Francia confirma su status entre las favoritas con una actuación en la que implicará al público como cómplice

El Big 5, España, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, y la anfitriona de Eurovisión 2018, Portugal, han probado por primera vez el escenario del festival en la sexta jornada de ensayos. Los seis países han tenido 40 minutos para mostrar por primera vez sus cartas en la carrera por hacerse con el micrófono de cristal. Los franceses han destacado como los grandes favoritos de este grupo, y si a la prensa acreditada además le ha gustado y mucho Italia, los enviados especiales de E-S valoran mejor a Portugal y Alemania. A continuación te contamos como hemos visto, escuchado y sentido cinco de estas seis actuaciones, mientras que de la española ya hemos hablado largo y tendido en su crónica individual.

Francia con Mercy de Madame Monsieur ya no solo compite con Israel y Noruega, sus grandes rivales a batir, sino que lo hace consigo misma en una actuación que implica en todo el último tramo al público, con una realización que combina la vista general del estadio con primeros planos de los espectadores en el foso y el propio dúo coreando y coreografiando su “merci, merci”. Su fuerza, ya de por si extraordinaria, solo se podrá medir en el directo si se crea la química y la magia entre Emilie y Jean-Karl con los fans en el Pavilhao Atlantico. Por lo demás, cabe destacar el vestuario de Gaultier que ha sofisticado la imagen de la solista sin restarle un ápice de personalidad, así como una escenografía que hasta el primer estribillo representa ese océano y esa luz de la que tan emotivamente habla la canción. 

Las anfitrionas portuguesas han rediseñado por completo su puesta en escena, donde el intimismo, la oscuridad y la soledad del “jardín” de Claudia Pascoal se ven perfectamente reflejadas sobre el escenario. La compositora y corista Isaura no aparece hasta un segundo estribillo en el que se hace la luz, ejemplificando el recuerdo y nostalgia de la que habla el tema, con una emotividad y sensibilidad exquisitas. Michael Schulte, por su parte, ha traído a Portugal la misma idea que mostró en Alemania, pero mucho más espectacular y vistosa, y también ha venido con su propia pantalla LED. Las fotos familiares, ahora más elegantes y mejor producidas, se combinan con dibujos animados y un juego de sombras que se convierten en espirales justo antes de la gran explosión final. 

La sala de prensa ha recibido con calidez a Italia, mientras que la reacción de nuestro equipo ha sido mucho más fría. Con una actuación que mezcla la estética de Sanremo con un “lyric video”, la delegación ha entendido que su mejor baza es la palabra y el mensaje y el gran handicap el idioma, por lo que ha decidido traducir toda la letra en diferentes idiomas y alfabetos. MetaMoro cumplen con su papel, a pesar de cierto pasotismo en el ensayo y el estatismo al que se ven abocados por la continua inclusión de gráficos. El Reino Unido, por su parte, poco o nada tiene que hacer, a pesar del talentazo y carisma de Surie, con una canción que no pasa de ser un Guilty Pleasure, y una escenografía entre la corrección y el aburrimiento que la termina de rematar. Los británicos tendrán muy complicado superar la barrera de los cero puntos en la gran final de Eurovisión 2018 pero, si es así, al menos harán historia de una forma u otra.