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Especial Sanremo: Las ganadoras del Festival que no representaron a Italia en Eurovisión, de 1979 a 1986

Nuestro compañero José Antonio Ayala de Radio ESCTimes repasa la historia de Sanremo y Eurovisión y, tras el polémico 0 del jurado a Domenico Modugno en 1966 que provocó la desvinculación de ambos festivales, analiza como hubieran funcionado las ganadoras italianas en Europa
José Antonio Ayala · Fuente: Eurovision-Spain.com
Publicado el día 09 de febrero de 2023
romina y al bano
Romina y Al Bano (Vanity Fair)

Especial Sanremo: Las ganadoras del Festival que no representaron a Italia en Eurovisión, de 1979 a 1986

El vínculo de Sanremo con Eurovisión ha sido muy “guadianesco” desde que Domenico Modugno se llevara aquel salvaje y desproporcionado 0 con Dio come ti amo, considerada una de las obras maestras de la historia de la canción italiana. Desde entonces la sociedad italiana desconectó por completo de Eurovisión, a pesar de que la RAI escribiera a posteriori páginas doradas en la historia del eurofestival, y firmara varios éxitos comerciales importantes y no pocos buenos resultados en la clasificación.

A partir de 1967 una parte importante de ganadores de Sanremo aceptaban la invitación a Eurovisión, pero siempre cambiando de canción, salvo el caso de Nicola di Bari en 1972 que mantuvo I giorni dell’arcobaleno en ambas competiciones. Tras su retorno en 2011, la RAI estableció un claro cordón sanitario entre Sanremo y Eurovisión que fue rompiéndose tibiamente hasta que, en 2015, Carlo Conti unió ambos festivales definitivamente en el Rigolamento vigente a día de hoy.

A lo largo de varias entregas especiales, vamos a repasar aquellos ganadores del Festival italiano que no acabaron en el europeo, tanto en la etapa entre 1967 y 1993, como en la retirada entre 1994 y 2010, y el acercamiento paulatino entre 2011 y 2015.

Aunque Sanremo parecía superar su aguda crisis de los 70, la inestabilidad, la guerra entre instituciones y las luchas de poder seguían reinando en la ciudad de las flores. Inestabilidad que alcanzaría a partir de esta época a la delegación de la RAI en Eurovisión que hasta ese momento se había mostrado impermeable. Y es que, hasta en tres ocasiones durante la década de los 80, la televisión pública italiana no acudiría a un certamen del que nunca se había bajado y era co-fundador, siendo el preámbulo de su final una década después. Así que vamos a seguir jugando a imaginar a las ganadoras de Sanremo en Eurovisión y, de paso, aprender pinceladas de la historia del padre de todos los festivales.

1979: Mino Vergnaghi – Amare

De cara a 1979, Vittorio Salvetti había salvado, literalmente, al festival de su desaparición, normalizado relaciones con las discográficas, recuperado el pulso del pop italiano contemporáneo e iniciado la necesaria renovación generacional de los artistas. En cambio, no había recuperado la confianza de la RAI en el formato del que solo emitía la final en televisión, por mero simbolismo, y tampoco había logrado acabar con las guerras de poder entre “las familias” de la pública por su control, ni con un Ayuntamiento que empezaba a azuzar el fantasma de romper el vínculo de la competición con la radiotelevisión estatal, ni una Unión Europea de Radiodifusión que era co-productora del evento desde 1954 y ya no veía imprescindible su participación en el mismo.

En medio de aquel lodazal, reapareció “Il Patron” Gianni Ravera, responsable de llevar a Sanremo a las mayores cuotas de popularidad de su historia bajo su dirección entre 1962 y 1971. Ravera propuso para cerrar todos los frentes abiertos y acabar con la inestabilidad una fórmula inédita hasta el momento que era externalizar la producción, hasta entonces en manos de la RAI, la organización, en manos del ayuntamiento, y la dirección artística, en manos del director artístico de turno, y unificarlo todo bajo el paraguas de la productora Publispei que, casualmente, acababa de ser fundada por sí mismo. Esto es, en resumen, privatizar Sanremo y otorgarle todo el poder al bueno y listo -muy listo- de Ravera que se aposentaría en el trono del Ariston hasta su muerte. Por primera vez en muchos años, la RAI, el ayuntamiento y Eurovisión se pusieron de acuerdo y aceptaron la propuesta, por lo que el festival pasaba a ser un evento privado, aunque financiado públicamente. Como Salvetti fue destituido como director artístico del festival apenas mes y medio antes de su celebración, dejó la edición de 1979 a medio hacer, y así la mantuvo Ravera en este año 0 de su reinado, pues es una de las ediciones más insulsas e intrascendentes de la historia, empezando por una ganadora que apenas merece mención, más allá de que Mino Vergnaghi se convertiría en uno de los productores y músicos de sesión más importantes del pop italiano en los años 80 y 90.

Paralelamente, la RAI seguía ambicionando ganar Eurovisión y, después del exitazo de Matia Bazar en Sanremo 1978, fueron elegidos internamente para viajar a Jerusalén con una de las canciones más sofisticadas y minimalistas de cuantas ha presentado Italia, marcando un hito histórico al ser la primera vez que no se utilizó la orquesta, sino que la música únicamente fue interpretada por la banda. Una de las grandes incomprendidas de la noche que hacía encadenar a la delegación un tercer jarro de agua fría consecutivo que no se correspondía a la calidad de las propuestas.

Posibilidades en Eurovisión: Bajas

1978: Mino Vergnaghi - Amare

1980: Toto Cutugno – Solo noi

Ravera, ahora sí, inicia su reinado en Sanremo acometiendo una de las grandes revoluciones de su historia: Supresión de la orquesta y música en vivo opcional, libertad lingüística, si bien la composición debía seguir siendo italiana, y la invitación a la competición de artistas internacionales, como ya hiciera en su primera etapa en los 60. A pesar de la polémica de muchas decisiones de Il Patron, el festival recuperó la velocidad de crucero de la pasada década con una edición espectacular de principio a fin y una selección de canciones para enmarcar con hasta 10 entradas en la lista de ventas. Resultado: Sanremo había vuelto. Venció un temazo de un artista que estaba llamado a marcar una época. Solo noi de Toto Cutugno era un trallazo que solo él sabía hacer, con las estrofas a modo de canción melódica italiana y la épica rock del estribillo, tal cual la estructura de Insieme: 1990. No hay pruebas, pero tampoco dudas, de que Italia habría luchado por ganar Eurovisión 1980, pero a Toto el destino se la tenía guardada.

Después de tres tropiezos consecutivos, la RAI siguió apostando por primeros espadas para acudir al Eurofestival y en este caso, y tras dos bandas, le tocaba a un solista masculino, Alan Sorrenti, cantautor que provenía de la experimentación y se había reconvertido en cantante disco y melódico. Consiguió en La Haya una meritoria sexta plaza que a la pública le supo a poco tirando la toalla una vez más.

Posibilidades en Eurovisión: Altas

1980: Toto Cutugno - Solo noi

1981: Alice – Per Elisa

Ravera prometió en 1979 que bajo su mandato se alcanzaría la estabilidad, y cumplió, pues la única polémica de Sanremo 1981 fue que el cantante de Bad Manners enseñó el culo en su actuación. Por lo demás, fue una edición plácida y dulce en todos los sentidos, selección de canciones pluscuamperfecta, cuatro números uno en la lista oficial de singles e himnos generacionales para una juventud italiana que, ahora sí, se sentía identificada con el festival.

Ganó por la mínima y en la foto finish, la compleja, vanguardista y espectacular Per Elisa de Alice, escrita por Franco Battiato, la cual es una clara alegoría a la epidemia de adicción a la heroína que asoló a toda una generación en Europa, teniendo a Italia, Francia y España como gran epicentro. Construido en base a la bagatelle de Beethoven del mismo título, es una pieza rock y new wave que quizás era demasiado avanzada para un festival, el de Eurovisión, que entraba en la mayor recesión artística de su historia. 

Posibilidades en Eurovisión: Medias

1981: Alice - Per Elisa

1982: Riccardo Fogli – Storie di tutti i giorni

Esta fue la primera de las dos ediciones del bautizado por nosotros como Sanremo de Zidanes y Pavones y la monumental tangana entre Ravera y Claudio Villa que cerca estuvo de cancelar la final a 24 horas de su celebración, narrada en un amplio reportaje en Eurovision-Spain, marcando el inicio de la categoría Giovani en 1984. También fue la edición de los quebraderos de cabeza para el director en la que iba a dos o tres disgustos por serata: Vasco Rossi drogado tirando el micrófono en mitad de su actuación, la sustitución del batería de Le Orme por su constante indisposición a causa de las drogas, la retirada a dos días del inicio de L’Orchestra Casadei, la descalificación de Sammy Barbot por no aparecer en ninguno de los ensayos por sus constantes borracheras, la inscripción de Lene Lovich como participante dos horas antes de actuar como invitada… ¿2020? La Casa de la Pradera al lado de 1982. 

Musicalmente, eso sí, fue otro tiro, con una impresionante cosecha de canciones en la que se encontraba uno de los mayores bombazos de la historia del festival. Cantadísimo ese León de Oro para la mítica Felicità de Al Bano y Romina que le fue arrebatado por un Riccardo Fogli reconvertido en cantante melódico tras su paso por la banda de rock progresivo Pooh. Storie di tutti i giorni partía de un patrón muy similar a Solo noi de Toto Cutugno, pop-rock italiano épico y sumamente efectista que habría conseguido un gran resultado en una Eurovisión cada vez más vendida al efecto impacto a los jurados. 

Posibilidades en Eurovisión: Altas

1982: Riccardo Fogli - Storie di tutti i giorni

1983 – Tiziana Rivale – Sarà quel che sarà

Ravera, testarudo como nadie y a pesar del broncazo con Claudio Villa, mantuvo su Sanremo de Zidanes y Pavones en 1983 pero al contrario de 1982, el nivel musical y los resultados sí se vieron mermados, lo que provocó la primera distensión entre Il Patron y las discográficas. El triunfo de una desconocida Tiziana Rivale, con un tema que apenas tuvo recorrido, y un televoto de prueba que nada tuvo que ver con la votación del jurado provocó la primera gran crisis de su gestión que acabaría con otra revolución un año después. Sarà quel che sarà cumplía con todos los guiños de la canción ligera italiana, pero muy por debajo del panorama pop local que estaba en uno de sus momentos más dulces de su historia. 

Posibilidades en Eurovisión: Bajas

1983: Tiziana Rivale - Sarà quel che sarà

1984: Al Bano y Romina – Ci sarà

Era el año de Orwell y tocaba revolución en Sanremo con la división, por fin, de los Zidanes y Pavones en dos categorías diferenciadas, la Campioni y la Giovani, la introducción del televoto a través del Totip, la Quiniela italiana, y la decisión más polémica: la posibilidad de actuar totalmente en playback, ya no solo con la música pregrabada, sino también con las voces. Y así se lo llevaron Al Bano y Romina: sin cantar y solo moviendo los labios. Arrasaron, eso sí, sacando el doble de televoto que Toto Cutugno, segundo, y más votos que Toto y Christian, tercero, juntos. Ci sarà es una canción de Al Bano y Romina con todo lo que ello conlleva, y aquí me permito la licencia de escribir que, si la mejor canción de la historia de Eurovisión que no es otra que I treni di Tozeur de Franco Battiato y Alice no pudo ganar, no iba a ser diferente con la vencedora de Sanremo en Luxemburgo.

Posibilidades: Medias

1984: Al Bano y Romina - Ci sarà

1985: Ricchi e Poveri – Se m’innamoro

Edición plácida para Ravera cuyo único ruido fue el de las fans de Duran Duran el día en que actuaron en el Ariston. Acierto absoluto de la división de categorías y de la implementación del televoto que, por contra, restó emoción a unos resultados que de nuevo fueron predecibles y previsibles. A Ricchi e Poveri se le escapaba el festival desde hacía casi dos décadas y, esta vez, con el apoyo del público ganaron sin ningún tipo de oposición desde la primera a la última serata. Tal cual ocurrió en 1984 con Al Bano y Romina, Se m’innamoro dobló en votos totales a la segunda plaza de Luis Miguel y sumó más que la segunda y tercera juntas. Y, de nuevo, sin cantar, con el triste precedente de que Ricchi e Poveri tienen la considerada como mejor actuación en directo de la historia del festival en 1970. Se m’innamoro es simplemente un temazo: inteligencia aplicada al pop, perfectamente construida y magistralmente arreglada con mucha sutileza y sin ninguna exageración. No es un trallazo como Sara’ perche’ ti amo, con el que se les escapó el triunfo en 1981, pero habrían hecho mucha pupita en Gotemburgo donde estuvieron Al Bano y Romina con una canción de Al Bano y Romina haciendo de Al Bano y Romina. 

Posibilidades en Eurovisión: Altas

1985: Ricchi e Poveri - Se m'innamoro

1986: Eros Ramazzotti – Adesso tu

Con las escenas de los últimos ganadores del festival actuando en playback, Ravera decidió devolver la obligatoriedad de la voz principal en directo, aunque ya circulaba el runrun de si también debía volver la orquesta a un festival que lo suprimió en 1980. Esta sería su última edición al frente ya que moriría solo tres meses después de su celebración. Tras el batacazo del año anterior en su debut en el Campioni, a pesar de ser uno de los grandes favoritos al triunfo, Eros Ramazzotti por fin lograría el León de Oro e impulsar definitivamente su carrera a niveles estratosféricos. Adesso tu es la balada pop italiana que se convirtió en su seña en años posteriores, aunque en un contexto tan complicado en Eurovisión que, además, había perdido el norte dando la espalda completamente al pop, es del todo imposible imaginar su resultado en esta edición en la que no viajaron a Oslo.

Posibilidades en Eurovisión: Medias

1986: Eros Ramazzotti - Adesso tu

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