Sergio Jaén, director artístico de «Wasted Love»: «En mi cabeza no existía la posibilidad de ganar»

Las candidaturas de Austria, Finlandia y Chipre de este año han tenido un nexo común: Sergio Jaen. El año pasado cumplió «Un sueño desde que era pequeño» al dirigir la visión artística de la irlandesa Bambie Thug, y por entonces, pensó que sería su único año en los lares eurovisivos. Sin embargo, este 2025 ha irrumpido en la escena europea «con más fuerza que un huracán», ayudando al joven JJ a alzarse con el micrófono de cristal.

La construcción de una victoria

Muchos pueden pensar que la idea detrás de una puesta en escena ganadora en Eurovisión requiere de un trabajo de muchos días. Lejos de la realidad, a Jaén le dieron un plazo de, ni más ni menos que cuatro días, para que enviase su idea para plasmar «Wasted Love» en el escenario de Basilea. No por ello dejó de tener «la certeza de que todo encajaba y funcionaba», cuenta. Fue un proceso «complicado», pero lo que se vio en la final del 17 de mayo fue exactamente lo mismo que lo que contempló en su concepción inicial. Eso no quiere decir que no hubiera voces discordantes detrás de su proyecto: «nos intentaron cambiar muchas cosas», confiesa.  Una de ellas fue el filtro en blanco y negro, inspirado en el cine expresionista alemán, que tanto ha diferenciado a la canción. Quizás, por la suma de todos estos factores, nos cuenta lo siguiente: «En mi cabeza no existía la posibilidad de ganar, estaba en una burbuja en la que no era consciente de las opiniones».

De ganar a quedarse a las puertas de la semifinal

Eurovisión es un «camino lleno de espinas y rosas» y el español también tuvo que hacer frente a que Theo Evan y su «Shh» no se clasificaran a la final. Eso sí, en comparación con la ganadora, tuvo mucho más espacio y tiempo para desarrollar aquel proyecto. De hecho lo llamaron en noviembre, durante la semana de Eurovisión Junior (celebrado en Madrid), para ofrecerle el puesto de trabajo —dos meses antes que los austríacos—. A uno de los desafíos a los que tuvieron que hacer frente fueron a los ensayos «stand-in», los cuales se realizan con figuración una semana antes de que el equipo llegue al festival. «Normalmente hay tres de estos pases, pero solamente tuvimos uno», cuenta. Es más, incluso el mismo final de la canción no se pudo llevar a cabo. La razón fue «predecible» y del todo «entendible» y es que los pasos de baile y los movimientos de la estructura fueron muy difíciles de realizar para los figurantes. Sin embargo, la UER les hizo saber que fue un error de la organización y que en la semifinal todo saldría bien.

Del mediterráneo al nórdico 

«Lo que más me ha ayudado para Eurovisión ha sido el Junior y el UMK [Preselección finlandesa]», cuenta. Es más, en la misma preselección conoció y estuvo en el equipo creativo de Erika Vikman, cantante de «ICH KOMME». «Este año también estaré en el UMK. Son los mejores», nos adelanta. Y no es para menos, el proceso creativo lo define como «una locura» y similar al «patio de un cole», donde además de jugar y bocetar, se baila y se trabaja en cómodos sofás. Sergio, asimismo, ha contado que una de las personas que sostuvo el barquito de papel flotante durante la actuación de Austria fue el productor del UMK. Los finlandeses, por lo tanto, lo han acompañado en varias ocasiones durante el camino eurovisivo.

En el encuentro, Sergio nos ha contado sus proyectos de cara a futuro. En ellos, no descarta la posibilidad de ser el director artístico de la próxima edición del certamen europeo. Si fuera así, cambiaría varios conceptos como el de la Flag Parade. «Me encantaría, sería un sueño. Ha habido contactos pero está por ver», confiesa. Por si fuera poco, ha compartido cuales fueron sus momentos favoritos durante su estancia, cómo se compagina trabajar en más de dos delegaciones y el «trofeo» personal que se lleva tras su victoria. Si buscas respuesta a estas y muchas preguntas, ¡no dejes de escuchar la entrevista al completo!