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Para Eurovisión, hay televisiones que realizan preselecciones improvisadas en el momento y otras en las que se cuida hasta el último detalle. Como veremos en este artículo, el Melodifestivalen no deja nada al azar. El orden de actuación, tan de moda últimamente, y el idioma de las canciones hablan, y mucho, de las opciones de cada participante.
LA IMPORTANCIA DEL ORDEN DE ACTUACIÓN
Según hemos demostrado ya en este blog, el orden de actuación influye en el rendimiento de los participantes en la final de Eurovisión. A partir de 2013, este orden dejó de ser mayoritariamente aleatorio para que fuera más atractivo. Esto permite a los organizadores poner las canciones a conveniencia, por ejemplo, reservando las actuaciones que crean más expectación para el final.
Melodifestivalen es la preselección de Suecia para Eurovisión. En los últimos años consiste en 4 semifinales de 7 participantes cada una. Los dos más votados pasan directos a la final y los dos siguientes van a la segunda oportunidad, el Andra Chansen. Desde 2018 se utiliza un sistema de voto por grupos de edad.
En nuestro caso, el orden de actuación en el Melodifestivalen lo deciden también los organizadores. Si miramos el histórico (a partir de 2015, con 7 participantes por semifinal) un dato llama la atención: la posición media de los que actúan séptimos, el último lugar, es un escandaloso 1,8. Solo una vez la canción que actuó séptima no llegó siquiera al Andra Chansen: Margaret con Tempo (2ª semifinal de 2019). Y solo otra vez un séptimo en el orden terminó 4º y acudió al Andra Chansen: Felix Sandman con Boys with emotions (1ª semifinal de 2020).
Por el lado contrario, el peor puesto desde el que partir es el segundo, con una media de 5,5. En Eurovisión nos pasa lo miso, el segundo puesto es, en términos absolutos, el peor puesto para actuar. En estos años solo 4 canciones de las 28 consiguieron no quedar eliminadas: John Lundvk con My turn (1ª semifinal de 2018) y Malou Prytz con I do me (2ª semifinal de 2019) se clasificaron como segundas y directas a la final, mientras que Dolly Style con Rollercoaster (4ª semifinal de 2016) y Lillasyster con Pretender (1ª semifinal de 2021) tuvieron su segunda oportunidad al clasificarse cuartas.
Cruzando ambos datos, de las 28 semifinales analizadas, solo en la 2ª semifinal de 2019 el segundo en actuar quedó por delante del último en hacerlo. Son unos datos demoledores que, como poco, deben minar la moral de los que actúan segundos.
En el siguiente gráfico se puede ver el histórico acumulado de posiciones en función de si actuaron segundos (morado) o séptimos (naranja). Se ve claramente que los que actúan séptimos mayoritariamente se clasifican directos para la final (posiciones 1ª y 2ª) mientras que los que actúan en segundo lugar se acumulan en los puestos de eliminación (del 5º al 7º).
El segundo mejor puesto para actuar, en términos absolutos, es el primero. Es una posición estratégica que los organizadores deben reservar a buenas actuaciones que enganchen al espectador y les haga ver el programa. Por ello, tienen una media de 3,6. Aquí hemos tenido un poco de todo en cuanto a resultados. En esta posición es estadísticamente peor que cantar séptimo y mejor que hacerlo el segundo. Sin embargo, no es estadísticamente mejor o peor que hacerlo en los puestos del tercero al sexto.
En esta otra categoría, del tercer al sexto lugar en el orden, las medias giran en torno a 4, que es el puesto teórico medio. Con respecto a ellas, siempre es mejor que ser el segundo en términos estadísticos, aunque con el tercero esta afirmación pierde fuerza.
En definitiva, podemos hacer 3 grupos según el orden en el que actúen: un primer grupo con los séptimos, que es sinónimo de Finalen, otro grupo con los segundos, que caerán eliminados; y otro grupo con todos los demás, que son una lotería. En otras palabras, las semifinales del Melodifestivalen tienen 2/7 de seguridad y 5/7 de emoción. Por lo menos, gana la emoción.
EL SUECO, ESE GRAN DESPRESTIGIADO
Suecia lleva muchos años sin cantar en sueco en Eurovisión, desde 1998, concretamente. Y parece que seguirá siendo así por mucho tiempo. Las canciones interpretadas en inglés terminan en semifinales en una posición media de 3,44 mientras que el promedio para aquellas en sueco es del 5,05. Tampoco están igualmente representadas y el idioma nacional aparece en una de cada 3 canciones, aproximadamente.
Aunque estén infrarrepresentadas, si quisiéramos que tuvieran las mismas oportunidades que los temas en inglés, se distribuirían aleatoriamente en el orden de actuación. Por tanto, ¿están igualmente distribuidos los dos idiomas en el orden de actuación? Pues la respuesta es no y un no rotundo.
Lo ideal sería que para cada puesto se cumpliera también que 1 de cada 3 canciones está escrita en sueco. Sin embargo, en posiciones como el segundo o el séptimo, precisamente las que hemos visto más influyentes, esto está muy lejos de cumplirse. En el siguiente gráfico podéis ver la distribución de las canciones por idioma según el puesto de actuación.
De los temas que han actuado en el segundo lugar, dos tercios han sido en sueco, es decir, el doble de lo normal. Absolutamente ninguno de ellos (18 en total) alcanzó siquiera el Andra Chansen. Como veíamos antes, los dos temas que llegaron a la final partiendo desde este puesto estaban en inglés, My turn y I do me.
Si nos fijamos en los últimos en el orden, de las 28 canciones solo 3 no tienen letra en inglés. Dos de ellas fueron interpretadas por el mismo cantante: Jon Henrik Fjällgren en 2015 y 2019 (3ª semifinal en ambos casos). Al igual que Danny Saucedo con Dandi Dansa (1ª semifinal de 2021), estas canciones se clasificaron como primeras para la final. Podemos interpretar de esto que, aunque cantar en sueco pueda estar lastrado, si lo haces el último tendrás éxito.
Como contraste, solo 1 de las 10 canciones que actuaron sextas y en sueco fue directa a la final: Magnus Carlsson con Möt mig i Gamla stan (2ª semifinal de 2015). Ni siquiera Clara Klingenström (4ª semifinal de 2021), con un buen resultado en la final, pudo conseguirlo este año.
Entre los que actuaron primeros también hay un gran desequilibrio. Solo tres semifinales de las últimas 28 se han abierto en sueco y en los tres casos fueron mínimo Andra: Samir & Viktor por partida doble en 2016 y 2018 y… Jon Henrik Fjällgren, una vez más, en la cuarta semifinal de 2017 junto a Aninia.
En resumen, se demuestra que el orden de actuación en el Melodifestivalen está muy estudiado. No obstante, al no ser un orden aleatorio, no podemos determinar qué parte del éxito o fracaso de una canción se debe a la propia canción o al orden en el que actúa. Solo con un orden puramente aleatorio se podría identificar el efecto del orden y del idioma.
Conclusiones:
– El orden de actuación y el idioma de las canciones está muy estudiado en el Melodifestivalen.
– En semifinales, el orden séptimo es sinónimo de éxito, mientras que el segundo lo es de fracaso.
– Las canciones en sueco son pocas y se las ubica en puestos con escasas posibilidades.
EXTRA: NUEVA VERSIÓN EUROLABTOP 1.1
Atendiendo a vuestras solicitudes, desde el blog hemos lanzado una pequeña mejora de Eurolabtop. Recuerda que con esta hoja de cálculo podrás guardar tus tops de Eurovisión y extraer interesantes conclusiones de ellos.
En esta versión 1.1 hemos añadido 5 años para rellenar, de 2012 a 2015, que se suman a los últimos 6 años ya disponibles (2016 a 2021). Por otro lado, en la sección de comparativa, hemos ampliado a 3 el número de países que puedes visualizar. El gráfico ahora mostrará el recorrido de los países seleccionados en los últimos 10 años.
Si ya completaste tus tops en la versión 1.0, recuerda que puedes copiarlos y trasladarlos a la versión 1.1.