Cuatro historias de sedes curiosas que no llegaron a serlo
Artículo publicado originalmente el 29 de septiembre de 2019.
Si en un reportaje previo repasábamos las ediciones de Eurovisión que se celebraron donde nadie se lo esperaba, hoy hacemos lo propio con aquellas ciudades y recintos pintorescos que estuvieron a punto de serlo o, al menos, lo intentaron.
EUROVISIÓN 1972: MÓNACO
La historia de una de las primera no-sedes más rocambolescas comienza con el triunfo de la parisina Josiane Grizeau, alias Séverine, en el festival de Dublín 1971 bajo bandera monegasca. Si todo hubiera transcurrido como debiera, el premio de 1972 lo tendría que haber entregado a la ganadora Vicky Leandros en el pequeño principado, pero lo hizo en ¡Edimburgo! ¿Cómo puede ser?
En aquel tiempo, la televisión participante era Radio Monte Carlo (RMC) y, desde un principio, mostraron su total disposición para organizar el festival. La UER, siguiendo el protocolo habitual, les pidió que detallaran posibles sedes y fechas. La Ópera Garnier de Montecarlo, en ese momento, estaba orientada exclusivamente a la representación operística, mientras que el famoso Baile de la Rosa se realizaba en la pequeña Salle des Arts del coqueto edificio Sporting d’Hiver. Ninguna era una opción válida.
La RMC, sin embargo, era conocedora de que se estaba barruntando construir el actual Sporting Club de Montecarlo, unas lujosas y amplias instalaciones para conciertos y eventos de todo pelaje. Aunque sondeó un posible adelanto de las obras a la Societé de Bains de Mer (SBN), la inmobiliaria estatal, esta no tenía previsto tener algo hecho hasta 1973. Solo quedaba una opción, el antiguo estadio de fútbol de Louis II, un recinto que tan solo tenía una grada cubierta y donde el Mónaco jugaba la primera división de la liga francesa hasta finales de mayo. Así que la propuesta que llegó a la UER fue la de realizar el festival en junio y al aire libre.
Alguna ceja debieron levantar en Ginebra al recibir la propuesta y se empezaron a buscar alternativas. Finalmente, la BBC se hizo cargo, y así Séverine acabó entregando el premio en Edimburgo y no en un estadio de fútbol.
No podemos dejar de compartiros que la artista, siempre que puede, remarca con cierto desdén que nunca ha sido invitada a pisar el pequeño Principado, ni antes como desconocida, ni después de conocida. No obstante parece olvidar que el vídeo promocional que por primera vez tenían que enviar antes del festival se grabó en un banco, bajo un árbol, en una calle frente al famoso casino de Montecarlo.
Este ‘shade’ de Séverine a la corte de los Grimaldi se convirtió en antológico cuando en la retransmisión de 1972, justo antes de cantar la empalagosa pareja monegasca y durante el plano televisivo programado hacia ella en calidad de ganadora, la parisina dirige deliberadamente la mirada hacia su pequeño reloj de pulsera mostrando un total desinterés por sus sucesores.
EUROVISIÓN 1980: TORREMOLINOS
Saltamos a 1980. La segunda victoria de Israel provocó un casi inmediato “no” en la IBA que se oficializó a finales de aquel agosto de 1979. La noticia apareció en los principales medios de comunicación el 23 de ese mismo mes. El ABC, entonces, publicó que ” El Patronato de Turismo de la Costa del Sol ha iniciado ciertas conversaciones con la Subsecretaría de Estado de Turismo para promover la organización del próximo Festival de Eurovisión en el Palacio de Congresos de Torremolinos”. Tres días después, una breve crónica de su corresponsal en la zona, Francisco Acedo, confirma la petición: “El Patronato de Turismo de la Costa del Sol, apoyado por la Secretaría de Estado para el Turismo, se reafirma en su petición elevada a la UER”. Hasta la mítica Billboard se hizo eco de la proposición andaluza.
El posible coste del evento se evaluaba en unos 80 millones de pesetas, y un portavoz del Patronato costasoleño catalogaba la organización como una “inversión productiva”, a la vez que enunciaba las ventajas de la exposición mediática en un evento retransmitido casi globalmente. Sobre el hipotético escenario, la noticia hablaba del Palacio de Congresos de Torremolinos, con voces que preferían el de Marbella o habilitar una plaza de toros. Sin embargo, no hubo más referencias a posteriori de la propuesta hasta que, el 22 de noviembre, se publicó el teletipo informando que Holanda acogería el festival de 1980 y se mencionó que la idea torremolinense “parece que no ha cuajado”. El entonces Secretario de Estado de Turismo era Ignacio Aguirre, diplmático que sería portavoz del último gobierno de la UCD, gran aficionado taurino y tío de la ínclita Esperanza Aguirre.
El Palacio de Congresos de Torremolinos había sido inaugurado en 1970, todo un hito en el país, en tanto que era el primer recinto que apostaba claramente por el turismo de congresos en España. Su sala más importante es el impresionante hall con forma de caracola marina, presidido por una espectacular lámpara de cristal, donde hubiera sido complicado haber albergado el festival al estar compuesto de dos pisos de 3.000 y 4.000 metros cuadrados. La otra sala, más grande, tan solo tiene 800 plazas, y habría que contar con la entonces ineludible orquesta. A día de hoy sus instalaciones apenas han sido modificadas.
EUROVISIÓN 2007: LEVI
De la Costa Azul y la Costa del Sol nos vamos a latitudes nórdicas para comentar otras dos no-sedes que, para asombro de muchos, estuvieron en la mesa de los despachos de la UER. Finlandia acogería en el año 2007 su primera Eurovisión tras años de travesía por el desierto y gélidos resultados. Aunque estaba cantado que Helsinki se llevaría la organización, como buena democracia nórdica, hubo también un ejercicio de transparencia para involucrar a todo el país en la organización del evento.
Las principales urbes presentaron su candidatura, Espoo, Rovaniemi, Tampere, Turku… y Levi. Un ‘mega resort’ de actividades invernales 170km al norte del círculo polar ártico que acoge competiciones internacionales. La propuesta tenía un punto muy a favor, las más de 19.000 plazas hoteleras disponibles. La municipalidad envió su candidatura a la YLE finesa, pero no especificaba ningún tipo de local o sede. El único lugar posible hubiera sido el Congress & Exhibition Center Levi Summit, con capacidad para… ¡436! personas.
Su temporada de invierno comenzaba en octubre y finalizaba en mayo. ¿Os imaginais a Marija, Verka, Evridiki o Edsilia paseando con botas de nieve? ¿Hubiera acogido el Luvattumaa Hotel, el recinto hostelero de hielo más grande de Europa, el Euroclub de aquel año?.
El productor ejecutivo de Eurovision 2020 y 2021, Sietse Bakker, escribía entonces sobre la candidatura de Levi: “No tiene ninguna posibilidad, salvo que tengan un recinto oculto en la cavidad de una montaña, y de tenerlo, ¿por qué no usarlo para dominar el mundo desde allí en vez de acoger Eurovisión?”.
EUROVISIÓN 2014: HORSENS
Cerramos este pintoresco repaso con la victoria de Emmelie de Forest en el Arena de Malmö en 2013. La televisión danesa recibió en su correo candidaturas como las del Parken Stadium de Copenhague, la Feria de Muestras de Fredericia o los espectaculares Gigantium de Aalborg y Boxen de Herning, pero también las propuestas exóticas del recinto externo de la sede de la DR, algo así como si aquí RTVE hubiera propuesto cubrir como el Palenque de la EXPO92 cualquier descampado cerca de Prado del Rey; el B&W Hallerne, un antiguo astillero a las afueras de la capital que acabó llevándose el gato al agua y arruinando a la sociedad turística Wonderful Copenhaguen; y la cárcel de Horsens, la Statsfængsel, donde se albergaba un museo carcelario y se acogían conciertos al aire libre.
La propuesta consistía en usar los antiguos patios de la prisión que, de ser elegida, serían cubiertos con un revestimiento de cristal de 30 metros de altura que permanecerían para siempre. Sin embargo, surgían dudas sobre donde alojar bajo un cubo de cristal a 50 cabinas de comentaristas con aire acondicionado, y ellos tenían respuestas como “tenemos al menos 50 celdas que acogieron a otros tantos famosos presos daneses”. La promoción tras esta candidatura, y la retirada de las de Aalborg o el Parken, hizo pensar que realmente tendría posibilidades y haría frente a la favorita Herning. Quién sabe si de haber sido elegido el Boxen, en este artículo hubiéramos mencionado aquel abandonado astillero a las afueras de Copenhague, y es que cualquier opción que inicialmente no tiene visos de ser elegida, puede serlo buscando una solución creativa a sus puntos débiles.
Conversación
Wow, no sabía lo de Torremolinos 1980, pero se ve que en realidad no hubo una intención real. Es una lástima que RTVE no pusiera más intención para organizar Eurovisión en 1972, 1974 o 1980. Porque resulta que en los tres años precedentes a estos, quedamos 2° y el país ganador no podía organizarlo. Si España se hubiera postulado con alguna propuesta contundente, la UER no habría tenido problema en celebrar Eurovisión en España en alguno de esos años
Pues lo de hacer un festival en la nieve molaría. Total, cuando se hacen los JJ.OO. de invierno hay un estadio que es cubierto, con lo cual, cualquier ciudad que los haya albergado podría tener capacidad para hacerlo. Otra cosa es que haya nieve en mayo. Quizás en Noruega, Suecia o Finlandia sí.
Habilitar una plaza de toros no me parece tan descabellado... algún Festival Da Cançao se ha emitido desde alguna.
Habilitar una plaza de toros, en serio? Oh my God, que espanto! Y la prisión! No se lo que es peor. Muy curiosa la información, gracias!
Si se pudo realizar en unas cuadras en un minúsculo pueblo irlandés llamado Millstreet y quedar tan resultón, cualquier cosa es posible. Aunque actualmente, Eurovisión es un despliegue tal de infraestructuras de todo tipo, que es complicado salirse de las grandes ciudades o grandes áreas urbanas.