Rusia no suele hablar de sus planes eurovisivos hasta la recta final de la temporada, pero en los últimos días hemos observado una serie de indicios que nos han hecho coger la pipa, la lupa y ponernos a investigar en plan Margarita Landi. Resulta que esta edición le toca el proyecto a Rossiya-1, uno de los dos canales estatales que se alternan la participación en el festival, y cuyas tres últimas candidaturas, las de Sergey Lazarev en 2019 y 2016 y las hermanas Tolmachevy en 2014, han estado patrocinadas por el omnipresente Philipp Kirkorov. Pues bien, el magnate se encuentra en estos momentos en Atenas junto a su equipo, el autodenominado Dream Team, y una auténtica superestrella rusa, Klava Coca.

Hace solo unos días los pudimos ver a todos juntos en los famosos premios MAD en la capital griega. Klava posó con Kirkorov y se sentó con Kontopoulos. Una estrategia de exposición, la de llevar de la mano a sus artistas a todos los saraos, que conocemos de sobra. Las “casualidades”, sin embargo, adquirieron otro color cuando Klava, de 24 años y nacida en Ekaterimburgo, compartió en su perfil oficial de Instagram una historia en la que se podía leer “Vamos a conquistar Europa”. Blanco y en botella, vodka, a no ser que sea otra absurda estrategia de marketing a la moda española.

Klava ha publicado hasta la fecha dos álbumes y medio centenar de singles cuyas escuchas y visitas se cuentan por millones. También es presentadora de televisión, ‘video blogger’ y ha posado para la revista Playboy. A diferencia de otros artistas que se muestran más “discretos” al respecto, apoya abiertamente la causa LGTBI.