¡Campana y se acabó! Con el cierre oficial del plazo de presentación de candidaturas, únicamente cuatro ciudades han llegado a presentar candidatura de las ocho que inicialmente habían mostrado algún tipo de interés, y a las tres grandes ciudades del país (Estocolmo, Gotemburgo y Malmö), se les une en esta ocasión la pequeña localidad de Örnsköldsvik, situada en la septentrional región de Västernorrland y con algo más de 30.000 habitantes. La ciudad propone el Hägglunds Arena, con una capacidad de 9.800 personas, para acoger la próxima edición del festival de Eurovisión.

Sin embargo,  y pese al reducido tamaño de la localidad, Örnsköldsvik tiene probada experiencia en la celebración de grandes eventos. En los últimos años, el Hägglunds Arena ha sido una de las sedes recurrentes para las galas eliminatorias del Melodifestivalen, llegando a acoger alguna gala de la mítica preselección en las ediciones de 2007, 2010, 2014 y 2018. Asimismo, la ciudad ya fue sede de los Juegos Paralímpicos de Invierno en 1976.

El municipio pretende diferenciar su candidatura a través de la cuestión medioambiental, proclamándose como la opción ideal para combinar naturaleza y cultura y asegurando la sostenibilidad climática del evento. La ciudad ya se postuló para acoger Eurovisión en 2016 y, frente a las críticas recibidas en aquella ocasión sobre la falta de capacidad hotelera para acoger a participantes y visitantes, Örnsköldsvik ofrece ahora la posibilidad de alojar a los asistentes en barcos de crucero en su puerto. Se espera que la decisión final de la SVT sobre el anuncio de la ciudad sede se tome en algún momento del próximo mes, ya que tanto en 2013 como en 2016, el ente público desveló la identidad de la localidad ganadora el 8 de julio.