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Euroflashback 1994: Cuando empezamos a sentirnos libres… menos de Irlanda

Aunque para muchos no fue la Belle Èpoque del festival, la victoria de los chicos del Rock’n’ Roll Kids, Paul Harrington & Charlie McGettigan, expandió el dominio irlandés en el certamen de los récords y sin necesidad de orquesta, relegando a la polaca Edyta Górniak, erigida en mito eurovisivo, y dejando muy atrás a la británica Frances Ruffelle y su We will be free, aún fresco en la memoria de algunos. España, representada por Alejandro Abad, reconocido autor, aún se pregunta quién era Ella para acabar en el puesto 18 en un año musicalmente trascendente con la muerte de Kurt Cobain y la eclosión de Mariah Carey antes de poner sintonía a las navidades
Igor Santamaría · Fuente: Eurovision-Spain
Publicado el día 10 de julio de 2024
Euroflashback1994
Euroflashback 1994 (Manu Rivero)

Euroflashback 1994: Cuando empezamos a sentirnos libres… menos de Irlanda

Si Nemo nos devolvió la posibilidad de disfrutar de un festival en la onerosa Suiza, la implosión de Bambie Thug en Malmö nos retrotrajo al siglo pasado, a los tiempos en que la colíder de la general eurovisiva, Irlanda, ejercía un dominio imperial en una década que muchos piensan que no fue para el certamen una Belle Èpoque, como reza el título del film de Fernando Trueba que en 1994 conquistó el Oscar a la Mejor Película en habla no inglesa. Podíamos haber escogido cualquier otro año con aires gaélicos pero la elección no es casual. Al tiempo. La modernidad de Eurovisión se divisaba en el horizonte y empezaban a colocarse los primeros cimientos de libertad, liberación de corsés y transformación de los estereotipos. Quedémonos pues con Paul Harrington & Charlie McGettigan, los chicos del Rock’n’ Roll Kids, para algunos una canción insulsa, para muchos otros un baladón.

Irlanda 1994: Paul Harrington & Charlie McGettigan - Rock 'n' Roll Kids

Corría otro 30 de abril y el Teatro Point de Dublín veía como Irlanda hacía historia organizando por tercera vez consecutiva un evento, el capítulo 39 de Eurovisión, donde para encajar a los 25 participantes hubo que apear a los siete últimos clasificados del año precedente, dejando en casa a Eslovenia, Luxemburgo, Turquía, Dinamarca, Israel y Bélgica, y pudiendo repescar a Chipre en tanto que Italia alegó causas comerciales para darse de baja. Debutaron Eslovaquia, Estonia, Hungría, Lituania (que engrosó la lista de los roscos), Polonia, Rumanía y Rusia; y repetían cuatro mujeres: la noruega Elisabeth Andreassen, la sueca Marie Bergman, la chipriota Evridiki y la islandesa Sigga. Fue el año en que se estrenó la conexión por satélite y no vía telefónica para contactar con los portavoces de los jurados, que por fin mostraban su rostro, y en el que Polonia rozó la expulsión al cantar en inglés en el ensayo general, lo que hoy es el Jury Rehearsal, ya que seis delegaciones reclamaron su descalificación, si bien en las normas se requerían la mitad más uno de los competidores y Edyta Górniak, justicia poética, pudo salir a escena. El diseño del escenario, obra de Paula Farrell, que emulaba una ciudad con rascacielos y pantallas de vídeo, estaba inspirado en la idea de cómo podría ser la futurista Dublín.

Los maestros de ceremonias, Cynthia Ni Mhurchu y Gerry Ryan, aparecieron saliendo de un ascensor en un alarde de pirotecnia, aunque fue el interval, con Riverdance, lo que pasó a la posteridad en el mundo escénico. Destapó el tarro de las esencias la sueca Bergman, antigua componente del grupo Family Four (sextos en 1971 y puesto 13 en 1972) que se haría acompañar del cantante de origen lapón Roger Pontare, quien fuera también integrante de la banda de rock sinfónico Nebulosa y a quien le dio por regresar en 2000 para acabar séptimo. Pero esta vez su Stjärnorna no pasó del escalón número 13. Le siguió el dúo femenino finlandés Cat-Cat con peor suerte y mucho mayor desafine. Las hermanas Virpi y Katja Kätkä (que en 2011 reaparecieron juntas grabando el single Vapaus, versión en finlandés del Je ne se quoi, de Hera Bjork, Islandia 2010) hicieron honor a su Bye, bye, Baby hasta el puesto 22.

Y sin orquesta

Y en el festival de los récords, desde la calle 3, aparecieron ellos. Venían de vencer con claridad en el Eurosong irlandés desde el University Concert Hall de Limerick y se colgaron el honor de batir el registro de puntuación con 226 votos, ocho doces y 60 puntos sobre la polaca Górniak, algo que no ocurría desde que en 1982 Alemania superó por 61 a Israel. Hay quien quiso ver en Paul Harrington & Charlie McGettigan una simple versión descafeinada de Simon & Garfunkel pero su Rock’n’ Roll Kids, compuesta y escrita por el veterano Brendan Graham, no necesitó, por vez primera en el festival, ni de orquesta. Piano, guitarra y voz jugando en casa. Harrington, que retornó en 1998 como corista de Dawn Martin en la canción Is Always Over Now en Birmingham, recordaba hace pocos años en una entrevista a OGAE Spain que aquel sexto triunfo de Irlanda en el certamen (de los siete que suma hasta el momento de este escrito) fue la experiencia de su vida. “La primera vez que escuché la demo era una canción optimista, yo no creía que fuese la correcta. Cambié la canción en el piano y la convertí en una balada lenta, pero sabía que faltaba algo, quizás otro cantante que me acompañara. Había escuchado a Charlie McGettigan muchas veces en la radio y sabía que él era la voz que marcaría la diferencia, y aquella noche se hizo historia”, rememoraba. “La simplicidad de dos grandes instrumentos, el piano y la guitarra, ganaron los corazones de Europa”, decía sobre una composición que ha vuelto a cantar, por ejemplo, en la boda de un miembro de Westlife o en la del futbolista Robbie Keane. Reaparecerían posteriormente juntos en numerosas ocasiones, en programas retrospectivos sobre Eurovisión y conciertos benéficos.

Eurosong 1994: Paul Harrington & Charlie McGettigan - Rock 'n Roll Kids
The Late Late Show: Paul Harrington & Charlie McGettigan - Rock and Roll Kids

Les siguieron Chipre e Islandia, que acabaron a mitad de tabla. La primera, con la rítmica propuesta de Evridiki, que ya fue undécima en 1992 y que cayó en semifinales en 2007. Por su parte, la nórdica Siga volvía por tercera vez en cuatro años, ahora con mayor sobriedad, tras participar con el dúo Stjornin (4º en 1990), el grupo Heart 2 Heart (7º en 1992) y en esta ocasión como solista. Y, a continuación, llegaba una de las grandes favoritas. No cumplió las expectativas en la clasificación, 10ª con 63 puntos, pero sí se ganó muchos corazones. De hecho, en alguno de ellos ocupa un hueco tan grande como el suyo. Frances Ruffelle, que consolidó su carrera en el teatro musical, y sus bailarines nos contagiaron su We will be free (Lonely Symphony), con música de Mark Dean, letra de George de Angelis y arreglos de Michael Reed, que diría José Luis Uribarri, que narró la edición para TVE. Un vestido largo de cola, tirabuzones en el pelo y coro de negro riguroso a juego con los rascacielos de fondo nos hicieron libres para siempre, aunque no nos libraron (para bien) de su vecina Irlanda. La propuesta no suele formar parte de los reiterados recaps eurovisivos que acostumbran a mostrarnos siempre a los mismos intérpretes, y seguramente hay quien no lo entiende. Pero fuimos, somos y seremos libres. Fue un canto con vistas al futuro.

Reino Unido 1994: Frances Ruffelle - We will be free (Lonely symphony)

En nuestra memoria

Peor le fue al croata Tony Cetinski con un puesto 16 y librándose de la eliminación gracias al 12 de Eslovaquia, mientras que Portugal apostaba fuerte con Sara Tavares, una adolescente de 16 años a la que perdimos a la edad de 45, que con su Chamar a Música fue 8ª con 73 puntos y mereció mucho más. Y si el suizo Duilio cayó al hoyo, séptimo por la cola, la estonia Silvi no lo mejoró, penúltima con 2 puntos que tuvo bien a concederle el jurado griego pese a una ininteligible escenografía. Tres puestos por encima, en el mismo furgón, el rumano Dan Bittman. Pero el contrapunto llegó con el More Than Love de la pareja maltesa Moira & Chris, conocidos por su intervención un año antes junto a William Mangion como coristas. Ahora, de la mano y a punto de casarse (lo hicieron una semana después), se auparon a la quinta plaza porque el amor se notaba en el aire. Chris Scicluna fallecería a los 62 años de edad.

Portugal 1994: Sara Tavares - Chamar A Música

No tuvo suerte la holandesa Willeke Alberti, antepenúltima con 4 votos pese a dedicar su canción e interpretación a la reina Beatriz de Holanda en el día de su cumpleaños. Aterrizó luego Alemania con vibraciones de ganar con el trío Mekado (iniciales de Melanie, Katja y Dorcass), muy ochenteras y montándose una fiesta gracias a su Wir Geben’ne Party que les regaló un tercer puesto con 128 puntos, con letra y música de los tradicionales Bernd Meinunguer y Ralph Siegel. A los eslovacos Martin Durinda & Tublatanka les salió la vena heavy y apenas cosecharon 15 puntos, doce de ellos otorgados por Malta. Pero lo de Ovidijus Vyšniauskas en el debut lituano fue muchísimo más dramático aunque su voz discurriera por los mismos registros que la de Joe Cocker. Pagó la novatada con un soberano 0.

Lituania 1994: Ovidijus Vyšniauskas - Lopšinė mylimai

Noruega apostó, de nuevo, por Elisabeth Andreasson, antigua Bobbysocks. Y es que en 1982 su compañera fue Kikki Danielsson, quedándose en la octava plaza abanderando a Suecia, y en 1985 se plantó con Hanne Krogh para dar la primera victoria a los noruegos, mientras que en Dublín viajó con el malogrado Jan Werner Danielsen, acabando sextos, de blanco inmaculado y el sabor agridulce de que apuntaban más arriba. El dúo bosnio Alma & Dejan se llevaron más aplausos como mensaje de ánimo por la cruenta guerra en la que estaba envuelto su país que por su actuación (puesto 15) pese a ser un desesperado canto por la paz y a que él era uno más de los heridos en guerra. Mientras, Kostas Bigalis mejoró los catastóficos augurios de Grecia para terminar en la 14ª plaza; al tiempo que la austriaca Petra Frey, también con 16 años, soltó otra balada pacifista que la situó en el puesto 17, justo por delante de España. Otro cante.

¿Quién era ella?

Y es que TVE, tratando de sorprender con una representación que se asemejara a la de Sergio Dalma en 1991, se sacó de la manga a Alejandro Abad con el aval de haber sido el compositor de Enamorarse, tema con el que Ana Reverte había triunfado con el primer premio del festival de la OTI 1993. Sucedió que ni el propio artista, para más inri autor de la canción, se creyó el Ella no es ella, tan extraño como su título. Mucho mejor le iría después como artífice del Dile que la quiero de David Civera, sexto en 2001, o en Eurovisión Junior con el segundo puesto de Sergio y su Desde el cielo en 2003. O más aún, colaborando en la composición del histórico Mi música es tu voz en la primera edición de Operación Triunfo, antes de que Abad se erigiera en ocasiones en comentarista o protagonista de los programas de entretenimiento por alguna que otra polémica. Puesto 18 y 17 puntos con una propuesta en la que hablaba de una relación de pareja en la que echaba de menos a su anterior novia. Nacido en Santiago de Chile y fan de los festivales, presentó dos canciones internamente al ente público, Lo que siento por ti, con la que quería competir, y Ella no es ella, con la que lo hizo.

España 1994: Alejandro Abad - Ella no es ella

“Eligieron, obviamente, la que quiso la discográfica. Ahí me llevé la primera lección: el intelecto siempre tiene razón pero la razón nunca se equivoca. Yo sabía que Ella no es ella, aunque la había compuesto yo, no era para mí. No iba a saber defenderla porque no me representaba como artista… Pero yo quería ir a Eurovisión, era mi sueño. Así que me metí en el papel y la defendí lo mejor que pude. Como intérprete perdí pero como productor aprendí mucho. Recuerdo que prohibieron mi videoclip en media Europa por salir en la cama entre dos mujeres y eso me perjudicó. No sé qué hubiera sido de mí sin el apoyo por aquel entonces de Susana, mi mujer. De cualquier manera, me encantó ir a Eurovisión y me gustó tanto Dublín que mis hijos han estudiado allí”, justificó Abad, que un año después regresó a la OTI como autor y productor de Eres mi debilidad, en la voz de Marcos Llunas, para quitarse la espina. Y venció. A día de hoy, hay quien sigue preguntándose quién es Ella.

Festival de la OTI 1995: Ana Reverte - Enamorarse (Autor: Alejandro Abad)

El ciclón Górniak

Friderika Bayer dio la campanada con Hungría para ser cuarta con 122 puntos, logrando el 12 de los tres primeros países en votar (Suecia, Finlandia e Irlanda), y la exótica rusa Youddiph captó la atención con su peculiar vestido multiformas y una potencia vocal que le sirvió para ser novena. Lo mejor llegó en el cierre: la prodigiosa voz de Edyta Górniak con el tema To nie ja, llegándola a comparar con Céline Dion. Como anécdota, los eurofans la proclamaron mejor cantante de la década en el programa que hizo TVE en el año 2000 en homenaje a la retirada de Uribarri. La televisión pública polaca se vio obligada a repetir la gala a la semana siguiente ante el revuelo y la pasión desatada en su país. Aquel segundo puesto pasó a los anales del festival, donde intentó volver en 2016 pero su tema Grateful solo pudo ser tercero en la selección nacional. La última canción en liza fue la francesa con Nina Morato, una especie de reivindicación que solo pudo ser séptima, siendo el primer país en pronunciar una palabrota en la letra: putain.

Polonia 1994: Edyta Górniak - To nie ja!

Riverdance, una danza que pasó a la Historia

No todo estaba dicho en el Point Theatre de Dublín. Para cubrir el entreacto, durante el recuento de los votos, la RTE presentó un espectáculo de música y danzas irlandesas llamado Riverdance, que encargó al músico y compositor irlandés Nill Whelan y que contaba con la participación de los campeones estadounidenses de danza irlandesa Jean Butler y Michael Flatley. Siete minutos que cambiarían la historia de la música tradicional del país para siempre, introduciendo elementos antes nunca vistos. No eran solamente los pasos o su intensidad lo que se había transformado, sino el propio estilo y la imagen, dotando de un aire fresco y nuevo a los elementos más tradicionales del folk irlandés. El éxito fue instantáneo. Los presentes en el teatro dublinés respondieron en pie y los más de 300 millones de espectadores que lo vieron por televisión esa noche quedaron prendados. Al día siguiente se hablaba más de esto que de los vencedores. Con posterioridad, los productores desarrollaron la obra, ampliando la propuesta original, con la idea de llevarla a los escenarios. El 9 de febrero de 1995, menos de un año después de su presentación en Eurovisión, tuvo lugar la primera representación de Riverdance a tiempo completo en el mismo Point Theatre, donde permaneció cinco semanas. Desde entonces y hasta la fecha Riverdance se ha presentado en cientos de teatros de todo el mundo y ha sido vista por 25 millones de personas. Este éxito inesperado y el orgullo irlandés hizo que la RTE se atreviera a organizar el certamen por tercera vez consecutiva pese al ofrecimiento de la BBC de hacerse cargo del mismo.

Eurovisión 1994 - Riverdance

Las votaciones coronaron a Irlanda y la ovación se la llevó la portavoz de Bosnia y Herzegovina cuando saludó con un “Bonsoir Dublin, ici Sarajevo” (Buenas noches Dublín, aquí Sarajevo), mientras desde España el jurado lo conformaban personas de distintos ámbitos académicos y sociales, entre ellos la actriz Susana García, el torero Andrés Vázquez, la actriz Alejandra Botto, el cantante Serafín Zubiri, la diseñadora Elena Benarroch, el cantante Francisco, y presentado por Ángeles Martín. Sigue también sin entenderse el afán de Uribarri en rescatar a España del bottom de la eliminación, agradeciendo los 2 puntos de Francia para dar el pase al siguiente festival, cuando RTVE era integrante del entonces Big Four y tenía billete asegurado.

Eurovisión 1994 - Jurado TVE

Adiós a Kurt Cobain; hola, Rammsteim

Fuera de la esfera eurovisiva, uno de los nuestros, Sergio Dalma, te cantaba Solo para ti mientras Mariah Carey lo hacía Without You, uno de sus míticos hits. Maná te invitaba a Vivir sin aire al tiempo que Joaquín Sabina y Álvaro Urquijo te llevaban Por el bulevar de los sueños rotos, Bryan Adams te pedía Please, Forgive Me y los Celtas Cortos te decían Tranquilo, majete. Era el año en que Rosario te avisaba que Estoy aquí, todo el mundo daba alpiste a El Canario de No me pises que llevo chanclas, Amistades Peligrosas te confesaba que Me haces tanto bien y Laura Pausini se lanzaba al estrellato con La Soledad, Se fue y Amores extraños. Como All 4 One con su I Swear, juraría que surgió la mejor canción de siempre de Bon Jovi, Always. Para cúspide, la que alcanzó en ventas Gloria Stefan con Mi tierra y el coro de monjes del Monasterio de Silos con sus Cantos gregorianos. Una oración por la pérdida irreparable del piloto de Fórmula 1 Ayrton Senna (34 años) y por Kurt Cobain con solo 27, cuando el cantante de Nirvana acabó con su vida con una escopeta en su casa de Seattle víctima de una profunda depresión. La música ganó por otra parte con la aparición de nuevas bandas como Garbage, Muse o Rammsteim.

Kurt Cobain (Live in Paris, 1994)
Mariah Carey - Without You

En este Territorio comanche que entonces escribió Arturo Pérez Reverte, hubo que lamentar ver arder el Liceo de Barcelona, tanto más que la corrida de toros de Jesulín de Ubrique para 9.000 mujeres o la llegada de Silvio Berlusconi al poder en Italia. Políticamente, España marchaba con el soniquete del Váyase, señor González del sucesor Aznar en tiempos donde la corrupción campaba ya a sus anchas, con el director del Banco de España, Mariano Rubio, encarcelado, como Mario Conde, figuras de la cultura del pelotazo, como el que quiso dar el director de la Guardia Civil, Luis Roldán, fugándose a Laos y provocando la dimisión del ministro del Interior, Antoni Asunción. El paro alcanzaba una tasa del 25%, emergieron las ETT y de nuevo se produjo una huelga general. Entre tanto, fue liberada por sus secuestradores tras 16 meses la célebre farmacéutica de Olot, María Ángeles Feliu; la bruja Lola empezaba a ponerte dos velas negras y nacían las líneas 900, llamadas party line.

Luís Roldán, el exdirector de la Guardia Civil que huyó a Laos

Buscábamos consuelo en los chistes de Chiquito y en el televisivo El juego de la oca, a la vez que Tom Hanks triunfaba con Forrest Gump y su caja de bombones en los Oscar, como España con la citada Belle Époque, aunque el gran fenómeno gestado fue El rey león y pudimos leer y ver en la gran pantalla la Entrevista con el vampiro. Lorena Bobbit era declarada inocente por seccionar el pene de su marido, Banesto iba a parar a manos del Banco Santander, Mandela triunfaba en Sudáfrica y se inauguraba el eurotúnel entre Gran Bretaña y Francia. Desaparecía Galerías Preciados, absorvido por El Corte Inglés, e irrumpían en los telediarios casos de sectas como la del Templo del Sol, en Suiza, donde 52 personas murieron en un suicidio colectivo.

Oscars 1994: Belle Époque gana el premio a Mejor Película Extranjera

El despegue del deporte español

El año en que Brasil ganaba otro Mundial de fútbol, el de Estados Unidos, por la famosa maldición de cuartos por la que el italiano Tassotti desangró a Luis Enrique de un puñetazo en la nariz; el Barça de Cruyff ponía fin a una época dorada, la del Dream Team, cayendo 4-0 en la final de la Copa de Europa ante el Milan. Pero el deporte español batía marcas. Miguel Indurain ganaba el Tour y sellaba el Récord de la Hora; Arantxa Sánchez Vicario conquistaba Roland Garros y el USA Open mientras Conchita Martínez se coronaba en Wimbledon. Sobre la tierra francesa también triunfó Sergi Bruguera en una final contra Alberto Berasategi; Txema Olazabal se enfundaba la chaqueta verde del Masters de Augusta; el Joventut de Badalona ganaba lo que hoy es la Euroliga de baloncesto… y el Barça ganaba la Liga de fútbol por el penalti que el deportivista Djukic fallaba para los coruñeses de Arsenio Iglesias ante el Valencia sobre la bocina.

Arantxa Sanchez-Vicario, 1994 US Open Champion
Conchita Martínez gana en Wimbledon (1994)
Italia-España (Mundial 1994, cuartos de final)

Perdimos a Fernando Rey (76), Sonia Martínez (30), Alberto Closas (72), Mariano Medina (72), Matt Busby (84) y Telly Savalas (72), mientras venían al mundo Bad Bunny, Justin Bieber, Harry Styles, Maluma, Sebastián Yatra, Myke Towers, Ana Guerra, Srbuk (Armenia 2019), Georgina, Alexia Putellas, Carlos Sainz Jr. y el saltador Tom Daley (referente LGTBIQ+).

Teledeporte surgía como primer canal temático vía satélite de RTVE, que un 26 de abril se vio superada por primera vez en audiencia mensual por una televisión privada, Antena 3. Un 25 de noviembre, El Primijuego que presentaba Teresa Viejo dio el mayor premio de la historia televisiva en España hasta la fecha, 100 millones de pesetas; a la vez que la pública estrenaba los míticos Los desayunos, con Julio César Iglesias, en una época en la que AR ya daba su Veredicto. Entre los Sueños de California y Blossom, pasábamos consulta con La doctora Quinn y nos enganchábamos a Matrimonio con hijos y Policías de Nueva York. Ay, Señor, Señor, que nos decía Pajares, mientras Alfonso Arús ya montaba El Chou, y andábamos entre Villarriba y Villabajo.

Programa "Primijuego" con Teresa Viejo (1994)

Pero ni los Power Rangers hubieran sido capaces de detener a la eurovisiva Irlanda. Y años después, cuando nos sentíamos libres de ella, la echamos de menos y tardamos en recuperarla. Bambie nos la ha devuelto y no precisamente al ritmo de los chicos del Rock and Roll sino de la verdadera libertad, la personal. Por siempre, We Will Be Free.

Eurovisión 1994

Conversación

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10/07/2024

Los 90 fueron la peor época del festival, con festivales aburridos de canciones mediocres y ganadores que cayeron en el olvido después de su victoria. No me extraña que Alejandro Abad reniegue de su participación eurovisiva. Menos mal que Alemania al menos animó el cotarro con la memorable canción de las Mekado, porque por lo demás...

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10/07/2024

xarinixx sin embargo muchos eurofans, y me consta, creen que fue la mejor época, para mí también. La pero década para mí fue los ochenta y ahora desde que no hay orquesta.

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11/07/2024

Siento corregir, pero en el 94 aún no existía el big4... Prueba de ello es que Alemania quedó eliminado en el 96 y, precisamente, por eso, y a petición de la propia Alemania, se creó el club de los grandes a partir del 97. Así que, sí... Uribarri llevaba razón, por una vez... jejeje

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10/07/2024

Enhorabuena por el artículo, me ha gustado mucho, muy bien estructurado. Solo te pongo un pero, la breve reseña que has hecho de Noruega. Para mí, la ganadora de ese año. Dos voces en estado de gracia, que no creo que se vuelvan a repetir en ningún ESC. Es mi festival favorito de la la historia de Eurovisión, lo he visto cientos de veces, hubo grandes canciones y grandes voces.

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15/07/2024

La de Frances Ruffelle es fácil una de las 3 mejores canciones que ha enviado el Reino Unido en su historia y una de las más olvidadas. Merecía muchísimo más que el décimo puesto.