Así es la emotiva historia detrás de la canción de Victoria
Es difícil mantener el título de favorita de Eurovisión, pero Victoria lo ha vuelto a hacer. La que fue preferida al triunfo el año pasado con Tears Getting Sober emociona de nuevo en esta edición con Growing Up Is Getting Old, un viaje hacia la superación personal, un tema sobre la importancia de estar cerca de las personas que más quieres, un mensaje transversal en estos tiempos tan difíciles de pandemia que la artista ha querido dedicar a su padre, diagnosticado recientemente de esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
“Nos lo dijeron hace unos meses, llegó en un momento totalmente inesperado”, comentó Victoria en sus redes sociales, además de reconocer la complejidad de gestionar tantas emociones en medio del confinamiento. La ELA es una enfermedad degenerativa que hace que los que la padecen pierdan lentamente motoneuronas que controlan músculos voluntarios. Empieza con debilidad en las articulaciones, afectando a la capacidad para comer, hablar y respirar, y acaba en una parálisis total mortal.
Después de refrendarla como su abanderada, Bulgaria abrió un focus group para escoger la propuesta que representaría al país en el certamen. Seis composiciones entraron en juego y, pese a que inicialmente Imaginary Friend era la favorita, finalmente Growing Up Is Getting Old fue la elegida: «No fue fácil, pero en ocasiones hay que arriesgar», aseveró Vasil Ivanov, jefe de prensa de la delegación, a nuestro compañero José García ‘Luka’ en un viaje de E-S a Sofía: «La artista conecta muy bien con la canción que, además, tiene uno de los mensajes más potentes».
Además de la propia letra, la puesta en escena, a cargo de Marvin Dietmann, es una montaña emocional con mucho simbolismo. Como se ha visto en los ensayos, la intérprete explica su historia encima de una roca bajo un fondo estrellado, su propio mundo interior, donde la arena que cae de sus manos describe la rapidez del paso del tiempo y está acompañada de un marco de fotos que lo explica todo, una imagen de ella de pequeña junto a su padre, “mi preferida”, dice Victoria, que concluye: “Cuando actúo siento como si estuviera a mi lado”.
La representante búlgara también ha revelado a sus seguidores las dificultades en su trayectoria musical. Su éxito inicial tras la cuarta temporada de X Factor (2015-2016) dio lugar rápidamente a una gran época de estrés. De hecho, en 2017, la pérdida de seguidores e interés del público le provocó un aumento repentino de peso y una inseguridad que ha ido trabajando con ayuda psicológica, amigos y familiares. No obstante, forzada a adelgazar por su antiguo sello, la solista dejó su compañía para emprender su camino por sí misma.
Superado el reto que supone desprenderse de aquellas cosas que nos hacen daño, llegó Eurovisión que, por así decirlo, pone el broche final a un año agridulce para Victoria. Su productora Genoveva Christova, de Ligna Studios, y la delegación búlgara la han motivado desde que fuera escogida representante a salir de la depresión y seguir adelante con su carrera. Desde entonces, haciendo honor a su candidatura, la misma reconoce haber crecido y reforzado su vínculo con su familia: “Ahora me siento más madura y segura”.
Conversación
Se parece mucho a Mari Trini, incluso la actuación es casi calcada a la de una de sus canciones...
Desde luego, su historia es lo más bonito de su candidatura y lo ha plasmado en la actuación.
Ni en mis próximas veinte mil reencarnaciones comprenderé como semejante coñiazo puede estar entre las canciones más valoradas de este año, sosa, aburrida, mediocre, intercambiable con la de Georgia, de esas baladas malas y ñoñas que pueden ser una alternativa muy eficaz al Valium 10