La UER y la KAN israelí se reúnen en Ginebra con dos preocupaciones sobre la mesa
Desde ayer, y hasta esta tarde, Ginebra acoge una nueva reunión de trabajo de la Unión Europea de Radiodifusión y la televisión pública israelí, la KAN. Ambos organismos pretenden poner fin durante estas semanas a las incógnitas de la primera fase de preproducción de Eurovisión 2019. La hoja de ruta de este encuentro abordaría, entre otros temas, dos cuestiones que urge resolver: la naturaleza de la KAN en los próximos meses y su estatus temporal como miembro activo, y el avance en la elección de la sede.
LA UER ADVIERTE: UNA TV PÚBLICA DEBE GARANTIZAR EL DERECHO A LA INFORMACIÓN
La cadena pública del país se encuentra en pleno nacimiento y a punto de comenzar una reestructuración. La antigua e histórica cadena pública IBA fue cerrada en mayo de 2017 para terminar con los problemas financieros y legales. La nueva IPBC, bajo la marca KAN, abrió en el mismo mes que su sucesora. La UER le otorgó un estatus temporal como miembro activo, teniendo en cuenta su situación, que incluye un plan de división del canal en dos en los próximos meses. La intención es dividir la emisora pública en un canal de noticias y otro de entretenimiento.
Dada la coincidencia de este plan con la producción de Eurovisión, la UER ha advertido a la KAN que una división excluyendo los informativos entraría en contra de su estatus como miembro activo, al igual que lo fue en su nacimiento, cuando las noticias no estaban inicialmente en la parrilla de emisión. De esta manera, el director general de la red europea, Noel Curran, remitió el pasado jueves una una carta al director de la corporación israelí, Eldad Koblenz, y al presidente de la misma, Gil Omer, donde explicó que todo miembro de la UER debe garantizar como medio público el derecho a la información, llegando a afirmar que «no conocemos ningún canal público que emita sus noticias en un canal separado». La red afirma, eso sí, que el estatus temporal del canal podría extenderse la próxima semana hasta la «resolución» del Tribunal Superior de Israel, que va a dictaminar sobre la base legal de la división a la emisora.
Debido a la incompatibilidad de esta reorganización del canal con su pertenencia a la UER, Netanyahu ha dado ha entender en su comparecencia de ayer que los órganos jurídicos podrían posponer esta situación, como ya se venía suponiendo desde la propia cadena, o desestimar la propuesta. La prensa local, por su parte, afirma que el gobierno quiere continuar con la división. Según estas fuentes, el plan actual se basaría en que, si el Tribunal Superior aprueba la medida, se marcaría un plazo de 12 meses para su implementación y así permitir que Israel sea el anfitrión del festival sin problema alguno.
DE CUATRO A DOS OPCIONES, LA CARRERA POR LA SEDE SE REDUCIRÍA
La sede es el otro tema delicado que la UER y la KAN están intentando de encauzar este inicio de semana en la ciudad suiza. Para tratar esta cuestión han viajado a Ginebra el director de la corporación israelí, Eldad Koblenz, y el jefe de delegación, Tal Barnea, habitual consultor y medidador con la red europea para la antigua y ahora nueva cadena pública del país. Según las informaciones del medio israelí Time Out, tras el estudio previo de las posibles sedes del festival, donde se habrían planteado al menos cuatro opciones, sólo dos serían las que se presentarían durante la reunión al ser las únicas que cumplirían los requisitos de la red europea para acoger la superproducción.
Jerusalén, Tel Aviv, Haifa y Eilat habrían sido las cuatro propuestas iniciales. Conociendo las exigencias habituales de la UER, las dos opciones de las que se hablaría serían las dos primeras, la luchada capital y la moderna y abierta ciudad occidental del país. A pesar de que la carrera a ser la sede estaría en aparentes manos de Israel, el medio local asegura que el contrato firmado entre ambos organismos permite a la corporación europea decidir en última instancia cuál de las ciudades propuestas debe acoger la competición.