RAK BISHVILO

Eurovisión 2013 ha elegido a sus 26 finalistas. La segunda semifinal del festival tal y como intuíamos ha sido más emocionante y sorprendente que la primera gala. Ahora solo cabe esperar a la publicación de los resultados íntegros de las puntuaciones para saber las votaciones independientes del jurado y el televoto y las conclusiones del […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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RAK BISHVILO

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Eurovisión 2013 ha elegido a sus 26 finalistas. La segunda semifinal del festival tal y como intuíamos ha sido más emocionante y sorprendente que la primera gala. Ahora solo cabe esperar a la publicación de los resultados íntegros de las puntuaciones para saber las votaciones independientes del jurado y el televoto y las conclusiones del nuevo sistema de votación.  

Noruega y Azerbaiyán, las claras favoritas de la segunda semifinal de Eurovisión 2013, consiguieron su clasificación para la gran final gracias a la mezcla de varios ingredientes, a destacar sus buenas voces y directos, temas y escenografías, dos de las más serias aspirantes a ganar el festival. 

Finlandia e Islandia completan el pleno de países nórdicos, la primera con una cantante, canción y actuación en general muy desenfadada, divertida y simpática que ha conseguido aportar frescura a la gala, y el segundo con una voz, directo y escenografía que engrandecen una de las melodías más bellas y sentidas de la edición.

Grecia y Hungría han conseguido su objetivo de captar el apoyo del público más independiente de Eurovisión, los griegos gracias a su crítica social y gamberrismo bien entendido, y el segundo por su aura dulce, sensible y tierna bajo una imagen de dejadez, sin obviar la fantástica calidad de ambas propuestas.

Georgia y Malta también lograron su predecible pase a la gran final, los primeros con una buena voz pero un nulo carisma, un tema mediocre y prototípico y una actuación hortera y predecible, todo ello envuelto en cantidades ingentes de azúcar no apto para diábeticos, y el segundo con una actuación correcta pero una telegenia que traspasa el escenario y la pantalla, un inesperado caballo negro con transmite grandes dosis de buen rollo.

ARY Macedonia, Bulgaria, Letonia y Suiza cumplieron los malos augurios, ninguno de los tres se clasificó para la gran final de Eurovisión 2013, especial y merecida mención a Esma & Lozano y Pred da se razdeni quienes pusieron en pie al estadio con su mezcla de pop y folk y modernidad y tradición, sus grandes voces y su enorme química que nos deja sin colorido en la gran final del sábado noche. 

La clasificada Armenia sobre la eliminada Albania protagonizó la primera sorpresa de la noche. Dos candidaturas de estilo e imagen similares, grandes e indiscutibles voces y correctos temas. El jurado y el televoto en esta ocasión favorecieron a la propuesta más sencilla y sobria de Armenia, incluso desapercibida para muchos en el conjunto de la gala, frente a un espectáculo completo y viual de Albania.

El segundo y último impacto de la semifinal fue Rumanía, una propuesta denostada en las casas de apuestas, votaciones y cualquier debate o corrillo eurofan que inexplicablemente se alzó con una plaza para el sábado noche. Un tema mediocre con una voz e interpretación pésima y una escenografía ridícula y vergonzante. Me pregunto que habrán visto los espectadores y los expertos en este bodrio para querer ser torturados con el una segunda noche en un arrebato sadomasoquista a la europea.

Las sorpresas negativas de la noche fueron San Marino e Israel. La candidatura de San Marino era buena y digna merecedora de la clasificación para la gran final de Eurovisión 2013 pero excesivamente sobrevalorada. Valentina Monetta tiene una buena voz e incluso mejor directo pero ningún atractivo ni gancho como artista, Crisalide (Vola) es una bonita canción de corte italiano con un llamativo cambio de ritmo pero muy poco original y peor producida y la actuación fue totalmente desaprovechada e intrascendente con una coreografia poco atractiva y lucida y un vestuario indescriptible.

Israel, finalmente, ya ha pasado a la historia como una de las mayores injusticias de la historia de Eurovisión. Una de las artistas más completas de la presente edición del festival con una voz prodigiosa, una interpretación magistral llena de pasión y sentimiento y un físico e imagen arrolladora, diferente y especial, un tema cargado de emotividad y garra, una letra que es pura poesía y una instrumentación colosal y una actuación que enamora y hechiza hasta el corazón más duro. Este injusto fracaso me hace plantearme dos preguntas. La primera si Israel, uno de los países que más calidad y personalidad ha aportado a la historia de Eurovisión, es tratado objetivamente en base a sus candidaturas o influyen factores externos como la política, y la segunda si se deben mantener esos jurados, supuestamente expertos y profesionales pero igual de injustos y tendenciosos que los espectadores, cuando penalizan auténticas joyas como esta pero apoyan bodrios de tamaño estratosférico como Bielorrusia y Rumanía.

A pesar de todo, las alegrías y las penas, las sorpresas y las decepciones, esta es la grandeza y la magia de nuestro querido festival. 

Y tan ricamente.

Malmö, a 17 de Mayo del 2013.

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