EL AMATEURISMO ES IMCOMPATIBLE CON EUROVISIÓN 2011

Ya tenemos a los diez semifinalistas que lucharán por representar a TVE en el próximo Festival de Eurovisión de Düsseldorf. David Sancho, Auryn, Lucía Pérez, Gio y Da Igual lograron el pase a semifinales en la primera gala, mientras que este viernes lo hicieron Esmeralda Grao, Mónica Guech, Sebas, Melissa y Don Johnsons.Todos o casi […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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EL AMATEURISMO ES IMCOMPATIBLE CON EUROVISIÓN 2011

Ya tenemos a los diez semifinalistas que lucharán por representar a TVE en el próximo Festival de Eurovisión de Düsseldorf. David Sancho, Auryn, Lucía Pérez, Gio y Da Igual lograron el pase a semifinales en la primera gala, mientras que este viernes lo hicieron Esmeralda Grao, Mónica Guech, Sebas, Melissa y Don Johnsons.

Todos o casi todos desde un punto de vista artístico, cada uno con su estilo y con diferencias vocales y escenográficas bien marcadas, son candidatos muy válidos, lo que podríamos llamar artistas políticamente correctos, que encajan a la perfección en el modelo de televisión pública que propugna Oliart, un modelo que valora el talento, el esfuerzo y la constancia, nada que ver con las karmeles, cobras y gatos de antaño, que tanto dieron que hablar y tanta polémica suscitaron.

Ese filtro de calidad antifrikis anunciado por el propio presidente de la corporación pública en el Congreso de los Diputados parece haber funcionado. Y es de alabar el gran talento de algunos de los diez semifinalistas, su esfuerzo, su profesionalidad y las ganas que le están poniendo en este Destino Eurovisión. Desde aquí va mi más sincero reconocimiento.

Ahora bien, después de presenciar las dos primeras galas, la última en directo desde Sant Cugat, uno percibe bastante amateurismo en casi todos los potenciales representantes españoles, amateurismo que no sé hasta qué punto es compatible con el festival de 2011.

Recordemos. En 2011 el festival se celebra en Alemania, potencia europea y uno de los países del Big Five de la UER. En 2011 Italia regresa al certamen después de trece años de ausencia y lo hará, seguro, por la puerta grande utilizando para ello el mítico festival de Sanremo como preselección. En 2011 Reino Unido elige de forma interna a una mítica boyband (¡que tiemble Auryn!) conocida en media Europa como son los Blu. Y en 2011 Lena Meyer-Landrut, ganadora en Oslo, intentará revalidar su título en Düsseldorf precedida de una potente campaña de promoción discográfica por parte de la cadena alemana NDR.

Muchos argumentaréis que Lena-Meyer Landrut era una auténtica desconocida, una amateur, y ganó el festival del año pasado cantando como si estuviera con unas amigas en un karaoke. Cierto es, ahora bien, Lena suplía su falta de experiencia con ángel, chispa y con una frescura y un descaro innato, algo que tampoco es predominante en la mayoría de semifinalistas de Destino Eurovisión.

Mientras el resto de países europeos, entre ellos inclusive los del Big Five, se afanan en llevar lo mejor del panorama musical patrio a Düsseldorf, en España Eurovisión no puede convertirse en el premio al alumno más aventajado de un espectáculo de fin de curso de instituto. Y esa es la sensación que transmiten en determinados momentos determinados artistas de Destino Eurovisión.

Y esa sensación de amateurismo se hace mucho más palpable cuando ves actuar sobre el mismo escenario a artistas profesionales, con más tablas, como Malú, Merche o David Civera. Son estos artistas los que luego pueblan los escenarios eurovisivos representando a otros países, sobre todo a los nórdicos, los del Este de Europa y, cada vez más, a los occidentales como Alemania, Francia, Reino Unido, y seguro que este año Italia.

No sé con certeza dónde puede estar el error en España, si en el método elegido este año por TVE y Gestmusic de búsqueda de cantante y canción por separado, si en un desapego y descrédito infundado de los artistas profesionales españoles hacia el evento musical y televisivo con mayor trascendencia de Europa -estoy seguro de que artistas, como la propia Merche, jurado de Destino Eurovisión, y a excepción de Soraya, jamás se han planteado la repercusión que puede tener participar en un evento como Eurovisión- o quizá en el escaso empeño, persuasión o credibilidad de TVE por atraer a los famosos jokers.

Las intenciones de TVE este año con los jokers han sido muy buenas, pero las vías utilizadas para ello poco ortodoxas y un tanto surrealistas. No se puede facilitar un teléfono para que un Alejandro Sanz, un David Bisbal o un Enrique Iglesias de turno, de motu propio, te llamen. Este sistema está abocado al fracaso, como así parece haber sido, salvo que TVE y Gestmusic se guarden un as en la manga aún sin desvelar.

Tendría que ser la propia TVE la que salga a la caza y captura del joker con propuestas bajo el brazo sólidas, solventes, viables y con un sugerente recorrido profesional y promoción tanto en España como fuera de nuestras fronteras para esos potenciales jokers. Es en realidad lo que hacen la mayoría de televisiones europeas que utilizan esta figura del as.

Sin conocer aún las canciones aspirantes y ver cómo encajarán con los tres finalistas, es pronto aventurar qué nos deparará este Destino Eurovisión, pero a día de hoy mi presentimiento no es nada halagüeño, sobre todo comparando lo que pueda salir en España con lo que ya han elegido o están en trámites de ello para Düsseldorf muchos países europeos. Cada año, el nivel de Eurovisión es mucho más alto y competitivo, y TVE no puede ni debe apearse de este tren.

Y concluyo con lo que, en mi opinión, ha sido la gran injusticia de este Destino Eurovisión. Esta columna va dedicada de forma especial a PAULA MARENGO, por su voz, elegancia, imagen y la gran interpretación que hizo en la primera gala del gran éxito de Anne Marie Davis Tu te reconnaîtras.


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