Manizha, que representó a Rusia en el festival del pasado año en Róterdam, se enfrenta a una campaña de acoso y boicot por mostrar abiertamente su oposición a la guerra en Ucrania. Varios de sus conciertos este verano han sido cancelados por sus respectivos organizadores después de un alud de mensajes en redes sociales. Tras expresar sin ambages que la invasión supone un “conflicto fraternal” que va “en contra de la voluntad” del pueblo ruso, Manizha fue incluida en una presunta lista negra, notificó a la BBC su portavoz, Sergey Yakovlev.

Uno de los ejemplos atañe al Festival Aleksandrovskaya Fortress, y es que, a través de la aplicación de mensajería instantánea Telegram, se han aireado los datos de contacto de los organizadores para exigirles que se anulara la participación de la artista en el evento. “Decidles que se opone al ejército ruso. Es importante que seáis educados y no ofensivos. Es importante que reciban muchas reclamaciones, así que difundid esto”, se apuntaba en su contra. Sin embargo, la organización se mantiene firme en su posición de contar con ella en este festival. “No vemos ninguna contradicción en la postura de Manizha, ya que la paz es un requisito previo necesario para celebrar la diversidad y el multiculturalismo, que es de lo que se trata en nuestro festival”, señalan.

Sin embargo, en otros como Stereoleto y el Glavclub ya se ha caído del cartel tras recepcionarse “una significativa cantidad de mensajes y llamadas negativas de gente descontenta con Manizha por apoyar la paz”. La abanderada rusa, que acabó novena en el certamen eurovisivo de 2021 con Russian Woman, también ha sido considerada públicamente una “traidora” por haber viajado a Francia durante los primeros momentos del conflicto bélico, cuando ella ya cuestionaba la guerra evocando pasajes de su niñez, cuando su familia huyó de la guerra civil de Tayikistán. “Cuando has presenciado las tragedias desde dentro, tu posición es cristalina: no quieres que eso le pasa a nadie nunca más”, manifestaba a la cadena de noticias estadounidense NPR. Manizha explicó que su viaje a París se produjo después de que su hermana, que vive allí, resultó gravemente herida en un accidente.

La cantante ha hablado repetidamente de su “desesperación” por la guerra en Ucrania. “No quiero nada más que paz. Niños, mujeres, soldados están muriendo aquí y allá” , escribió en Instagram a principios de este año. Poco después de la invasión, lanzó una canción llamada Soldier, originalmente escrita sobre la guerra en su tierra natal, que contiene un estribillo donde se repite Stop the war. Justo en ese momento el presidente Putin firmaba una ley que prohibía a las figuras públicas usar las palabras “guerra” o “invasión” para describir lo que Rusia llama una “operación militar especial”. La pena es de hasta 15 años de cárcel.

MANTIENE SU AGENDA

Manizha sigue realizando conciertos en directo y ayudando a los refugiados ucranianos a través de su organización benéfica, la Fundación Silsila, y como Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR. “Por supuesto que se teme” por su seguridad, añadió su portavoz, “pero le gustaría seguir trabajando y viviendo en Rusia”. La artista también ha anunciado una serie de conciertos para este otoño, denominada Uncancelled Tour, con actuaciones programadas en Armenia, Georgia, Kazajstán y Kirguistán.