Eurovisión es la emisión no deportiva más vista en 2025 con más de un 50% de share

El Festival de Eurovisión vuelve a demostrar en 2025 que sigue siendo un fenómeno televisivo sin rival. Según el balance anual publicado por Kantar, el certamen musical se consolida, con una diferencia abismal respecto al resto de formatos, como la emisión no deportiva más vista del año.
La gran final de Eurovisión logró superar el 50% de cuota de pantalla, un dato excepcional en el panorama televisivo actual. En términos absolutos, el festival reunió a millones de espectadores frente al televisor, especialmente en el momento de las votaciones, que superó los 6 millones de espectadores, lo que lo situó como la séptima emisión más vista del año si se incluyen también los eventos deportivos. La retransmisión completa de la final se cuela además en el top 10 anual, pues ocupa el décimo puesto.
Estos datos refuerzan el peso de Eurovisión como uno de los grandes pilares de audiencia de la televisión en abierto, y confirman el papel clave de países como España, que año tras año contribuyen de forma decisiva al éxito global del certamen. La audiencia española vuelve a situarse entre las más fieles y numerosas, con cifras que muy pocos formatos logran alcanzar.
Sin embargo, la UER ha optado una vez más por no sancionar ni excluir a Israel, permitiendo su participación en la próxima edición. La retirada de España, uno de los mercados que más audiencia aporta históricamente al certamen, es una consecuencia directa de esta falta de actuación por parte de la UER. El distanciamiento de una parte del público español refleja el desgaste de credibilidad de un certamen que presume de valores de unión y neutralidad, pero que sigue evitando posicionarse ante situaciones que generan un rechazo creciente entre espectadores e instituciones.
Eurovisión continúa siendo un gigante televisivo indiscutible, pero los datos de audiencia también evidencian que sus decisiones fuera del escenario tienen consecuencias. La pregunta ahora es si la UER está dispuesta a sacrificar su audiencia y su imagen para mantener una postura que, para muchos, ya no resulta sostenible.
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