Euroflashback 2005: Cuando nos embrujó mi número uno, Helena Paparizou
Diseño: Manuel Rivero)
Cluj-Napoca es una de las grandes ciudades de Rumanía, próxima a Transilvania, que por motivos profesionales y futbolísticos visité en julio de 2005. Fue abandonar un aeropuerto de corte militar y asentarnos en el hotel de turno para escuchar una melodía. “Let me try, let me try, I don't wanna say goodbye…”. Luminita Anghel & Sistem, tercera en el festival celebrado en Kiev, gracias a la victoria precedente de Ruslana.
Discoteca de moda y centro de reunión de la juventud, como en cualquier otro rincón europeo, aunque allí pudiera verse la necesidad de vender melones en puestos acostados a los pies de una deprimente carretera. Suena, hasta media docena de veces: “You are the one, you are my number one, the only treasure I'll ever have…”. Helena Paparizou, diosa helena de origen sueco que se erigió con su triunfo en una de las nuevas divas eurovisivas.
Campo de fútbol que bien podría ser en España de Tercera categoría aunque aquel rival del Athletic, el Cluj, acabaráa jugando la Champions, y no aquella Copa Intertoto. «I'll be your angel in your darkest night, I'll be your destiny, waiting by your side…”. Chiara, segunda en la segunda de sus tres participaciones por Malta, con una balada, Angel, que enamoró al público eurofan. Y vuelta al My number one en el descanso del partido.
No es más que la descripción de la trascendencia que el festival tiene en este país en una edición con un gran puñado de grandes temas como los aquí descritos. De regreso al estado español, ni rastro de nuestra candidatura, pero sí de la que se quedó en las puertas. La Brujería de Son de Sol no surtió efecto con su sortilegio, mientras que las Supremas, de Móstoles, para más señas, se afanaban en contarnos la historia de aquel marido que era un enfermo del cibersexo y ponía los cuernos a su pareja con el uve doble uve doble tíasbuenas.com hasta pedirle la separación. Fin al trieno de la Operación Triunfo, y retorno a las preselecciones de dudoso gusto y peores resultados, bajo la dirección de Federico Llano.
Sin dar oportunidad a los artistas sin sello discográfico se procedió al Eurovisión 2005: Elige nuestra canción, doble gala presentada por Carlos Lozano, Patricia Pérez y Ainhoa Arbizu, con doce canciones expuestas en la primera de ellas, y donde quedaron eliminados Jáster (Cómo olvidarte, con Javián como compositor), Katherina (Boca loca), A-Crew (El swatch), Pierre N'sue (Quizás mejor así), Gema Castaño (Santo Job) y María Lorente (Vente pal sur).
En la final, un 5 de marzo, 24 horas después, y con un 16% de share que para si quisiera ahora TVE, compitieron Enzo (Quién dirá), Lanco (Nada para tí, nada para mí), Yulia (Arriba el mundo, de Jordi Cubino), y las tres del podio: Felipe Conde, cuyo Echo de menos obtuvo un 16,4% de los votos; Las Supremas de Móstoles, con un 21,8% de apoyos para Eres un enfermo; y Son de Sol, victoria de Brujería con el 24,2% de respaldo del televoto.
Vicky, Luisi y Susi, un trío de hermanas muy bateadas en el mundo de la canción, y para nada frikis como se quiso vender, se quedaron extrañamente con la miel en los labios, aunque confesaran que habrían sacado el mismo mal resultado Sole, Esperanza y Lola, en quien se despositaron infundadas esperanzas por el precedente junior de María Isabel y su Antes muerta que sencilla.
A modo de anécdota, Coral Segovia envió como propuesta la canción Deshojando madrugadas, pero no fue elegida siquiera para entrar en competición. Las quejas tampoco fueron pocas, entre ellas, las del grupo Jáster, que reprocharon que el suelo del plató parecía propio de Aterriza como puedas, ya que unos focos debajo de los azulejos de metacrilato provocaron innumerables resbalones. El preludio del inicio de la colección de fracasos. “¡Ayúdanos, señor!” que diría el tema de la finalista Yulia.
Eurovisión llegó el sábado 21 de mayo, precedida de la correspondiente semifinal del jueves donde 10 de los 25 países se unieron a los 14 preclasificados en la gala del sábado noche, y por primera vez en la historia se emitía en formato panorámico. Como maestros de ceremonias, Maria Masha Efrosinina y el disc-jockey Pavlo Pasha Shylko, junto con Ruslana y los famosos hermanos boxeadores ucranianos Vitali y Wladimir Klitschko. La intérprete de las Danzas salvajes alzó el telón cantando Heart on fire, estrenando en Eurovisión la pirotécnica a modo de lanzallamas.
Hungría, con Forogj Világ de NOX, abrió la competición con una llamativa melodía a base de flauta y bailes autóctonos que se quedaron en la mitad de la tabla. Le siguió la inglesa Javine en un Touch my fire ahogado al que le pudo la coreografía. Un bottom elevado a la cuarta potencia, y es que los cuatro Big se hundieron en los cuatro últimos puestos de la tabla. Javine achacó su batacazo a una infección de garganta, pero la justificación no convenció a su discográfica Island, que poco después rescindió su prometedor contrato.
Turno de una gran balada, Angel, en boca de otra gran diva eurovisiva, Chiara, que quebró clichés físicos siendo ya tercera en Birmingham en 1998, a siete puntos de la triunfadora Israel, y aquí fue segunda con emoción hasta la última votación, gracias a esa composición dedicada a su marido. Ella, su piercing en la lengua y sus movimientos de cuello a lo maltesa del Bronx regresarían de nuevo cuatro años después, pero ya con peor fortuna, descendiendo a la vigésimo segunda plaza.
Rumanía llenó el escenario de instrumentos hechos con contenedores, y una sierra radial que echaba tantas chispas como la voz de Luminita y el grupo Sistem, alcanzando la mejor marca de la historia de Rumanía en el festival, igualada un lustro después por Paula Seling y Ovi. Tres veces más ha intentado retornar, y seguro que lo volverá a hacer, aunque sea más famosa por vender su vida privada en los platós televisivos que por su música.
A continuación llegaron los noruegos Wig Wag cargados de rock y glam en In my dreams (#9), el cliché turco de Gulseren y su Rimi rimi ley, los debutantes moldavos Zdob si Zdub y la abuela que tocaba el tambor (#6), la albanesa Ledina Celo con su Tomorrow I go, y el repetidor chipriota Constantinos al grito de Ela ela.
Décimas salieron a Son de Sol las abanderadas españolas, con la Brujería producida por Queco, artífice del éxito mundial Aserejé, coreografiada por el inefable Poty, rapeada por El Pollo, y bailada a golpe de falda y olé. 28 puntos y puesto 21.
Israel enamoró con la preciosa Hasheket shenish'ar de Shiri Maymon, cantada con belleza, elegancia y poderío en hebreo e inglés, y llevó a su país a su mejor resultado en el certamen desde la Diva (#4). No name representaron a Serbia y Montenegro tras ganar una final nacional plagada de irregularidades que ríase usted del eurodrama patrio. Dinamarca dio la sorpresa cuando el novel Jakob Sveistrup se coló en el top 10.
Peor le fue a la vecina Suecia que llevó Las Vegas a Kiev en la voz de Martin Stenmarck pero volvió a casa con el rabo entre las piernas, después de que el jurado impusiera su victoria a la favorita del televoto Nanne Gronvall, en un Melodifestivalen en el que también estuvieron Sanna Nielsen y Katrina sin The Waves. ARY Macedonia con Martin Vucic y su propuesta de influencia balcánica y latina no cumplió los pronósticos quedándose fuera del top 10.
La anfitriona Ucrania decidió presentar, no sin polémica, al grupo Greenjolly con Razom nas bahato, el himno de la Revolución Naranja, y es que parece que a los ucranianos les gusta dar la nota -política- cuando se trata de organizar en casa. La desafinadísima actuación de Gracia -Bullock- se ganó a pulso el farolillo rojo para Alemania, y es que tiempos pasados no siempre fueron mejores. El croata Boris Novkovic junto a Lado members y su toque folk se quedaron a las puertas del preciado top 10.
Turno para Grecia que con Helena Paparizou y su grupo de bailarines que escenificaron un violín, a ritmo de Sirtaki, y dibujaron un 1 que se hizo realidad. La guinda que le faltó en el año 2001, como parte del duo grecosueco Antique, con el que se llevó la plata. My number one, ya con Sony Music, tuvo ventas millonarias en toda Europa, y fue una de las diez finalistas meses después en la gala del 50 aniversario de Eurovisión, el Congratulations, en donde se coronó al Waterloo de ABBA como la mejor canción de la historia del festival, con el Eres tú de Mocedades como tesoro español. La Paparizou deslumbró con su sobresaliente actuación, y llevó a Grecia, por fin, a su primera victoria con 230 puntos. Ya en 2014, volverá al Melodifestivalen de su Suecia natal alcanzando la final. Quien sabe si la volveremos a ver sobre el escenario eurovisivo defendiendo su número uno.
La triunfita rusa Natalia Podolskaya y su descafeinado pop rock y las bosnias Feminnem con un schlager puro y duro fueron las siguientes en salir a escena con escasa fortuna. Mejor le fue a Suiza que apostó con acierto por las rockeras estonias Vanilla Ninja después de haber perdido el año anterior siendo favoritísimas la preselección de su país (#8). También gustó y mucho Letonia con el dúo Walters and Kazha y The war is not over que les valió el apodo de los pequeños Olsen Brothers (#5). Francia cerró la noche, y casi cierra la tabla, penúltima, con una aspirante a Alizee llamada Ortal
Tan apasionante como la final fue la noche del primer corte, con el triunfo de Rumanía, con 235 puntos, por delante de Moldavia y Dinamarca, mientras que quedaron apeadas, por orden de clasificación, Polonia, Eslovenia, Eslovenia, Bielorrusia, Irlanda, Países Bajos, Islandia, Portugal, Finlandia, Bulgaria, Estonia, Austria, Bélgica, Andorra, Mónaco y Lituania.
De este vagón de cola podemos rescatar al esloveno Omar Naber y a la estonia Laura, en aquel momento parte de Suntribe, quienes volvieron este año a Kiev con idéntico disgusto. Otra repetidora fue la islandesa Selma que, después de conseguir en 1999 el mejor resultado histórico de la isla en el festival hasta ese momento, volvió para firmar el peor. Batacazo también de la neerlandesa Glennis Grace, quien partía entre las favoritas, y no obtuvo el beneplácito del televoto en su correcta, pero contenida, actuación. El español también sonó por parte de Austria quienes interpretaron entre lo latino y lo alpino la graciosa Y así.
A quien no vimos fue a Aline Lahoud con su Quant tous s'enfuit que iba a protagonizar el debut eurovisivo de Líbano hasta que fue forzada a retirarse tras anunciarse que este país incluiría un bloque comercial durante la actuación de Israel.
Descubierto el planeta enano más alejado del sistema solar con el eurovisivo nombre de Iris, el Sáhara atravesaba una ola de frío histórica, y se descubrió el gen que desencadena esa pubertad en la que muchos viven ya creciditos, así como la proteína culpable de la diabetes tipo II que condena a muchos al pinchazo de la insulina. El último puesto germano iba en consonancia con sus niveles de paro, el mayor desde la Segunda Guerra Mundial, al superar la barrera de los cinco millones, lo que elevó a Merkel a ser la primera mujer canciller, mientras quedaban liberados 900 presos palestinos en Israel, un país democráticamentte discutido pero que en Eurovisión no sufre tanto rechazo como Rusia.
España validaba la Ley Antitabaco al tiempo que regularizaba la situación de innumerables inmigrantes cuando los rusos configuraban el mayor crucigrama del mundo, 64.371 palabras, hecho por un matrimonio durante siete años. El 12 de febrero de ese 2005 el grupo ABBA se reunía por vez primera desde su disolución, es decir, 30 años después, gracias al estreno del musical Mamma Mia, días antes de que en Madrid se incendiara la torre Windsor propiedad de la familia Reyzábal, y de que en California se fundara el famoso YouTube.
Madrid, como París, fracasaba en su intento de organizar los Juegos de 2012 que fueron a parar a Londres, donde un atentado en tres vagones de metro y en un autobús, al estilo del ocurrido en 2004 en la capital española con los mismos culpables, causaba 56 muertos y 700 heridos. Otro grupo armado, el IRA, anunciaba formalmente el cese de su lucha armada. Un Boeing 737 a 40 kilómetros de Atenas se estrellaba y causaba 121 muertos, y en Afganistán perecían 17 militares españoles al caer su helicóptero, tragedia como la del huracán Katrina devastando Nueva Orleans. Sony lanzó la Play Station y Fernando Alonso ganaba con Renault su primer título mundial de Fórmula 1. El eclipse de sol del 3 de octubre fue una metáfora de su actual andadura, como la de TVE en Eurovisión.
El año que moría la histórica Rosa Parks y nacía Leonor de Borbón, Rafa Nadal sembraba ya su larga cosecha de Roland Garros derrotando a Puerta, Asafa Powell marcaba el récord de 9.77 en 100 metros y Yelena Isinbayeva el 5.01 en pértiga; el Tau Baskonia era subcampeón de la Euroliga de baloncesto cayendo ante Maccabi; el Barcelona –que se alzó con la Liga mientras el Betis hizo lo mismo en la Copa– se coronaba en la Copa de Europa de balonmano ante Ciudad Real, el Ademar León ganaba la Recopa y Portland San Antonio, de manera atípica, la Liga.
El exsecretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, entraba en prisión por malversación de caudales públicos, cuando en este mismo Estado se aprobaba la Constitución Europea, con el 76.7% de votos a favor, pero con solo un 42% de participación, mientras en Francia y Países Bajos vencía el no. El 1 de marzo, en el Retiro madrileño, sus cinco grados bajo cero firmaban la temperatura más baja en 105 años. Gélido el mundo católico al morir Juan Pablo II el 2 de abril, siendo elegido Papa Benedicto XVI. Fallecía también Raniero de Mónaco, y Carlos de Inglaterra se casaba con Camila Parker. Autorizaba el Congreso las conversaciones con la banda ETA, el nacionalista Ibarretxe era elegido lehendakari nuevamente en Euskadi, y el PP perdía tras 15 años la mayoría absoluta en Galicia en beneficio del socialista Touriño. El 30 de junio se aprobaba la ley del matrimonio homosexual, y Suiza hacía lo propio.
Los cinéfilos se abrazaban a Mar Adentro, Oscar a Mejor Película en Habla No Inglesa, y paralelamente vencían Million Dollar Baby, a Mejor Película, así como los actores Clint Eastwood, Jamie Foxx y Hillary Swank. Televisivamente desaparecía en abierto Canal + y nacía Cuatro con una apertura presentada por todo un referente, Iñaki Gabilondo. Entre sus estrenos todavía sobreviven Cuarto Milenio mientras que otros perviven en nuestro recuerdo como Callejeros.
También vimos por primera vez Aida, Amar en Tiempos Revueltos, Buenafuente, Camera Café, El programa de Ana Rosa, Los Hombres de Paco, ¡M¡ra Quien Baila! y aquella serie de culto con Lidia Bosch a la cabeza, Motivos Personales. Desde los Estados Unidos llegaban las Mujeres Desesperadas, Perdidos y Anatomía de Grey, y un poco más al sur, Pasión de Gavilanes. A través de la parabólica, los yankis descubrían al excéntrico médico House, Bones, las Mentes Criminales y a Jeniffer Love Hewitt Entre fantasmas.
Destiny's Child se separaban para que emergiera Beyoncé, mientras que Pink Floyd regresaban temporalmente, y Michael Jackson era absuelto de los cargos que se le imputaban por abusos a menores. U2 tenía Vértigo, el nice day era de Bon Jovi y Maroon 5 te decía She will be loved. El crítico musical Joaquín Luqui nos dijo adiós con su frase «abrazos para ellos, besitos para ellas». Musicalmente, la eurovisiva Raquel, de El Sueño de Morfeo, te avisaba de que Alonso Nunca volverá, se sorbía la Sopa fría de M-Clan, El universo sobre mí caía sobre Amaral en Días de verano, Melendi iba Caminando por la vida, Antonio Orozco cantaba cómo Es mi soledad, El Canto del Loco tiraba de Zapatillas ante tanto éxito, Shakira sabía cuál era La tortura, Juanes vestía La camisa negra, Coti creía que Nada fue un error,
Chambao viajaba Pokito a Poko, para James Blunt You are beautiful, Efecto mariposa no entendía por qué No me crees, Simple Plan te daba la Welcome to me life, Para ti sería Nek, para Pereza serías una Princesa y Chenoa, que a saber si será una de las nuevas profesoras del próximo Operación Triunfo, entonaba sus Rutinas. Vuelve la academia que dio los últimos éxitos eurovisivos, y que desaparecieron por arte de una Brujería. Dame remedio para el alma mía…
El colmo eurovisivo ese año se produjo en el Eurojunior, cuando Bielorrusia dejó sin triunfo a Antonio José y su Te traigo flores por tres puntos. Años después se resarció ganando La Voz. Disfruten de nuevo de Kiev y… Amen por los dos, por ustedes y por el festival. Namasté!
Conversación
Como siempre gran artículo con un trabajo de documentación increíble. Este año empezó a marcar el principio del declive de España en Eurovisión, tras una buena racha con Civera, Rosa, Beth y Ramón, sin olvidar aquellos grandes puestos de Anabel Conde y Marcos Llunas a mediados de os noventa. Desde entonces se puede decir que no hemos levantado cabeza, gracias a la desidia de rtve.
Fantásticas las crónicas que haces, me las leo enteritas, porque hay algunos festivales que no pude seguir por distintos motivos...Elena Paparizou me encantó y me encanta y Chiara de Malta...y si...yo también creo que deberían haber ido Las Supremas de Móstoles, aparte por la canción, ellas tienen una voces increibles
Marina, hija mía, si no lees... en 2005 también se celebró el festival en Kiev por la victoria de Ruslana en 2004.
¿Qué pinta una noticia como ésta el día que se celebra la Gran Final de Eurovisión?
Festival que marcó un antes y un después para mi, ya que mis dos favoritas Helena Paparizou y Shiri Maimon me introdujeron en la música de dos grandes países como Grecia e Israel. Desde entonces soy fiel seguidor del panorama musical de estos y he descubierto a grandes artistas que escucho día si y día no (Eleni Foureira, Paola, Despina Vandi, Nino, Nikos vertis, Vegas, Sarit Hadad, Eyal Golan, Moshe Peretz, Yuval Dayan, Noa Kirel, etc).
Fue el primer festival que vi completo, en aquella época vivía en Colombia, era fanático de OT, y desde el 2002 le seguía la pista al festival, pero justamente fue en el 2005, que ante la ausencia de OT me volqué completo en Eurovision y descubrí "Eurovision-Spain".
Empecé a amar la música de una manera loca a partir de ese año. Poco recuerdo el festival ese año, a penas tenía 9 años pero sí recuerdo esa preselección española y lo poco que me gustaban Son Del Sol. Ahora mismo la actuación de Helena es de mis favoritas y lo mismo digo que Stop, esa canción me enamora, pena que quedara en la semi y que no llevara este año algo de la misma categoría