Charlie McGettingan, ganador de Eurovisión 1994, se une a Nemo y devuelve su trofeo

En un vídeo difundido en sus redes sociales, Charlie McGettigan, ganador del Festival de Eurovisión de 1994 junto a Paul Harrington con la balada Rock ’n’ Roll Kids, ha anunciado que devolverá su trofeo a la Unión Europea de Radiodifusión (UER). El artista irlandés se suma así al gesto de Nemo, ganadore de Eurovisión 2024, quien comunicó ayer su decisión de entregar su propio galardón como señal de protesta por la continuidad de Israel en el certamen musical.
McGettigan relata en su vídeo que fue Nemo quien se puso en contacto con él a través de redes sociales para explicar las razones detrás de su decisión: «Nemo se mostró sincere y muy inteligente, y expuso muy bien su razón, por lo que, en apoyo, me gustaría devolver también mi trofeo a la UER.» Lamentablemente, Paul y Charlie ganaron Eurovisión hace casi 32 años, por lo que no ha podido encontrar el trofeo que recibieron entonces: «Si lo encuentro, lo devolveré.»
La tremenda crisis reputacional de Eurovisión
Este movimiento llega en un momento especialmente convulso para la comunidad eurovisiva. Esta misma semana, la UER confirmó que Israel seguirá participando en Eurovisión 2026, una decisión que ha provocado una cadena de reacciones. Como consecuencia directa, cinco emisoras públicas han decidido retirarse de la próxima edición: Islandia, Irlanda, Países Bajos, Eslovenia y España.
La controversia también ha movilizado a numerosos exrepresentantes y ganadores del festival. Entre ellos destaca Salvador Sobral, vencedor de Eurovisión 2017 por Portugal, quien se ha mostrado públicamente en contra de la continuidad del país israelí en la competición. Otros artistas de diferentes generaciones han añadido su voz al debate, pidiendo a la UER que revise su postura o adopte medidas más firmes.
Una protesta simbólica
Con la decisión de Nemo y Charlie McGettigan, el gesto de protesta parece adquirir una nueva dimensión simbólica. Que un ganador histórico, cuyo triunfo forma parte de la memoria eurovisiva, exprese su desacuerdo de esta manera añade presión a la conversación que se está desarrollando tanto dentro de la organización como entre los seguidores del festival. Falta por ver si más artistas o delegaciones se sumarán en los próximos días a esta ola de protestas, que mantiene a la comunidad eurofan pendiente de posibles nuevos desarrollos en torno a Eurovisión 2026.
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