Eurovisión

¿Habrá cambios en el sistema de votación de Eurovisión?

Según han adelantado ciertos medios, la UER se estaría planteando modificar el papel de los jurados en el festival. También ha habido delegaciones que han manifestado abiertamente la necesidad de hacer cambios. Aprovechamos esta noticia para repasar algunas de las mayores discrepancias que se han producido en los últimos años y las más relevantes
Fran Bautista · Fuente: Eurovoix
Publicado el día 15 de junio de 2023
MARTIN OSTERDAHL
Equipo directivo UER (Corinne Cumming de la UER)

¿Habrá cambios en el sistema de votación de Eurovisión?

La Unión Europea de Radiodifusión contempla la opción de introducir cambios en el sistema de votación de Eurovisión. Concretamente, en la figura de los jurados. Así lo han anunciado algunos medios, después de que la delegación noruega lanzara la propuesta, presumiblemente después de las grandes discrepancias que ha habido entre audiencia y expertos este último año. Según se desprende de declaraciones de la NRK (la televisión noruega), la UER prevé tomar una decisión al respecto el próximo enero.

Aunque la decisión final estará en manos de la UER, la delegación noruega parece haberse alzado como bastión de la lucha antijurados en Eurovisión o, al menos, como promotor de un posible cambio. Si bien es cierto que Noruega en los últimos años ha sido mucho mejor valorada por los espectadores que por los paneles de expertos (sin ir más lejos, Keiino ganó el televoto con Spirit in the Sky; y Alessandra fue tercera para la audiencia, pero solo 17.ª para los jueces), el principal argumento que esgrime Stig Karsen, jefe de la delegación, es que los jurados los componen cinco personas de cada país, lo cual es un número demasiado pequeño, y que se traduce en que 185 personas tengan tanto poder como millones de televidentes.

Algunas de las quejas que han llegado a la cadena y que secundarían estos cambios incluso afirman que dicha desproporción va en contra de los valores de igualdad y democracia promovidos en Europa. También aseguran que situaciones como lo que ha ocurrido este año destruyen la magia de Eurovisión, pues le quitan a determinadas canciones todas las posibilidades de ganar y, por último, cuestionan la profesionalidad de los mismos, al no ser capaces de detectar y valorar éxitos virales, como Cha Cha Cha o Queen of Kings.

HISTORIA RECIENTE DE LOS JURADOS

El televoto se utilizó por primera vez en Eurovisión en 1997 y fue implantándose paulatinamente hasta que una mayoría de países pudieran usarlo por cuestiones técnicas. Entre 2003 y 2008, las votaciones corrieron a cargo exclusivamente de mano de la audiencia y solo se recurrió al jurado en casos concretos, en los que, por el motivo que fuera, no se pudiera usar el televoto. Así, en esos años, hubo en cada edición un ganador distinto, pero sí que se apreciaban tendencias en los votos de varios países o bloques geográficos. En concreto, países como Rusia y Turquía solían conseguir grandes cantidades de puntos todos los años, y también era habitual ver cómo algunos doces iban a parar siempre al mismo país.

En vista de la situación, la UER introdujo los jurados de nuevo, y lo hizo también de forma paulatina: en 2008 tenían potestad para «repescar» un país de los no clasificados en la final (así, Suecia pasó en lugar de Macedonia del Norte en 2008, o Croacia en lugar de Serbia en 2009) y en 2009, a ese poder se le sumó el de votar también en la final, de forma que los puntos anunciados por los portavoces procedían de la suma de los puntos otorgados por jurados y espectadores. Entre 2010 y 2022, la tónica fue similar, si bien con algunos cambios en la forma de procesar las votaciones: al principio, se tenía en cuenta el top ten de cada una de las listas; más tarde, el ranking completo. Por último, el ranking completo, pero de forma exponencial (tienes más información al respecto en las entradas de nuestro blog Si los números cantaran).

Sin embargo, la UER sorprendió a propios y extraños cuando anunció que en esta última edición no habría jurados en las semifinales, los clasificados serían exclusivamente los diez que hubieran tenido más puntos de la audiencia. ¿Se trataba de una prueba para ver cómo funcionaría un nuevo sistema sin jurados? La UER declaró que la decisión se había tomado por el bien del show, y tal vez motivada por la ausencia de países como Turquía (que se retiró en 2012) y Rusia (expulsada de la UER tras la invasión a Ucrania), que tradicionalmente acaparaban muchos puntos.

JURADOS VS. ESPECTADORES: PRINCIPALES DISCREPANCIAS

Aunque los jurados cuentan con acérrimos defensores, y la opinión general parece estar de su parte, parece haber un consenso en que es necesario introducir cambios. Además del argumento esgrimido por la NRK en su propuesta, se aprecian una serie de tendencias que hacen que eurofanes, artistas y delegaciones se muestren, cuando menos, reticentes. Y ese sentimiento se ha multiplicado tras esta edición, en la que el favorito de la audiencia fue, con mucha diferencia y pulverizando algunos récords por el camino, el Cha Cha Cha de Finlandia, pero que no pudo superar a Loreen debido a la cantidad de puntos que Suecia había cosechado en los jurados.

No es la primera vez que el favorito del público no se alza con el micrófono de cristal. En 2015, Il Volo arrasó entre el público y se alzó ganador del televoto con 366 puntos, lo cual suponía el porcentaje más alto de puntos posibles hasta la fecha (superado siete años más tarde por Kalush Orchestra, en Eurovisión 2022). Sin embargo, para los jurados fue solo sexta. Curiosamente, el país beneficiado con este sistema fue también Suecia: Mans Zelmerlow ganó con su tema Heroes a pesar de no haber sido más que tercero para la audiencia, a 87 puntos de Grande Amore.  No obstante, la diferencia entre Käärijä y Loreen ha sido aún mayor, pues el finés aventajó a la sueca en ¡133 puntos! El favorito del público también fue defenestrado por los jurados en 2016: Sergey Lazarev se tuvo que conformar con el tercer puesto después de que los jurados le relegaran a la quinta plaza con 130 puntos. La ganadora fue la ucraniana Jamala, que había sido segunda en ambas listas.

Maneskin tampoco contó con el apoyo mayoritario de los expertos, para los que fueron cuartos en 2021, posición que repitió un año más tarde Kalush Orchestra. En estos dos casos, pudieron alzarse como ganadores gracias a que la suma combinada de los puntos los dejó en primer lugar. Por el contrario, espectadores y jueces sí han coincidido en su ganador en 2009, 2010, 2012, 2014 y 2017.

Los argumentos que se suelen aportar a favor de los jurados es que a menudo rescatan de los últimos puestos a canciones que tal vez no son lo suficientemente bien valoradas por el público, como pueden ser las baladas en algunos casos, y que contrarrestan el voto a canciones catalogadas como «frikis». Por otro lado, los detractores de los jurados afirman que sus votos suelen ser excesivamente predecibles, pues suelen valorar positivamente determinados géneros musicales, como las baladas y el pop, mientras que otros, como el rock o el folk, son sistemáticamente menospreciados.

En cuanto a las tendencias por países, se ve que los jurados no las han mitigado precisamente. Muchos jurados siguen dando sus doce puntos a países vecinos, o hundiendo en la tabla a sus enemigos. Son paradigmáticos los casos de Armenia y Azerbaiyán (cuyos jurados tienden a dejarse mutuamente últimos) o los doce de Chipre a Grecia y viceversa (de hecho, este ha sido el primer año en que uno de los dos no le ha dado al otro su máxima puntuación, pues Andrew Lambrou recibió solo cuatro puntos de los jueces griegos). Por contra, se puede apreciar que estas tendencias están mucho más diluidas en el televoto desde hace ya varios años.

Más allá de la lucha por los primeros puestos, entre las canciones que fueron rescatadas de un mal puesto gracias al público se podrían nombrar Non mi avete fatto niente (Italia 2018), In Corpore Sano (Serbia 2022), Dark Side (Finlandia 2021), City Lights (Bélgica 2017), Goodbye To Yesterday (Estonia 2015) o Shum (Ucrania 2021). Por otro lado, el jurado catapultó a la parte alta de la tabla a temas que fueron recibidos con tibieza por el público, como Et s’il fallait le faire (Francia 2009), Me and My Guitar (Bélgica 2010), New Tomorrow (Dinamarca 2011) o a nuestra Pastora Soler en 2012.

En esta última edición, las principales diferencias entre jurado y público las han protagonizado Finlandia y Noruega (mejor valoradas por el televoto) y Estonia y Australia (mejor valoradas por el jurado). También cabe destacar la situación de España: el EaEa de Blanca Paloma acabó en el farolillo rojo con apenas cinco puntos, mientras que para los jurados fue la novena mejor canción de la noche.

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