Edurne, Blanca Paloma y Angelina Mango volverían a Eurovisión pero “con otra mentalidad”
Edurne, Blanca Paloma y Angelina Mango volverían a participar en Eurovisión ahora bien, con la experiencia ya en sus espaldas, lo harían de “otra manera” y con “otra mentalidad”. Así lo han confirmado las representantes españolas de 2015 y 2023 y su homóloga italiana en 2024, quienes han participado este mediodía en la mesa “Voces femeninas en competiciones europeas”, moderada por la periodista y comentarista Julia Varela, dentro del espacio She sounds, que organiza The Music Station Principio Pío y Warner Music España para visibilizar y apoyar a las mujeres en la industria de la música.
“Volvería de otra manera, pero sí. Eurovisión siempre lo llevaré en mi corazoncito”, asegura Edurne. “Dentro de un tiempo a lo mejor sí repetiría pero con otro mentalidad. No es tanto lo que vas a hacer sino cómo lo vas a hacer”, añade Angelina Mango. “Sí volvería, es una oportunidad para con una canción y una escenografía lanzar un mensaje. No creía en los concursos, pero a la gente le atrapa mucho. Ahora bien, me encantaría que todos llegáramos a la conclusión que el concurso es lo de menos, lo importante es ver a personas valientes expuestas ante el mundo contando sus sensibilidades”, apunta Blanca Paloma.
Las tres artistas han relatado sus experiencias en Benidorm Fest, Sanremo y Eurovisión. “Musicalmente, Eurovisión es el mayor festival que puede haber”, considera Edurne, para quien el festival europeo “era un reto, amo la música y compartir estilos y culturas diferentes a través de ella, quería estar ahí y representar a mi país. Quería ser parte de la historia de España en Eurovisión”. Ahora bien, “cuando lo vives desde dentro, hay mucho trabajo, presión y te sientes muy observada. Pero hay que afrontarlo con ilusión, ganas y disfrutar de la experiencia, vivirlo a tope”.
Blanca Paloma, nueva eurofan confesa, sabía de Eurovisión a través de su hermana. “Eurovisión ha sido una cosa que ha venido a mí y acepté como un regalo del que he aprendido muchísimo. Estudié Bellas Artes y venía de trabajar detrás de los escenarios, y exponerme fue una decisión valiente. Cuando tienes tanta expectación, te haces vulnerable, pero empoderarte desde ahí te hace doblemente fuerte”, explica.
Según Angelina Mango, Sanremo no se considera tanto en Italia un concurso, más bien “un espejo de lo que pasa en la música italiana”. “Cuando gané, me extrañó muchísimo, y fue ahí cuando me preguntaron por la participación en Eurovisión. Lo he afrontado con la mirada de un niño que quiere aprender, y estoy muy contenta y orgullosa de hacer representado, no sólo a mi país, sino a mi generación como artista”.
Sobre su actuación en el gran escenario de Eurovisión, la italiana confiesa que le pareció como vivir en dos cuerpos distintos. “Cuando miraba mi actuación me preguntaba si era yo en aquel escenario, si era la misma chica que hace dos años estaba en casa y escribía sus canciones. Eurovisión ha sido una oportunidad para que mi música pueda viajar, y estoy muy contenta con lo que me está aportando”.
Para Edurne, “pasa muy rápido, pero lo recuerdo como un momento mágico y especial”, mientras que Blanca Paloma se sintió “como una pieza de un engranaje, de un equipo, rodearte de un equipo que te haga sentir bien para llegar a ese escenario segura y puedas disfrutar es fundamental”.
INTENSA PREPARACIÓN PARA EUROVISIÓN
La preparación para representar a un país en Eurovisión es ardua e intensa. “En mi caso, RTVE me anunció en enero. Me considero una persona muy perfeccionista, y desde entonces empecé a mirar propuestas de escenografía, puestas en escena, canción… Todo estaba focalizado en Eurovisión, cada mañana me levantada y pensaba en el festival. Fue un proceso intenso y duro, de mucho trabajo y esfuerzo, pero muy gratificante”, explica Edurne.
“Para mí, como me decía Polo, ha sido como un parque de juegos. Amamos nuestro trabajo y el equipo del que hablaba vibró en la misma energía, tanto que llegaban a sobrar las palabras. Moverme y desplazarme en el escenario era un reto y llegué a alquilar la sala de ensayos más grande, equiparable al escenario de Eurovisión”, apunta Blanca Paloma.
En el caso de Angelina Mango, “la preparación empezó el día después de Sanremo. Tenía el apoyo de un equipo buenísimo de mujeres que hicieron un trabajo muy especial para mí. Estoy muy contenta. Siempre intenté mantener el mismo instinto que me mueve en la música. Soy una persona que se mueve mucho en el escenario. Me entrené bastante, incluso salía a correr por las mañanas, hábito que ahora he incorporado”.
Y tras la preparación para Eurovisión, llega el momento de la actuación. “Sabes que es el momento más importante. La organización del festival es de las cosas más locas que he visto. Pasas por las diferentes fases: microfonar, pasillos, escenario… Y ahí están los nervios, los nervios de artista. Yo sólo pensaba en disfrutar pero quería que todo saliera bien”, recuerda Edurne. Blanca Paloma, por su parte, concibe la actuación de Eurovisión como un “acto de entrega”. “Antes de ese gran momento, quería estar sola, en silencia, concentrar tu energía para luego regalarla. Mirar hacia arriba y hacia abajo, tocar el escenario y pensar en mi abuela Carmen. Eso me colocaba en el sitio emocional donde quería estar, para salir con mucha fuerza y poder”, explica.
LA INFLUENCIA DE LA POSICIÓN FINAL
Y cómo influye la posición final en una competición como Eurovisión en los artistas. “Nunca había pensado en el puesto, no soy competitiva, nunca lo he sido ni con amigos, ni en Sanremo ni en Eurovisión. Durante los 14 días que pasé en Malmö pensaba en disfrutar lo que estaba viviendo. Y acabar en séptima posición es un reconocimiento, no tanto para mí, sino para mi equipo”, expresa Mango.
“Yo no tuve una buena posición. Eurovisión es una competición, pero los artistas que vamos allí no lo vivimos como tal. Vamos a disfrutar y compartir nuestra música, vivir la experiencia, y si luego ganas o quedas bien, mejor”, añade Edurne. “Había mucho talento pero también mucha humanidad. Poder compartir y convivir con el resto de artistas medio mes es lo más importante, esos ratitos que nos cruzábamos en los pasillos. Debería llamarse convivencia musical europea”, apunta Blanca Paloma.
EUROVISIÓN CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
¿Es Eurovisión un escenario feminista? ¿Se perciben las diferencias de género en el festival? Las tres artistas responden rotundo: no. “En Eurovisión no noté tanto las diferencias de género como sí las hay en la industria musical, donde a las mujeres se nos exige más, ya sólo por la estética”, plantea Edurne. “Eurovisión es un escenario y un festival donde no se nos mira ni se nos juzga tanto, nos da plena libertad para ir como queramos y no se te exige tanto como mujer”, puntualiza.
Para Blanca Paloma, en Eurovisión “ha habido una evolución, se ha ido renovando y mutando a la orden del día, y eso es lo que va a mantener al festival vivo y fresco. Es importante que haya mensajes pero no tantas etiquetas de género y estilos”. Angelina Mango dice haberse sentido “libre de ser ella misma” en Eurovisión. “Lo bonito de esta experiencia ha sido conocer las diferencias de los otros artistas e intentar absorberlas para crecer y mejorar. Como mujer, me considero afortunada, siempre he elegido a las personas correctas a mi lado y no me han visto con una mirada diferente. Entre todos los juicios, el que más me importa es el mío. Quiero mostrarme con todas mis imperfecciones, que no son tal sino valores añadidos”, apuntala.
Al hilo, Blanca Paloma dice: “es importante mostrarnos naturales con todas nuestras imperfecciones. El escenario de Eurovisión te coloca en un lugar que parecemos dioses y al final sólo somos personas trabajadoras, sencillas y perfeccionistas”. Y Edurne sentencia: “Soy perfeccionista pero no soy perfecta. Somos artistas, pero también personas, y no somos más que nadie. Y esto hay que vivirlo con naturalidad”.
Y TRAS EUROVISIÓN
Después del festival, “volví y seguí trabajando como siempre”, dice Edurne, que antes de viajar a Viena en 2015 había forjado ya una carrera musical consolidada. El caso de Blanca Paloma en 2022 y 2023 fue diferente. “Mi paso al frente fue con el Benidorm Fest. Y después de dos ediciones y Eurovisión, te deja resaca emocional y tienes que colocar quién eres tú en la música. A posteriori han sido muchas las preguntas que me he tenido que responder. Para mí ha sido un trampolín muy grande, pero mi valor es haberlo tomado con tranquilidad”.
Por último, Angelina Mango revela que, para ella, ha sido un gran cambio en el terreno laboral. “Hoy estoy en España y soy italiana”, dice. Y a nivel personal, “ha sido una catarsis porque Eurovisión me ha hecho entender que puedo vivir y gestionar experiencias tan grandes”.
Conversación
Edurne no me importaría, pero con una canción importante y con opciones, no aquel ieieeeeooooo que me taladraba los oídos. Y Blanca Paloma nada que objetar, la propuesta que llevaba la tenía bien estudiado, nos hizo soñar con el buen puesto que anticipaban las apuestas, pero para el televoto no merecía mucho. Una pena.
Esas tres no le llegan ni a la suela de los zapatos a las Aska ni a las Hurricane... Cuando hagan un trio y vuelvan al festival me lo creeré. Mejor que vayan representando a Italia... O a San Marino, mejor...
sinceramente sí me parecería bien que Edurne volviese a Eurovisión, pero con una canción más competitiva, porque malgastó todo su potencial en 2015
Pues me encantaría volver a ver a cualquiera de las 3 en el ESC, sobretodo a Edurne. Creo que Amanecer no estaba a su altura.
Que se vayan a representar a San Marino y que nos dejen en paz, que ya bastante tenemos. Estas 2 no saben escoger buenos temas, a una se la conoce más por chica jurado TV que por otra cosa. La otra se creyó que Europa iba a tragar con el rollo de la abuela cuando no tragaron con la de Cantó en pleno Covid. ATRÁSSSSS.
espectaculares por favor Edurne tiene que volver y tener el puesto que se merece en un top 10