Benjamin Ingrosso ganó el siempre prestigioso Melodifestivalen y tiene el pasaporte para representar a Suecia en Lisboa. No importa cómo mires el resultado de aquella noche. Su victoria tanto en los jurados internacionales como en el televoto lo colocan como el indiscutible ganador del concurso. Sin embargo, se hizo visible que el cambio introducido en los jurados no logró el objetivo deseado… Esta entrada es continuación de Melodifestivalen 2018 ¡Ataque al corazón! Repásala para poder tener la imagen completa del análisis.

LOS DESTACADOS

Las votaciones finales de este Melfest (ver tabla) dejan dos matices importantes:

El primero de ellos no fue tan obvio. Conociendo cómo funciona el televoto en el Melfest, resultaba complicado que cuando sólo quedaban Benjamin y Felix, este último pudiera dar el campanazo y llevarse el trofeo. Ignorando los cálculos, y con la emoción a flor de piel, nos daban a entender que era posible. Pero no solo no era imposible en ese momento, sino que lo era en el anuncio anterior, en el anterior e incluso en el anterior.

Justo cuando Lindgren pronunciaba que el quinto clasificado conseguía 60 puntos, Ingrosso ya era matemáticamente el ganador. Y eso que aún quedaban cuatro puntuaciones más por anunciar. En definitiva, a ojos del espectador hubo emoción hasta el final, pero matemáticamente la emoción se desvaneció mucho antes (ver nota al pie).

El otro matiz que señalaba si que llamó más la atención. Si hubo una discordancia importante entre jurados y televoto, este fue Méndez, 12º para el jurado y 3º para el público. Si ambos sistemas tuvieran el mismo peso, Méndez habría conseguido un puesto más o menos intermedio entre el 3º y el 12º. En cambio, siguió quedando último. El jurado tiene tanto peso que un tercer puesto del público no influyó en absoluto. Es más, aunque se hubiese llevado los 67 puntos que se llevó el ganador del televoto, Méndez no se habría movido de su lugar.

A continuación, vamos a hacer tres simulaciones con los resultados actuales y nos vamos a fijar en concreto en estos dos matices, viendo cómo se alteran al hacer las simulaciones.

VIAJE AL PASADO

Lo bueno de este sistema es que nos permite simular a la perfección qué habría pasado si se hubiese seguido con el sistema anterior.

Ningún puesto del top3 habría variado y las diferencias de puestos son de solo uno salvo Méndez que habría escalado dos puestos. Por tanto aquí ya vemos que el antiguo sistema daba más peso al televoto que el usado en 2018.

El factor emoción no habría cambiado. Al saber los puntos de Samir & Viktor, Dance you off se convirtió en la ganadora de la noche aunque no lo sospecháramos.

UN SISTEMA ALTERNATIVO A…

Uno de los problemas del actual sistema de televoto es que no discrimina las canciones: todas obtienen puntos muy parecidos. No sería un problema si a los jurados les pasara igual, pero esto no es así, los jurados sí discriminan y por eso tienen más peso. Si te fijas el rango de votos del jurado fue de 112 (114 puntos de Benjamin menos los 2 de Méndez) mientras que el rango del televoto solo fue de 30 puntos (los 67 de Ingrosso menos los 37 de Andersson).

Por eso, para solucionarlo he propuesto un sistema que se ha utilizado en otras preselecciones (como en España) y que consiste en dar puntos estilo Eurovisión, pero multiplicados por el número de jurados. Es decir, el primero del televoto del Melfest obtendrá 12 puntos por 11 jurados internaciones, 132 puntos. Y así sucesivamente. Al final, ambas partes siguen otorgando la misma cantidad de puntos. Este sistema discrimina mucho más, incluso discriminará más que los jurados porque estos no tienen decisiones unánimes (no otorgan todos sus 12 al primero, ni todos sus 10 al segundo, etc.).

Al usarlo, vemos que efectivamente esto es así y Méndez escala hasta 6 puestos por este incremento en el peso del televoto.

En cuanto a la emoción final, no habríamos sabido el ganador hasta el ultimísimo momento. En ese instante los dos primeros tenían una diferencia de 20 puntos y quedarían por dar el 110 y el 132, es decir 22 puntos de diferencia. Estos habrían sido suficientes para que, en caso de ganar Felix el televoto, este se llevara la victoria final.

…Y UN SISTEMA ALTERNATIVO B

Hemos visto que quizá esta alternativa fuera ventajosa para el público. Por eso podemos plantear una alternativa que dé el mismo peso a jurados y a televoto. Para ello solo hay que traducir las clasificaciones de ambos a una votación de Eurovisión.

En esta ocasión Méndez solo habría ascendido 5 puestos, lo que muestra que el sistema anterior primaba más al televoto. De hecho, habría ocupado el 7º lugar. Al principio decíamos que debería haber quedado en un puesto entre el 3º del televoto y el 12º del jurado. El promedio de 3 y 12 es 7,5. Ahí queda.

Sobre la emoción, depende de cómo se deshiciera el empate. Felix solo habría podido ganar a Benjamin empatándole a 22 puntos. Si el jurado decidiese los empates, Felix no habría llegado con opciones al llevarse Méndez los 8 puntos. En cambio, si el televoto decidiese el desempate, Félix habría podido empatar y ganar si se hubiese llevado los 12 del público.

CONCLUSIONES

Lo que podemos sacar en claro de estos análisis es que el sistema implantado en 2018 no solo perjudica al televoto sino que lo ha empeorado con respecto al año pasado, que ya estaba empeorado a su vez por el voto por aplicación. Además, se demuestra que existen alternativas para crear un sistema que garantice la emoción hasta el último momento (incluso manteniendo el voto por app) y que además otorgue igual peso a jurados y televoto.