Después de la elección interna de Roxen para Eurovisión 2020 y su reelección para 2021, los únicos dedazos de la historia de Rumanía en el festival, la TVR ha decidido dar marcha atrás y recuperar su tradicional Selecția Națională para Turín. No se conocen por el momento más detalles sobre el proceso de selección, salvo las fechas de inscripción, entre el 26 de noviembre y el 10 de diciembre.

La otrora superpotencia eurovisiva se enfrenta a una grave crisis de resultados y audiencias cuyo inicio podemos fijar en 2016, año en el que la televisión pública rumana fue expulsada de la UER por una deuda de 14.5 millones de euros, y todo ello teniendo ya escogido a su representante para el festival de Estocolmo, Ovidiu Anton con Moment of Silence. La drástica decisión del organismo europeo fue fuertemente criticada, pero también supuso la puntilla para la TVR que acumulaba un sinfín de escándalos a sus espaldas ante la opinión pública local.

Rumanía volvería a Eurovisión solo un año después, en 2017, con Ilinca y Alex Florea y su Yodel it! con el que alcanzaron una más que digna séptima posición. A pesar del exitoso regreso, la audiencia no volvió a conectar con el festival como antes. Le sucedieron una ristra de eliminaciones en semifinales, las de The Humans en 2018, Ester Peony en 2019 y la ya mencionada Roxen en 2021, para más inri, las primeras de su palmarés, pues nunca antes se habían quedado fuera de la final. Y, por si fuera poco, el Selecția Națională 2019 se convirtió en el summum del eurodrama cuando On A Sunday fue impuesta por el jurado con solo un 3,2% del televoto.

Todo este caldo de cultivo ha propiciado cada vez más desafección de la audiencia hacia su televisión pública y, por extensión, hacia Eurovisión. La pasada edición, sin ir más lejos, solo fue vista por 178.000 espectadores y un 3,9% share, es decir, la séptima opción en su franja de emisión, datos que en España equivaldrían a los que suelen marcar FDF o Nova. El pasado mes de julio, la TVR organizó un debate televisado para analizar sus malos resultados en la competición que fue una ocasión perdida para realizar autocrítica, pues las principales conclusiones se basaron en los clichés de toda la vida hacia la “política”.