La crónica: Blanca Paloma se dispara hacia el éxito en Liverpool
Las casillas de Blanca Paloma lucen en verde. Verde esperanza que se entremezcla con la pasión de su corpiño granate después de un primer ensayo cuya flecha señala una clara dirección: la del éxito en Liverpool. Al margen de algunos ases aún por descubrir; las pistas, las imágenes y los pocos segundos que apenas hemos podido aún conocer de su actuación, bajo las reminiscencias del Benidorm Fest pero aún más perfeccionada, colocan a la representante española entre la terna de favoritos a conquistar el micrófono de cristal porque de sus tres minutos hay algo diferencial que transmite: verdad.
Blanca Paloma arranca su propuesta dentro del círculo de invocación que simula el mantón que heredó de su ya famosa yaya Carmen. “Los flecos que era lo más importante estaban. Ese mantillo de flecos sobre el pecho nos ha abrazado y nos ha impulsado con fuerza, hemos salido empoderadas”, admitía después henchida de emoción y con su habitual sonrisa de agradecimiento. Esa estructura se ha tenido que readaptar a las condiciones del escenario británico, transformada en una pieza transportable de 3,5 metros, que es el máximo que permite la organización, en lugar de permanecer colgada, propiciando el cambio de escenografía entre actuaciones y plasmando una transición limpia en los primeros compases de su Eaea.
Como se anunció desde el pasado febrero, la actuación seguiría la línea de la realizada en la preselección y que ya entonces impactó. Ahora bien, quedan por revelar detalles de envergadura porque se han incorporado distintos tiros de cámara y nuevos planos durante la segunda parte de la puesta en escena que pueden enriquecer la realización hasta lo sublime. Además, y como se puede percibir en alguna fotografía, la delegación española ha añadido humo para “crear una atmósfera extra y una calidad diferente a la luz”. Ese juego lumínico gestaría un ambiente que sobrecogería el corazón, no solo el que se dibuja en la armadura que protege su cuerpo sino en toda Europa. ¿Sorpresas? La gran incógnita es si irrumpirá por los aires una flecha saliendo de un arco tangible, y que hasta no pocos han querido ver reposando en el suelo durante el ensayo, o si bastará con la metáfora para crear el efecto deseado.
Además de variar melódicamente alguna de sus notas, y de dar por descontado que su voz suena tan singular, rotunda y exacta como de costumbre, quizás sepamos más una vez se suba el sábado por segunda vez a pulir la actuación, en la que emplea el espacio de una manera intimista como nadie en el certamen. “Ha sido maravilloso, ha sido como cantar en casa”, aseguraba Blanca, con ganas de más. “Estamos muy felices, deseando repetir, porque es una experiencia maravillosa”, ahondaba luciendo pantalón de corte goyesco y brazo entrelazado. Quizás no solo el que dispare la flecha, sino el que alce al cielo de Liverpool el preciado trofeo.