Israel propone invitar a países de su entorno que no pueden o nunca han aceptado participar en Eurovisión
Eurovisión y su repercusión es un caramelo social, económico y político cada vez que llega a un país tras su triunfo. Algunos países aceptan organizarlo y el gobierno central es un mero administrador y apoyo económico para la cadena pública organizadora, en otras ocasiones, dicho gobierno se implica de manera activa en la aventura, pudiendo darle cierto cariz político a la coordinación del festival venidero. Israel es claro ejemplo de esta última opción y su manera de gestionarlo ha levantado ciertas suspicacias acerca la utilización política y propagandística del festival.
Tanto es así, que el ministro de comunicación israelí, Ayoub Kara, ha planteado en las últimas horas la participación de «Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Túnez y otros países de la región» para «el festival de Jerusalén». El político, conocido por los periodistas por realizar declaraciones no siempre meditadas, desconocía que sólo uno de los países citados puede viajar al festival, dado que ninguno, salvo Túnez, es miembro activo o asociado de la Unión Europea de Radiodifusión.
Más allá de los países especificados, lo cierto es que en el entorno de Israel, norte de África y Oriente Próximo, sí se encuentran televisiones públicas que son miembros activos de la UER y que reciben anualmente su invitación al festival, aunque en los 63 años de historia del formato nunca han hecho uso de ese derecho por diversos motivos, en su mayoría legales. Es el caso de las cadenas de Argelia, Túnez, Egipto, Jordania, Libia y Líbano. Ésta última estuvo a punto de comenzar su andadura eurovisiva en 2005 pero retiró su propuesta tras el aviso de la UER de que no podía vetar la actuación de Israel como marca su legislación.
La renuncia a participar de estos países es casi siempre por motivos legales y culturales, dado que en su mayoría las cadenas no pueden emitir imágenes de personas con menos ropa de la que su legislación indica, no admiten ciertas letras de canciones o no permiten ciertos comportamiemtos en su señal de emisión que sí son una clara normalidad en Europa. La cuestión religiosa también tiene gran parte que ver. La televisión de Marruecos, por ejemplo, también es miembro activo y aprovechó la ausencia del país hebreo en el festival en 1980 para realizar su única participación.
Por último, cabe citar que el entorno de Israel carece de miembros asociados que, al contrario de los socios activos, sólo pueden participar vía invitación y tras un estudio individual realizado por el Grupo de Referencia de la red europea.
Conversación
Me parece genial la idea de Israel de invitar a nuevos países a eurovision . Propongo a Palestina ??;-)
Esto es un descarado uso del festival como propaganda política, además de un intento de lavado de cara de Israel.
LOL, por lo menos Ucrania fue más decente, meses después de que ganaron comenzó el jaloneo político para ver si Yurop les aventaba un pan... Pero querían gallinita no
Pues este año pinta que se va a hablar más de política que de música. Si siguen así es probable que no se celebre allí, aunque la uer con dinero de por medio...
Yo no sé porqué tanta queja, si todas estas polémicas nos vienen genial para estar entretenidos en plena resaca eurovisiva. A mí me da todo esto una vidilla que ni os cuento! jejej...
El objetivo era no politizar Eurovision, pero estas propuestas solo le echan mas leña al fuego.
Israel ha anunciado de que quiere invitar a participar en el festival a Arabia Saudí..pero ¿¿esto que va a ser
Si esto es cierto, me parece un despropósito, aunque me da que es la típica noticia que no tendrá ningún recorrido
Creer que el festival no se celebrará en Israel denota no tener ni idea de cómo va Eurovisión. Por supuesto que lo organizará Israel, la UER pondrán sus condiciones y los israelíes aceptarán. También es posible que la UER tenga que ceder en algún punto, porque Israel está dispuesta a poner bastante dinero para que sea un festival a lo grande.
Madre mía! No quiero ni pensar donde acabará todo esto. No hace ni dos semanas que Israel ganó Eurovisión y ya tienen polémicas por todos lados.
Creo que que el componente político lo estamos poniendo nosotros y no Israel desde el minuto primero en que ganó, y en consecuencia cualquier cosa que diga/haga la organización israelí va a ser criticada bajo el supuesto uso político.No soy defensor de las políticas de Israel porque no conozco en profundidad el conflicto, pero si había algún impedimento en que Israel organizase el festival por su situación que se hubiese decidido antes de su victoria.
Os dije que iban a dar que hablar más que Ucrania. Llevan menos de 15 días y mira todo lo que han montado ya. Que si las delegaciones me tienen envidia, colocan la sede en Jerusalem otra vez con todo lo que eso genera, y ahora se sacan de la manga invitar a gente que saben que no van a poder ir, rollo Rusia con Yulia. No me gustan un pelo, están quedando fatal. Parecen colaboradores de Sálvame más que los anfitriones de un festival musical.
Lo gracioso es que salvo algunos estados magnates del petróleo que no irían al festival a razón de que su naturaleza es ofensiva para su cultura y religión... el resto de países del entorno no iría xq participa la propia Israel... no se si el ministro es un ignorante, un provocador o ambas cosas... para mi el Oasis Chipriota va cobrando fuerza...
Yo soy partidario de aumentar el número de países, más competitividad, mayor espectáculo... Pero no comparto en absoluto lo de Israel pienso que si Israel no va a acatar las normas se lo deberían de ofrecer a Chipre que para eso quedo segunda.
Espero que la UER les corte el rollo pero ya, Eurovision no debería ser política, es un festival de canciones, si Israel no sabe respetarlo que se celebre en otro de los países que quedaron por detrás y San se acabó.
Pues ya puestos... qué todos los países de la OTI, sean invitados también. Nos cserían unos cuantos 12, me imagino.
UUUUUFFFFF!!! Israel lleva camino de politizar todo lo que pueda y más el ESC´2019, justamente lo que odiamos todos los seguidores del ESC. Mal camino llevamos, Israel