Ucrania renace y muerde a sus rivales en la carrera por coronar la segunda semifinal

Cuarto día de ensayos de Eurovisión 2018 y punto y final a los primeros pases de los 37 países semifinalistas. Georgia, Polonia, Malta, Hungría, Letonia, Suecia, Montenegro, Eslovenia y Ucrania cierran la segunda semifinal en una jornada muy tranquila, sin grandes sobresaltos, pero con alguna que otra sorpresa.

La primera llega desde Ucrania con una de las puestas en escena más originales de la edición redondeando una ya de por si notable candidatura. Convertido en vampiro y salido de un ataud con forma de piano, Melovin hipnotiza desde un primer segundo del que ya no puedes despegar la vista de la pantalla. Acompañado por cuatro secuaces y a la vez coristas y bajo una iluminación roja como la sangre, el cantante ucraniano derrocha carisma y talento. 

Hungría también aprueba y con nota su primer ensayo. AWS comienzan más sosegados de lo normal su actuación, pero la terminan por todo lo alto, generando una sensación de progresión ascendente muy beneficiosa, con el vocalista desgañitado, uno de los guitarristas en brazos del público, y todos rodeados por una sinfonía de fuegos y pirotecnia que ni las fallas de Valencia. La banda húngara, además, puede presumir de marcarse uno de los grandes directazos de la edición, por no decir el mejor. 

Suecia, al igual que sus vecinos escadinavos, ha calcado la escenografía de su final nacional en lo escénico, pero no en lo vocal. Sin la base ni los coros pregrabados, el directo de Benjamin Ingrosso, el auténtico, no ha pasado del aprobado, pero ya es más que el suspenso de sus coros. En lo visual, en lo televisivo, en cambio, no se puede bajar de la matricula de honor. Una media de notable raspado para una una candidatura con un cantante con gancho, una canción bien producida y presentada, y un producto con tanta proyección comercial como poca autenticidad y alma. 

En el capítulo de sorpresas, Eslovenia, Malta y Georgia han sido los protagonistas, y en el de decepciones lo fueron Letonia, Polonia y Montenegro. La falta de fuerza de la canción eslovena se la ha dado la cantante Lea Sirk y sus bailarinas. Con una coreografía muy vistosa, dosis de buen rollo en forma de sonrisas y miradas a cámara que traspasan la pantalla, y un parón musical en el segundo estribillo tan desconcertante como necesario para compensar la linealidad del tema, han convertido el número amateur de su preselección en una propuesta más que digna.

La mediocre candidatura maltesa también sale reforzada de su primer ensayo gracias a una puesta en escena que refina la sufrida en la final nacional de la isla mediterránea. Mucho mejor contextualizada y más competitiva, elegante y moderna, Christabelle interactúa con una bailarina de danza contemporánea y cuatro pantallas en forma de cubo, en cuyo interior se hacen diferentes juegos de iluminación y hologramas. Perfilar la realización y afinar algunas de las notas agudas son las tareas pendientes para redondear su propuesta. Aunque para sorpresa, la de Georgia. El Patito Feo de Eurovisión 2018 ha gustado por sus grandes voces y preciosas armonías que lucen mucho más en directo que en estudio, por su bonita y acorde iluminación y realización e, incluso, por una cortina de fuegos artificiales. Una presentación mucho más llamativa y hasta épica que la soporífera versión grabada y su videoclip.

Letonia también ha trasladado de Riga a Lisboa lo visto en su preselección, pero sustituyendo los LED's por una iluminación y realización en la que el color rojo sigue inundando todo el escenario. Con una primera parte televisivamente muy efectista, es en la segunda donde los movimientos de cámara se pierden en la interpretación y gestualidad de Laura Rizzotto, quien además no ha tenido su mejor día en lo vocal. La voz, precisamente, tampoco ha sido lo mejor de Lukas Meijer en el ensayo de Polonia, más bien al contrario. Aunque visto y escuchado su ensayo, no sabríamos decir si es peor el directo del vocalista de origen sueco, o la sobreactuación del DJ polaco Gromee. Un pastiche dance sin la más mínima personalidad y exasperante en lo visual que, a pesar de todo, podría encontrar en el público joven un caladero de votos que lo aproxime al top 10 de la semifinal. Quien no parece tener salvación es Montenegro. La potente voz de Vanja Radovanovic, disfrazado con un atuendo celeste inenarrable, poco o nada puede hacer por levantar una actuación hecha de retales balcánicos y carente de emoción y sentimiento. La ausencia de los vecinos, a diferencia de en 2014 o 2015, deja al montenegrino solo ante el peligro.

La tranquilidad en la Sala de Prensa también se ha trasladado a las casas de apuestas, quizá debido a la falta de grandes favoritos en esta jornada, o también al absoluto desconcierto que reina en este epicentro eurovisivo tras el pinchazo de casi todos los candidatos al micrófono de cristal. Israel continúa primera y hoy ha recuperado parte del terreno perdido en las últimas horas situándose en cuotas en torno a los dos euros y medio ganados por cada uno apostado. Noruega y Francia siguen segunda y tercera, Chipre ya es séptima tomándo la delantera a Suecia, y Australia cae al 10 por debajo de Italia. Moldavia sube al 16, Ucrania al 18, y ambas recogen los frutos de sus ensayos de ayer y hoy. España, por su parte, está en este momento en el #11, prácticamente ajena al caos generado a su alrededor. 

Mañana a partir de las 11:00 CET arranca la segunda ronda de ensayos que retransmitiremos en directo a lo largo de todo el día. Un total de 15 países, los primeros de la primera semifinal, volverán a probar el escenario del Pavilhao Atlantico y las novedades introducidas, o no, tras sus pruebas del pasado domingo y lunes. Así asistiremos al segundo pase de favoritos como Israel, Bulgaria y Estonia, estaremos expectantes a la segunda oportunidad de Finlandia, Bélgica y Grecia, y comprobaremos la confirmación como tapados de Austria, Croacia, Albania y Lituania. La cobertura a través de las redes sociales y nuestro canal oficial de YouTube se realizará bajo el hashtag #EuroEnsayos3M, el de hoy, nuevamente ha conseguido colarse entre las tendencias nacionales en Twitter.