El festival congregó a una audiencia global de 163 millones de espectadores
La UER ha decidido dejar atrás la polémica que presidió la celebración del último festival para centrarse en las cifras de audiencia o, más bien, para vanagloriarse. 163 millones de espectadores de todo el mundo sintonizaron con el certamen a lo largo de sus dos semifinales y la final, a través de las diferentes televisiones públicas, lo que supondría un aumento de un millón de televidentes respecto al pasado año, amén del crecimiento de la cuota de seguimiento juvenil, la más alta registrada, debido al poder de las redes sociales. Ahora bien, los datos merecen ser precisados, en tanto que la presencia de Israel, que provocó un intenso debate en todas las áreas de influencia, habría incidido tanto en aquellos lugares que, por ejemplo, decidieron pasar a negro durante su actuación como en aquellos otros donde la polémica atrajo a consumidores no habituales del evento eurovisivo.
La cuota de visualización media de la gran final de sábado alcanzó un 46,7%, la más alta desde 2006, y, entre el público juvenil (de 15 a 24 años), fue del 58,6%, la más elevada que se conoce hasta la fecha. En España la búsqueda del triunfo fue seguida por 4.886.000 espectadores (41,8%) y las votaciones fueron vistas por 5.465.000 personas (52,1%). El país anfitrión, Suecia, logró una audiencia similar a la del triunfo de Loreen, con 2,3 millones de televidentes (87,3%). Suiza, que ganó el concurso por tercera vez gracias a Nemo, tuvo una audiencia media de 723.000 espectadores en las tres regiones lingüísticas, un 40% más que en 2023. En Alemania el dato se aupó hasta los 8,1 millones y en Reino Unido, hasta los 7,7 millones. Francia atrapó 5,4 millones de espectadores, 1,9 millones más respecto al curso precedente.
En cerca de la mitad de los mercados (18 de 37) se registró más de un 50% de la cuota de visualización, liderado por Islandia con el 96% y seguida de cerca por otros feudos nórdicos como Noruega (85,5%) y Finlandia (83,1%). Croacia, segunda clasificada, arrancó el mejor resultado de su historia con 1,1 millones de espectadores y un 73,2% de cuota de pantalla. Grecia e Irlanda también doblaron, y Letonia, por fin en la final, cuadruplicó. Este año, el televoto, abierto antes de los tres shows, llevó a que 156 países pudieran votar. Fuera de los países participantes, los espectadores de Estados Unidos, Canadá, Rumanía, México, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Sudáfrica, Hungría, Eslovaquia y Bulgaria emitieron la mayor cantidad de votos. Todos ellos, números de los que se congratula Ebba Adielsson, productora ejecutiva del festival de la SVT.
Durante la semana del evento, 7,3 millones de espectadores únicos vieron los programas en el canal oficial de YouTube, ya sea en directo o posteriormente. Las visualizaciones simultáneas de la gran final alcanzaron un máximo de 1,6 millones, un 17,8% más que Liverpool. Por otra parte, los vídeos con #Eurovisión2024 obtuvieron la cifra de 6.500 millones de visitas en TikTok, lo que supone un crecimiento de 1.700 millones de visitas, y a su vez se alcancaron las 500 millones de cuentas en TikTok, cuadriplicando el alcance en comparación con 2023.
Repercusión de Nemo
Pero la repercusión, a posterori, sigue. La canción ganadora, The Code, de Nemo, ha alcanzado el Top 100 diario en 44 países, incluidos 13 donde ha sido número uno y 29 donde alcanzó el Top 10. En el canal oficial de YouTube de ESC, los videos que presentan a Nemo, incluidas entrevistas y presentaciones exclusivas, han recibido 34 millones de visitas hasta la fecha.
Los primeros datos y cifras de la ciudad anfitriona, Malmö, sugieren que 82.000 visitantes llegaron a Eurovisión Village durante la semana del evento. Fans de 92 países compraron entradas para los espectáculos durante la semana del evento y alrededor de 1.100 periodistas de al menos 54 países acudieron a cubrir presencialmente el evento.
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