Euroflashback 1991: Cuando Bailar pegados era bailar
Diseño: Manuel Rivero)
“Aitana, ¿conoces Bailar pegados?”, le preguntó Roberto Leal en la pasada gala de Operación Triunfo a una de las favoritas para representar a España en Eurovisión 2018. “Claro, claro, se la he oído mucho a mis padres”, respondió la joven triunfita. A lo que el presentador añadió, “es la canción que todos, incluido yo, hemos intentado cantar en los karaokes”. Así es.
La melódica composición que Sergio Dalma interpretó en los estudios Cinecittà de Roma el 4 de mayo de 1991 es la propuesta hegemónica de TVE en Eurovisión, por encima incluso de las dos ganadoras en 1968 y 1969. Una balada pop que ya es todo un clásico de la música española, extraída de su segundo álbum de estudio Sintiéndonos la piel, que apuntó a ganadora pero se consoló con un magnífico cuarto puesto. 119 puntos que supieron a poco, y en esta ocasión con razón, como también su duración en el directo, sin una estrofa y un estribillo, para adaptarse a los tres minutos de rigor.
17 años después, en mayo del 2008, fue elegida porvotación popular en la gala Europasión como la mejor representante de la historia de España en Eurovisión, haciéndola brillar en esa ocasión David Civera, quien también vivió su particular festejo eurovisivo. El sobresaliente resultado no fue casual, y es que TVE lo dio todo y más, como así debería ser siempre. España quería cerrar en 1992 el círculo con una triple apuesta internacional: los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Expo de Sevilla y la organización de Eurovisión dos décadas después. No fue posible y sigue sin serlo.
Josep Sergi Capdevila i Querol, nacido en Sabadell, fue elegido internamente tras su pelotazo con Esa chica es mía. De apellido artístico Dalma, un juego de palabras con el pueblo de su padre, Maldà, su designación fue todo un acierto que le valió las máximas votaciones de los jurados de Chipre y Suiza, y puntos de todos los jurados, excepto de Dinamarca y, cosas de la vida, Italia, cuando su perfil apunta precisamente a cantante mediterráneo que en los últimos años ha triunfado con sus versiones de famosas canciones italianas, aunque ya no luzca aquella melena castaña y brillo de ojos que forraba carpetas, con esa voz cascada y profunda que no pocos han intentado imitar en vano.
Poco más de dos minutos y medio de actuación de pura perfección vocal e interpretativa y, especialmente, escénica que ya son parte de la historia de la televisión española. Con la orquesta dirigida por el mítico Eduardo Leiva, y los comentarios a cargo de Tomás Fernando Flores para La 2, o mejor dicho, la UHF, donde el festival estaba desterrado desde 1984, la expectación era tal que la propia Massiel confesó que la misma noche de autos llegó a llamar a los padres del intérprete para decirles que se iba a ganar.
Bailar pegados, cuya letra es de Luis Gómez Escolar y la música de Julio Seijas, también formó parte de la banda sonora de la película El Club de los Suicidas de 2007, y a partir del año 2010, Sergio encontró su sello con la publicación de las diferentes Vía Dalma. De su vida rosa se sabe que se casó por lo civil y en secreo en 1994 con la modelo Maribel Sanz, boda que se repitió por la iglesia en 1997, un año antes de comenzar un tormentoso y mediático divorcio. También que ha mantenido problemas con su hijo Sergi, de 22 años, que le denunció por presunta revelación de secretos. Además, mantuvo una larga relación con la abogada María Aguiñica, pero el cantante es poco dado a hacerse de oro exhibiendo su lado personal a golpe de polideluxe.
Bajo la presentación de los ganadores de Eurovisión 1964 y 1990, Gigliola Cinquetti y Toto Cotugno, la RAI se sobrepuso a los problemas de haber querido realizar el festival en el Teatro Ariston de Sanremo, y es que las tensiones en la vecina Yugoslavia y la Guerra del Golfo obligaron a trasladarlo a última hora a la capital transalpina por motivos de seguridad, lo que mermó notablemente la calidad organizativa. El escenario se construyó a partir de piezas de decorado de distintas películas rodadas en Cinecittà, mezcladas de forma ecléctica con otros elementos como luces de neón, monitores y una gran pantalla de vídeo.
Malta regresaba después de 16 años, Países Bajos se ausentaba por su Día de los Caídos, Alemania competía reunificada por primera vez y Yugoslavia por última como República Federativa Socialista, en nada más y nada menos que tres horas y cuarto de festival, debido a las postales donde cada representante cantaba fragmentos de canciones populares italianas de cantantes como Domenico Modugno, Sergio Endrigo, Ricchi e Poveri, Eros Ramazzotti, Mina o los propios Cinquetti o Cotugno. También a causa del lío de los presentadores con las votaciones en inglés, francés e italiano, o sus discusiones en directo sobre si va ganando este o aquel. Cómico.
Israel despuntó en el inicio en las votaciones, hasta que le atrapó Francia e incluso España, para que finalmente cruzaran la línea de meta suecos y galos a la par. A mismo número de 12's, los cinco 10's de Suecia frente a los dos de Francia resolvieron el empate a favor de todo un icono eurovisivo, Carola, con su bailable Fangad av en stormvind. La francesa Amina aceptó con deportividad el resultado, aunque años después confesó que la sueca ni siquiera se acercó a ella para darle un apretón de manos, y se quedó a las puertas de la victoria con su Quien tiene la última palabra tiene razón, en ese caso el notario, cuya decisión fue abucheada por el respetable que incluso llegó a dejar parte de las butacas vacías en la repetición de la canción ganadora.
La triunfadora, con letra y música de Stephan Berg y una versión en inglés titulada Captured by a lovestorm, no deja de ser considerada para muchos una participación menor en comparación con la candidatura previa de Carola, Framling de 1983, o la posterior, Invencible de 2006, pero es innegable que la diva del schlager se comió la cámara y conquistó a un voto vecinal, en esta ocasión, determinante.
La acogida internacional de Fangad av en stormvind, en los años más grises de Eurovisión, fue muy tibia, incluso en su propio país donde no pasó del #3 en la listas de ventas. En la vecina Noruega llegó al #6 y también entró en los charts de Bélgica, Austria y Países Bajos. Curiosamente, el single fue #40 de Los 40 en España, una posición anecdótica pero llamativa para la habitual indiferencia de las radios comerciales hacia Eurovisión en los 90's.
Yugoslavia alzó el telón con Baby Doll al “ritmo” de Brazil. Inspirada en las noches locas de Río de Janeiro y con dedicatoria inclusive a España, fue penúltima con un solitario punto maltés, aunque animó el cotarro con un atuendo imposible y una coreografía al mismo nivel que dejo atónita en las butacas del público a la mismísima Gina Lollobrigida. Su victoria en el histórico Jugovizija fue, además, criticadísima, con acusaciones de manipulación al gobierno central de Slobodan Milošević en favor de esta candidata serbia, frente a los representantes croatas Daniel, a quien ya vimos en Munich 1983, segundo, e Ivana Banfic, tercera. Por si fuera poco, la primera versión de la canción tenía un subtítulo, Brazil (Boom boom boom, je je je), posteriormente eliminado para que no pudiera ser relacionado con el conflicto armado que poco después comenzaría en Eslovenia.
Islandia, decimoquinta de 22, no recogió los frutos debidos con la balada Nina que se apartaba del estilo nórdico. Malta volvía con la almibarada Could it be de Georgina & Paul Giordimaina que fue sexta gracias a su desgarro emocional. Grecia impactó con el alarde vocal de Sofia Vossou y una de las mejores candidaturas griegas, I anixi, boicoteada por un lamentable solo de saxofón en uno de los gazapos míticos de Eurovisión que la condenaron a la decimotercera posición. Sandra Simó, de madre catalana, abanderó a Suiza, y se quedó a un punto de España, con una Canzone per te muy inferior a su potencial. El rosco del año viajó a Austria con Thomas Forstner y su Venecia bajo la lluvia. Ahogada. Y eso que llegaba de ser quinto en Lausanne 1989, pero aterrizó desafinado y desmejorado, por no hablar de su disfraz de Príncipe Encantador.
Turno para Francia que enamoró con el aire oriental de Amina. Vestida por Gaultier, con un traje de chaqueta y pantalón negro a rayas, sensual escote, fular naranja y descalza, su prodigiosa voz se fusionó a la perfección con su cálida interpretación. C'est le dernier qui a parle qui a raison es la segunda candidatura de un trienio que comenzó con White and black blues y finalizará con Monté la iviè en el que la delegación francesa apostó por su vertiente más multicultural. Después del festival, Concha Velasco invitó a Amina a sus Galas del Sábado a las que acudió con el mismo traje que sacó en Roma aunque en playback.
Portugal solo pudo ser octava con la Lusitana paixâo de Dulce Pontes, lo que no le impidió desarrollar una impecable carrera que la ha convertido en la cantante portuguesa más reconocible en el mundo. Quizá, el hecho de partir entre las favoritas, y una canción no apta para todos los públicos, jugaron en su contra pese a su gran interpretación. La ganadora en 1985 con Bobbysocks!, Hanne Krogh, volvía al festival por Noruega, en esta ocasión, en el cuarteto Just 4 Fun en el que cada uno fue por su cuenta en el escenario hasta acabar perdidos en el puesto 16. En el grupo también estaba el representante islandés de 1986 y 2007, Eirikur Hauksson.
Israel presentó una judiada de manual, Kan del Duo Datz, a saber, sonidos étnicos, estribillo pegadizo y coreografía marcial que son la sota, caballo y rey de los éxitos del país en el festival desde Izhar Cohen, Milk and Honey, Avi Toledano u Ofra Haza, hasta Nadav Guejd. La pareja artística, tras su bronce en Eurovisión, desarrolló una carrera musical y televisiva centrada en el público infantil, y la sentimental se acabó en 2006. A la británica Samantha Janus no le sirvió su impresionante figura para pasar del décimo lugar, con esos ojos azules y pelo rubio platino, ni el sonido al más puro estilo Stock, Aitken, Waterman de A message to your heart.
Una vieja gloria italiana, el ganador de Sanremo, Pepino de Capri, cerro la velada con acento sureño y cantó en el dialecto napolitano Comme è ddoce 'o mare, emocionando hasta la séptima posición. Casualidades extrañas, el jurado de Italia no dio puntos ni a Suecia, ni a Israel, ni a España. Y, entre las casualidades numéricas, cabe mencionar que desde la octava posición a la última la franja era de 62 puntos a 0, y es que los cinco primeros se lo llevaron todo. El intermedio lo amenizó el mago y transformista Arturo Brachetti, pero en España no se pudo ver al conectarse con el jurado nacional, formado por Loles León y Paco Clavel, entre otros, y la dirección de Isabel Gemio. Cosas de TVE, siempre atrapada en una tormenta cuando se trata de Eurovisión.
El mundo discurría en otra tormenta, la operación Tormenta del desierto, con Estados Unidos dando inicio a la Guerra del Golfo, y con el surgimiento de nuevos países en Europa, como Armenia, Bielorrusia, Croacia, Eslovenia, Estonia, Letonia, ARY Macedonia, Moldavia y una larga lista, algo que a corto y medio plazo afectó al festival ampliando representaciones. La enfermedad del SIDA cobraba relevancia en sus siglas cuando el jugador de baloncesto Magic Johnson anunciaba que sufría esta enfermedad hoy controlada, y por la que días después de esa publicación fallecía otro mito, el cantante Freddie Mercury. El Parlamento de Sudáfrica suprimió tras 40 años otro delito, el apartheid. El Instituto Cervantes nacía en España para promocionar la lengua y la cultura castellana, esa donde Carlos Saura lograba 13 premios Goya por la película ¡Ay, Carmela! Mientras, el Constitucional exigía a los funcionarios de Cataluña tener pleno conocimiento del catalán. Otros tiempos en los que la banda armada ETA seguía cobrándose vidas como los diez muertos y 44 heridos en el atentado contra un cuartel en Vich.
Televisivamente se estrenaba una de las series que han hecho historia con el surgimiento de los canales privados, la Farmacia de Guardia de Mercero en Antena 3, mientras que Telecinco recuperaba a Carmen Sevilla para el “Cuponcito”. En la pública, veíamos a María Teresa Campos en Pasa La Vida en La 1 y a Las Chicas De Hoy En Día en La 2, donde también jugábamos con las Cifras y Letras de Elisenda Roca. Jesús Vázquez nos decía que Hablando Se Entiende La Basca (con b); Leticia Sabater, A Mediodía, Alegría; y Andoni Ferreño y Arantxa del Sol, Vivan los Novios. Rosa María Sardá nos hacía reir desde las autonómicas con Olé Tús Vídeos. Y para el olvido Las Noches De Tal Y Tal presentadas desde un jacuzzi por Jesús Gil. Algunas de las series más icónicas de finales de los ochenta y los noventa también comenzaban a llegar a nuestras pantallas como Cosas de Casa, El Príncipe de Bel Air, Los Simpson, Los Vigilantes De La Playa, Matrimonio Con Hijos, Padres Forzosos, Salvados Por La Campana, Santa Bárbara o Sensación De Vivir. También comenzaba la moda de los culebrones con referentes como Manuela o Topacio.
Cinematográficamente, Bailando con lobos arrasó en los Óscar en un año en el que se estrenaron en los cines peliculones como Eduardo Manostijeras, El Silencio De Los Corderos, Thelma y Louise. El universo Disney nos trajo a La Bella Y La Bestia, y uno de sus personajes, Hook, tuvo su propia película. Los pequeños disfrutábamos de La Familia Adams y Este Chico Es Un Demonio, mientras los mayores se asustaban con Aracnofobia, Llamaradas o Misery y se emocionaban con Tomates Verdes Fritos. Almodóvar también estrenó este 1991 una de sus obras maestras, Tacones Lejanos. En lo deportivo Miguel Indurain ganaba su primer Tour de Francia, Michael Jordan se hacía con el primer anillo con los Bulls, y Martín López Zubero daba a España su primera medalla de oro en natación, en el año en el que nacieron la ganadora de Eurovisión 2010, Lena, o Ed Sheeran, y perdimos a Michael Landon, María Zambrano, Tino Casal, Frank Capra y José María Rodero.
Musicalmente, un jovencísimo Alejandro Sanz irrumpió Pisando fuerte, tanto que su álbum Viviendo deprisa vendió la hoy en día inalcanzable cifra del millón de copias. Celtas Cortos le cantaban al 20 de abril y Mecano hacía lo propio con el 7 de septiembre. Loco Mía se convirtieron en un fenómeno social, pero no aquí, sino en Latinoamérica, con exitos como Loco vox que hipnotizaban con sus abanicos a las quinceañeras. Luis Miguel lanzó su primer álbum de boleros, Romance, y Ricky Martin su primer disco en solitario. De vuelta en España, Seguridad Social triunfaba con Chiquilla, Emilio Aragón, con Paloma.
Michael Jackson publicaba Black or white con un espectacular videoclip protagonizado por Macauly Culkin, y Nirvana uno de los himnos noventeros, Smells like teen spirit. Aunque para himno, The show must go on, con el que Freddy Mercury nos dijo adiós. En nuestros casettes tampoco dejaba de sonar en bucle (Everything I do) I do it for you de Bryam Adams. Guns N'Roses se consagraron con Knocking on heavens door, y Roxette comenzaban a despuntar con Joyride. El dance también empezaba a dominar las radios de todo el mundo con temazos como Gonna make you sweat (Everybody dance now), I've been thinking about you o Unbelievable. Y es que nosotros lo único que queríamos era bailar, igual que baila el mar, con los delfines.
Conversación
Quizás el peor festival de la historia en cuanto a organización, escenario, presentadores etcétera. Sin embargo hay clásicos en esa edición inolvidables. Noruega y Turquía lo mejor, sin superar la ganadora para mí de ese año, por lo diferente y bizarro del conjunto, Yugoslavia. Baby Doll estuvo espectacular, el guiño a España es de valorar y la coreografía, la mejor de la noche, incluso mejor que la de la ganadora, que yo prefería a Francia, dicho sea de paso. Respecto a España, nunca me gustó esa canción, es de un petardeo y una ñoñeria que tirar pa'tras, sobredosis de azúcar. Eso sí, Sergio Dalma, impecable en la interpretación, es de justicia reconocerlo. Genial artículo, como siempre! Ya tengo el tema yugoslavo en la cabeza durante unos cuantos días... ?
Como siempre, enhorabuena por otro gran artículo. Bailar Pegados es una de mi entradas favoritas de todos los tiempos, no sólo de España, sino del todo el festival. No sólo quiero cantarla en un karaoke, también me gustaría bailarla pegado con una chica.
¿Eh?....Dulce Pontes...dices que es ¿¿¿la cantante portuguesa más reconocible en el mundo
Creo que el cero de Italia a Bailar Pegados fue por un mal rollo que hubo entre las dos delegaciones. Al parecer, los italianos querían un cambio de letra en la canción española y al producirse no la votaron como represalia. Al año siguiente, España le devolvió su correspondiente cerdito a Rapsodia de Mia Martini. No sé si alguien puede confirmar la historia...