EURORETROVISIÓN: LO MEJOR Y PEOR DEL 2017.

¡Buenas tardes queridos lectores! Ante todo, feliz año 2018, espero que hayáis tenido buena salida y mejor entrada de año. Ahora lo que toca es seguir disfrutando de la etapa más fanática de Eurovisión: las preselecciones y los progresos de cada país por mandar sus “mejores” apuestas al festival. Como cada año, no tenemos ni […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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EURORETROVISIÓN: LO MEJOR Y PEOR DEL 2017.

¡Buenas tardes queridos lectores!

Ante todo, feliz año 2018, espero que hayáis tenido buena salida y mejor entrada de año. Ahora lo que toca es seguir disfrutando de la etapa más fanática de Eurovisión: las preselecciones y los progresos de cada país por mandar sus “mejores” apuestas al festival. Como cada año, no tenemos ni idea de lo qué decidirá el público en los casos en los que tiene voz y voto o las mismas delegaciones de forma interna, pero espero que no hagan de este festival un evento aburrido con canciones mediocres y apuestas ínfimas para salir del paso. ¡Un poco de carácter festivalero, de espíritu eurovisivo, de cultura, de variedad y de buena música!

Y como no podía ser menos, mientras vemos como suceden estas eliminatorias, decisiones internas y demás, vamos a disfrutar un poco del legado que nos dejó el festival en este pasado año. Un 2017 que estuvo marcado por la polémica, la política y las deudas. ¿Dónde quedó aquella etapa en la que disfrutábamos sin más de la música que enviaba cada país? Lo que sí sabemos es que hubo de todo: injustas decisiones, sonados regresos, canciones variopintas y ¡hasta animales en el escenario! Si no, que se lo digan a Manel Navarro y su famoso gallo en Eurovisión.

Dejando todo esto atrás diré que sigue pareciéndome muy injusto el desproporcionado porcentaje de votos que tiene el público, puesto que puede pasar de 0 votos a más de 300 y no me cabe en la cabeza que ese reparto sea justo. Sería mejor que el voto de cada país lo emitiese el televoto, pero con las puntuaciones de siempre: del 1 al 12. Ya las conexiones con las sedes de cada país participante no tienen ni relevancia, y más cuando se sabe que luego va a cambiar todo debido a los desajustes que propicia la audiencia. Pero sigamos con lo que nos interesa: con el aspecto más importante y emotivo del festival: la música.

 

He clasificado Eurovisión 2017 en dos partes bastante diferenciables: lo peor y lo mejor.

Y no, que ganase Salvador Sobral no puedo clasificarlo en ninguno de estos dos grupos. No me pareció justa porque no estaba ni entre las que yo consideré “mejores propuestas del 2017”, pero por otro lado me alegré de que ganase una apuesta diferente, sencilla y sobre todo de un país que no ha tenido suerte en Eurovisión prácticamente nunca. Me alegro mucho por nuestros vecinos, que siempre nos han apoyado a pesar de todo.

 

LO MEJOR DEL 2017:

  1. El renacer de Reino Unido. Nunca se fue, pero estuvo muy ausente durante unos años. Sin embargo este 2017 ha sido mágico y nos han regalado unas de las mejores actuaciones de la historia del país en Eurovisión aunque el público y el jurado no supieran valorarlo lo suficiente.

  2. La dignidad de Italia. Un país que nunca se relaja es Italia, que este año mandó una canción que sonará el resto de nuestras vidas en nuestras cabezas. Una banda sonora, una actuación especial…Una digna ganadora de Eurovisión que, aunque partía como favorita, no pudo hacerse con el triunfo.

  3. La constancia de Bulgaria. No conforme con el buen resultado del 2016, Bulgaria quería más y para ello debían mandar algo que emergiera en nuestros corazones. Y tanto que lo hizo, como brilló el joven Kristian consiguiendo la segunda posición. ¡Cuidado con Bulgaria que amenaza con ganar este próximo año si todo sigue igual de bien!

  4. Los Países Bajos están a la altura. A priori a nadie le convencía ese tema a tres voces que parecía una audición de X factor. Sin embargo, la magia, el sentimiento y el esfuerzo de las chicas de O'G3NE se hicieron notar y ganó al público, quedando en una de las mejores posiciones de este país en Eurovisión.

  5. Dinamarca sacó matrícula. Pero no lo reconocieron. Actuar entre varios favoritos tiene una clara consecuencia: pasar desapercibido por muy bien que lo hagas. Y este fue el caso de Dinamarca, cuyo directo nos hizo pensar en los ángeles. Me quedo con su voz y su maravillosa canción.

 

LO PEOR DEL 2017:

  1. Hungría en la final. Para mí esta canción por muy auténtica y muy de raza que fuese, no merecía estar en la final antes que otros. De hecho aburría hasta a las piedras. No tuvo un mal directo, pero tampoco algo arriesgado para marcar la diferencia. Fue una actuación descafeinada.

  2. El declive de Ucrania. Sí, se puede pasar de la primera posición a la penúltima en tan sólo un año. Solo hace falta mandar una canción que a casi nadie le gusta y probar suerte con la inercia de arrastrar un triunfo anterior. Pero no, así no van las cosas. Todas las polémicas previas también ayudaron, y mucho.

  3. La sobrevalorada Bélgica. Con una canción que no encajaba en Eurovisión, un directo que ni fu ni fa, y una puesta en escena que simulaba el escenario de un after a las 12 de la mañana…Las comparaciones con canciones del mismo estilo musical o de otros grandes son odiosas, por favor, no se molesten en hacerlas.

  4. España. Toda ella. Un despropósito de canción, de propuesta, de escenografía, de cantante, de organización. Si yo fuese el resto de Europa no perdonaría esta elección en unos añitos. Pero la culpa todavía nos la echarán a nosotros, la audiencia, que escogimos a otra persona con la que al menos hubiéramos hecho una actuación mucho más digna y memorable.

  5. La clasificación de Austria, Armenia, o Noruega antes que Suiza, Islandia o Estonia. Imperdonable que tres grandes propuestas que encajaban a la perfección y mostraban lo mejor de su país quedasen eclipsadas. Dicen que para gustos colores, y todos no tenemos que tener el mismo gusto, pero deberíamos ser un poquito justos y sobre todo tener algo de oído.

Os dejo con mi favorita, la verdadera ganadora de Eurovisión 2017 en mi cabeza.

¡Hasta la próxima!

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