasado miércoles supone el culmen de las mismas.
Ya en mayo, la UER emitió un comunicado tras el arresto de Protasevich afirmando que:
“La UER ha estado supervisando de cerca la supresión de la libertad de prensa en Bielorrusia y ha reclamado sistemáticamente a la BTRC que, en calidad de miembro de la UER, debe defender nuestros valores centrales de libertad de expresión, independencia y rendición de cuentas. Desde las disputadas elecciones del verano pasado, hemos estado abogando por la protección del periodismo independiente y la libertad de expresión en el país. Hemos apoyado públicamente a periodistas de la BTRC que han estado protestando contra las interferencias del gobierno. También hemos supervisado la cobertura de la BTRC y hemos comunicado nuestras preocupaciones a su dirección.
Durante las últimas semanas, nos hemos sentido especialmente alarmados por la emisión de entrevistas aparentemente obtenidas bajo coacción. También hemos supervisado otras emisiones de la BTRC en este sentido que han suscitado otras preocupaciones serias y bastante excepcionales. A la luz de estos sucesos anómalos, la Junta Ejecutiva no tiene otra opción que proponer la suspensión de la membresía de la BTRC en la UER”.
Es esta suspensión de membresía la que ha terminado por hacerse efectiva y definitiva en la reunión celebrada el pasado miércoles.
LA RESPUESTA DE LA BTRC
Por su parte, la televisión pública bielorrusa ha respondido a las noticias del organismo europeo con su habitual fanfarronería y desdén, emitiendo un extensísimo comunicado en el que llegan a incluirse lindezas tales como la formulación de analogías comparativas entre el funcionamiento actual de la UER y la URSS de Leonid Brezhnev, por el monolitismo en sus procesos de toma de decisiones. Asimismo, desde el ente nacional se ha afirmado que “al principio queríamos dejar la Unión nosotros mismos, y hubiese sido bueno, pero toda farsa debe llevarse a su clímax”, justificando de este modo su espera hasta conocer la decisión formal de la UER.
En sus declaraciones, la BTRC minimiza también las violencias políticas cometidas contra Protasevich y otros disidentes contrarios al gobierno, y se enorgullecen de la prohibición de participar en Eurovisión, comentando que “somos nosotros los que abandonamos [el certamen] con una sonrisa y cumpliremos el sueño de la mayoría de bielorrusos, por lo que nunca más participaremos en Eurovisión”. Cabe destacar que, desde el inicio de las protestas, diversos abanderados del país en el concurso europeo se posicionaron abiertamente en contra de Lukashenko y su partido. En este grupo podrían encontrarse a VAL (2020), NaviBand (2017) o Litesound (2012). La única representante bielorrusa en Eurovisión que se ha mostrado públicamente afín al gobierno, por su parte, ha sido Alyona Lanskaya (2013).
BIELORRUSIA EN EUROVISIÓN 2021
Bielorrusia ha participado ininterrumpidamente en Eurovisión desde su debut en 2004 hasta la cancelada elección de 2020. Su mejor clasificación histórica hasta el momento se corresponde con el sexto puesto de Koldun y Work your magic en Helsinki 2007. Tras la inestabilización de la situación política con las elecciones de agosto, el gobierno bielorruso desautorizó al dúo VAL, vencedor de la preselección en 2020, a volver a participar por el país en 2021. En su lugar, y tras un insólito secretismo fuertemente contrastante con las eternas preselecciones públicas organizadas en ediciones anteriores, la BTRC optó por la elección de un grupo creado tras las elecciones de agosto, Galasy ZMesta (Voces del pueblo) que, autodefiniéndose como auténticos patriotas, presentaron hasta dos canciones diferentes con claros tintes políticos, rozando el propagandismo sobre el régimen de Lukashenko. La expulsión de la edición de 2021 por parte de la UER se ve ahora reforzada por la expulsión permamente del organismo internacional, y convierte en altamente improbable un regreso de Bielorrusia a Eurovisión en el corto o medio plazo.
Conversación
Lo siento mucho por los miles ciudadanos bielorrusos que no tienen culpa de tener semejante gobierno, y que son eurofáns como el que más, pero lo demás, que cierren la puerta al salir.
Aunque l expulsión esté más que justificada, siento mucho que se llegue a este extremo. Para mí es una triste noticia, pensando en Europa, la música y los ciudadanos bielorrusos seguidores del ESC.
Por una parte comprendo su expulsión, pero por otra hay que ser sinceros, la libertad de expresión ha de ser siempre aceptada y respetada, venga de donde venga, y aunque Lukas o como se llame, lo haga de una manera(la supresión o prohibición de la libertad de expresión)notable, en otros países lo hacen igualmente de una manera callada para que nadie se entere, pero no nos engañemos, existe. Mi apoyo a los bielorrusos que no tienen nada que ver con esto y no van a poder disfrutar de su país en eu