Segundas partes en Eurovisión que sí fueron buenas

La experiencia eurovisiva es tan apasionante que algunos artistas no se conforman con vivirla solo una vez. A lo largo de la historia, hay multitud de ejemplos de cantantes que han pisado el escenario de Eurovisión dos o más veces. Algunos como la sanmarinense Valentina Monetta o los suizos Peter, Sue & Marc consiguieron representar a su país hasta en cuatro ocasiones.

Incluso ganadores, como Jean-Claude Pascal, Dana International o Anne-Marie David no tuvieron miedo de regresar al certamen después de su victoria. Lo mismo le ha pasado a Loreen, que después de saborear las mieles del éxito en 2012, al conseguir su tema Euphoria una holgada victoria, va a volver a probar suerte este año con Tattoo, una de las canciones más escuchadas de la edición, favoritísima para las casas de apuestas y sin duda una rival a batir. La presión que Loreen tiene a sus espaldas pesa tanto como la estructura que la acompañó en el Melodifestivalen, la afamada preselección sueca, pues le puede dar al país escandinavo su séptima victoria en Eurovisión, lo que igualaría el récord de Irlanda. Consiga el doblete o no, Loreen ha demostrado ser una valiente. Y de valientes va la cosa, porque en las siguientes líneas hemos querido homenajear a estos héroes eurovisivos, en especial a los que su regreso les dio una alegría.

JOHNNY LOGAN

La única persona, hasta el momento, capaz de ganar dos festivales de Eurovisión (tres, si le atribuimos también el triunfo de Linda Martin en 1992 con la canción Why Me?, de la que este es autor). En 1980 con What’s Another Year?, los jurados se pusieron a sus pies y, siete años más tarde, volvió a llevarse el gato al agua con Hold Me Now.

LINDA MARTIN

La hemos mencionado antes a colación de ese baladón que es Why Me?, pero lo cierto es que la norirlandesa ya conocía de primera mano el festival de Eurovisión: en 1984 nos cantó Terminal 3, un número más cañero sobre los sentimientos de una chica que espera en el aeropuerto a su amado. En esta ocasión quedó segunda, no muy por detrás de los suecos Herreys. Por lo menos se pudo sacar la espinita en el ’92, año en el que se proclamó vencedora e Irlanda consiguió su cuarta victoria.

CAROLA

Leyenda eurovisiva donde las haya, Carola pisó el escenario de Eurovisión en tres ocasiones, de las cuales, la más exitosa fue la segunda: su Fångad av en stormvind (Atrapada por un viento tormentoso) empató a puntos con C’est le dernier qui a parlé qui a raison (El último que habla es el que tiene la razón), de Francia, pero las reglas implementadas después de la cuádruple victoria de 1969 hicieron que la balanza se decantara a su favor. Un desenlace bastante acorde con el guion, por llamarlo de alguna forma, del festival en el que tuvo lugar: Roma 1991.

GIGLIOLA CINQUETTI

Precisamente una de las presentadoras de Roma 1991 fue Gigliola Cinquetti, que no tenía edad para amar a un señor bastante mayor que ella pero sí para ganar Eurovisión y llevar el festival a Italia por primera vez. En 1974 estuvo también muy cerquita del triunfo, con una preciosa balada llamada Sì, pero tuvo la mala suerte de coincidir con unos chiquitos de Suecia, ABBA, seguro que os suenan…

CORRY BROKKEN

Aquellos primeros años del festival, en los que todavía no participaba España, hubo varios artistas que no se iban del escenario ni con aguarrás. Esta insistencia le valió a la neerlandesa Corry Brokken para darle la primera victoria a su país: Net als toen (Tal como entonces) encandiló a los jurados de 1957 más que Voorgoed Voorbij (Se acabó para siempre), su propuesta del año anterior, y que Heel de Wereld (Todo el mundo), la del siguiente. Esta última recibió tan solo 1 punto, demostrando que a veces la apatía del jurado funciona mejor que la lejía.

ELISABETH ANDREASSEN & HANNE KROGH

Otras que no se conformaron con ir a Eurovisión solo una vez fueron las integrantes de Bobbysocks, el resplandeciente dúo que en 1985 sacó a Noruega de la irrelevancia (recordemos que es el país que acumula más últimos puestos). Antes de unir fuerzas, Hanne Krogh había participado en solitario en 1971 con Lykken er…, que no tiene nada que ver con los líquenes, a no ser que alguien encuentre la felicidad en ellos. Elisabeth, por su parte, ya sabía lo que era ir como parte de un dúo a Eurovisión: había ganado el Melodifestivalen 1982 junto a Kikki Danielsson bajo el nombre de Chips y con ello el derecho de representar a Suecia en el certamen europeo. Cabe destacar que Kikki también tuvo su segunda oportunidad en 1985, donde quedó tercera. ¿Y quiénes completaron el pódium? Pues la banda que viene a continuación.

WIND

La banda alemana de schlager estuvo muy cerca de ganar dos veces: la primera, en su debut, en 1985, con el tema Für alle (Para todos), y la segunda dos años más tarde, con Laß die Sonne in dein Herz (Deja al sol entrar en tu corazón), una de las creaciones más curiosas de la dupla Ralph Siegel-Bernd Meinunger. Pensaron que a la tercera iría la vencida y regresaron en 1992 pero… digamos que no tuvieron la misma suerte que Linda Martin.

HELENA PAPARIZOU

A la griega el tercer puesto cosechado en Copenhague junto a su compañero Nikos Panagiotidis le supo a poco, y en 2005 metió toda la carne en el asador determinada el conseguir el number 1. Y de tanto invocarlo, llegó.

SUNSTROKE PROJECT

Después de que el Epic Sax Guy se convirtiera en un meme de internet tras su participación en Eurovisión 2010, el trío (ahora dúo) moldavo no quiso pasar la oportunidad de dar a su país su mejor resultado histórico en cuanto tuviera una canción que pudiera convertirse en un pelotazo. Esa canción, llamada Hey Mamma, llegó unos años más tarde y, aunque en un principio nadie daba un duro por ella, terminó superando a algunos favoritísimos de la edición de 2017 como Francesco Gabbani, Robin Bengtsson o Blanche, consiguiendo efectivamente la posición más alta de Moldavia hasta la fecha, un tercer puesto.

DIMA BILAN

El palmarés de este chico es impresionante: en los dos años que concursó, solo pudieron superarle unos rockeros disfrazados de monstruos. ¡Y eso que casi no tenía presupuesto para ropa! En 2008, de hecho, salió sin zapatos. Por suerte, eso no impidió a Europa enamorarse de Believe.

ŞEBNEM PAKER

Lo que hizo esta chica tuvo muchísimo mérito: puso en el mapa a un país que, en Eurovisión, parecía muerto y enterrado. Primero con la embriagadora Beşinci Mevsim (La quinta estación) y un año despúes con la no menos espectacular Dinle (Escucha). La medalla de bronce de esta última marcó un punto de inflexión para Turquía, que muy poco después comenzaría a obtener muy buenos resultados.

POLI GENOVA

Hablando de cambiar el rumbo de países… If Love Was a Crime, que sonó en nuestra PrePartyES, fue el primer gran resultado de una racha que comenzó nada más regresar de un parón de dos años. La cantante de Bulgaria  ya tenía cierta experiencia en Eurovisión, pues había concursado previamente en 2011 con Na Inat (Por capricho).

KALIOPI

También pudimos ver y escuchar en nuestra PrePartyES a Kaliopi, que, después de proclamarse vencedora en el prestigioso Skopje Fest de 1996, no pudo presentar su Samo ti a Europa por culpa de una preselección de audio, en la que los jurados de cada país participante escucharon unas cintas con los temas candidatos y decidieron qué canciones se interpretarían en la sala Spektrum de Oslo. 7 países se quedaron fuera, entre ellos la Antigua República Yugoslava de Macedonia, rebautizada ahora como Macedonia del Norte. Kaliopi nos contó en una entrevista durante la PrePartyES que esta situación fue muy frustante para ella y que vio el festival con mucha pena. Por suerte, pudo resarcirse en 2012, cuando su querida Macedonia la eligió internamente para defender Crno i belo (Blanco y negro). Desde 2008 es, junto con Proud, la única candidatura del país que ha pasado a la final de Eurovisión. Allí quedó en un meritorio puesto 13 con 71 puntos.

KATJA EBSTEIN

Cada vez que Katja Ebstein pisaba un escenario de Eurovisión, sabías que se venía un gran resultado para Alemania. La cantante silesiana debutó en el festival en 1970, con la optimista Wunder gibt es immer wieder (Siempre hay milagros), que además cuenta con una versión en español interpretada por ella misma, y un año después regresó con Diese Welt (Este mundo), una de las primeras canciones ecologistas de la historia del certamen. En ambas ocasiones, Katja terminó tercera.

ISABELLE AUBRET

Ganadorísima del festival de 1962 con Un premier amour, Aubret volvió a probar suerte en 1968 con La Source: cuya jovial melodía esconde la historia de una violación, convirtiéndola con toda certeza en uno de los temas más perturbadores de la historia del certamen. A pesar de ello, el jurado pareció quedar bastante impresionado y le otorgó una medalla de bronce: solo quedó por detrás de nuestra Massiel y del Congratulations de Cliff Richard.

ANNE-MARIE DAVID

Y como la historia siempre se repite, lo que le pasó a Isabelle Aubret es lo mismo que tuvo que vivir Anne-Marie David: en 1973 dio la cuarta victoria a Luxemburgo y en 1979 cosechó, esta vez para Francia, un tercer puesto con Je suis l’enfant soleil, cuya letra también haría a alguna gente llevarse las manos a la cabeza.

CHERYL BAKER

Esta cantante y presentadora británica nunca estuvo sola en el escenario de Eurovisión: participó por primera vez con el grupo CoCo en 1978, que consiguió el peor resultado de Reino Unido hasta ese momento (11º) y volvió en 1981 como parte de Bucks Fizz, obteniendo así la victoria, algo que tuvo mucho mérito teniendo en cuenta que estuvo fuera de tono durante casi toda la actuación.

VICKY LEANDROS

La griega Vicky Leandros representó a Luxemburgo dos veces: en 1967 con la sinestésica L’amour est bleu y en 1972 con la dramática Après toi, alzándose con la victoria en esta segunda ocasión. Después del certamen se oyeron muchísimas versiones del tema ganador: la española, titulada Si te vas, la hizo Paloma San Basilio.

CHIARA

Malta renació, eurovisivamente hablando, en los años 90. Empezaron la década con un tercer puesto de Mary Spiteri (1992) y la terminaron con otro de Chiara (1998), con perdón de las Times Three, Paul Giordimaina & Georgina Abela. No contenta con eso, la Voz de Malta (que, aunque podrían ser las dos, apodaron así a la segunda) se presentó a la preselección de su país en 2005 con Angel y, por muy poquito, la ganó. En Kiev, le echó un buen pulso a Helena Paparizou, pero finalmente tuvo que conformarse con el segundo puesto, mejor posición de la isla mediterránea hasta la fecha.

Con estos antecedentes, no sabemos cómo les irá a los repetidores este año: la lituana Monika Linkytė, que ya estuvo en 2015 junto a Vaidas Baumila; Pasha Parfeni, que nos hizo bailar en 2012 con Lăutar; Marco Mengoni, abanderado italiano en 2013 con L’essenziale; y la ya mencionada Loreen. Eso por no hablar de los que estuvieron como coristas en alguna edición previa, como el belga Gustaph, que esta vez será él quien dé la cara y siga los pasos de Hooverphonic y Jérémie Makiese. A todos ellos, y también a sus compañeros, ¡muchísima suerte en Liverpool!