Tras su primer ensayo individual sobre el escenario del Malmö Arena, la moldava Natalia Barbu ha pasado por Conexión Malmö para hablar sobre sus sentimientos, el trabajo que está realizando la delegación y lo que quiere expresar con su actuación en Eurovisión.

“Mi actuación trata sobre el renacimiento, sobre esa conexión con tu yo verdadero, con la energía divina, con tu alma, y sobre saber quién eres realmente, ese ser espiritual”, explica Barbu en una entrevista desde la ciudad sueca.

“El primer ensayo ha sido un poco estresante”, confiesa. “Ahora que he visto mi puesta en escena y que los visuales están correctos, haremos pequeños cambios de cara al segundo ensayo para mostrar la historia y que todo el mundo pueda verla y sentirla, cambios relacionados con la iluminación y con mi presencia escénica”, aclara.

La moldava también ha explicado las razones por las que actúa sola en Malmö a diferencia de la actuación de su preselección con varias coristas. “Después de analizar la canción, visualicé la historia que me rodea sola en el escenario. Es una historia sobre mí, sobre cualquiera, sobre lo que somos, somos energía y estamos conectados unos a otros. Quiero trasladar luz y amor. Por otro lado, las razones financieras también han influido”, dice.

Sobre su vestuario, confirma que el vestido blanco del primer ensayo será el final, con el que ha querido transmitir “poder y creación” y tener apariencia de diosa griega.

Han pasado ya 17 años desde su primera participación en Eurovisión 2007. “Las diferencias son grandes, sobre todo, desde el punto de vista tecnológico. Aquel año no teníamos estas oportunidades, ni redes sociales, hoy tenemos mucha más información y conexión con el público. Personalmente, he crecido y me siento diferente, ahora escribo mi música”, concluye.