El American Song Contest 2022 ya está en marcha. El spin-off de Eurovisión ha abierto ya su periodo de inscripción a través de la página americansongsubmissions.com para que los ciudadanos de los 50 estados de Estados Unidos, además de Samoa Americana, Guam, Islas Marianas del Norte, Puerto Rico, Islas Vírgenes y Washington DC, puedan enviar sus canciones. De hecho, es posible que los participantes acaben representado a un estado diferente al que en principio creen que lo harán puesto que en la hoja de solicitud deben indicar todos los territorios de Estados Unidos con los que “tienen una conexión auténtica y profunda” de forma que, de resultar seleccionado, tendría que aceptar que la productora tiene la decisión última respecto a quién abanderaría.

Entre los requisitos, los aspirantes deben tener 16 años o más y ser “ciudadanos o residentes permanentes legales de los Estados Unidos con un número de identificación fiscal o de seguro social válido, o estar legalmente presente” en suelo estadounidense y “cumplir con todos los requisitos de inmigración”. Cada una de las personas podrá enviar una sola canción, por supuesto original y sin que se haya lanzado comercialmente a través de alguna plataforma musical (iTunes, Apple Music, Spotify o similares). Ahora bien, sí se aceptarían aquellas que se han lanzado o compartido de forma promocional a través de SoundCloud, Facebook, Instagram o YouTube, aunque de ser seleccionada la publicación deberá eliminarse. Los productores dan la bienvenida a artistas con o sin contratos de grabación y publicación; y, en el supuesto de contar con tal oferta, tendrá que verificar con su sello o editor si está de acuerdo con que entre en el concurso.

A diferencia de lo que ocurre en el certamen europeo, el único límite de la duración de las canciones es que no excedan los cinco minutos. El desarrollo de la producción tendría lugar en Los Ángeles y Atlanta, y de ser elegido, se debe estar disponible durante unas cuatro semanas en algún momento entre el 11 de febrero hasta el 12 de abril de 2022, y en disposición de viajar a las ciudades mencionadas, o a áreas de California o Georgia, entre otras. La NBC, encargada de visualizar el proyecto, busca artistas de todos los géneros, desde el indie o el rap hasta el rock y el pop, pasando por bandas cantautores o DJ, por citar algunos.

UN FORMATO SUPERVISADO POR LA UER

El formato, una coproducción entre Propagate y Universal Television Alternative Studio, constará de varias eliminatorias durante cinco semanas, dos semifinales y gran final, y además del popular televoto, un jurado de profesionales de la industria musical también emitirá su valoración. “Durante 65 años, el Festival de Eurovisión ha conectado a personas de todas partes. Como propietarios de este formato de enorme éxito, hemos visto cómo ha encontrado un lugar en millones de corazones en toda Europa y más allá. Ahora estamos emocionados de haber hallado a los socios perfectos para compartir este concurso único y su apasionada celebración de la música y las canciones originales con el pueblo estadounidense”, aseguraba Martin Österdahl, supervisor ejecutivo del certamen europeo.

The American Song Contest buscará “introducirnos en las diferentes culturas musicales” de Estados Unidos. “Estamos emocionados de mostrar el poder universal de la música en un espectacular evento musical en vivo de varias semanas”, afirma Jenny Groom, vicepresidenta ejecutiva de contenidos de la NBC. La irrupción de la marca de la UER en feudo estadounidense está liderada por grandes conocidos del mundo eurovisivo. Anders Lenhoff, uno de los principales productores creativos de Europa, se une en esta aventura a Peter Settman, Ben Silverman, Ola Melzig y el reconocidísimo Christer Björkman, productor ejecutivo de varias ediciones de Eurovisión y máximo responsable del Melodifestivalen sueco.

Aunque el formato de las preeliminares está aún bajo estudio, todo apunta a que habrá cinco rondas clasificatorias de dos horas de duración cada una. Competirían diez estados en cada ronda (más alguno de los territorios añadidos) y solamente pasarían cuatro propuestas a la final. Más adelante, se celebrarían dos semifinales, en las que competirían diez canciones en cada una, y de las que se seleccionarían cinco en cada semifinal. Por último, en una gran final, de dos horas de duración, concursarían las diez propuestas clasificadas en las semifinales. En definitiva, la versión estadounidense de Eurovisión ya está en marcha. Todo lo contrario que el proyecto para Asia, que esta misma pasada semana quedó cancelado por sus problemas de logística.