Euroflashback 1979: Cuando Hallelujah fue su canción

Si el Ministerio del Tiempo fuera real podría acudir al rescate de Tu canción en Lisboa e, incluso, evitar el triunfo de la israelí Netta. También podría, de paso, retrotraerse hasta 1979 e impedir que el país hebreo, con el siempre sospechoso beneplácito del jurado español, entonase por segunda vez Hallelujah, una de las composiciones míticas del Eurovisión, y encumbrar en Jerusalén a Su canción, considerada la ganadora moral del festival. Probablemente no haya edición donde la emoción, el giro de los acontecimientos y las maniobras orquestales se hayan cocinado tan a fuego.

El instante en el que Austria colocó a Betty Missiego y su coro de niños en cabeza con un punto de ventaja sobre Milk & Honey & Gali Atari y, a continuación, España cerró las votaciones dando un 10 a Israel quedó grabado para siempre en los anales eurovisivos. Y en las teorías de la conspiración. El comentarista de TVE, Miguel de los Santos, aseguraba hace años a esta misma web que «entre bastidores las delegaciones negociaban el vencedor y nosotros no quisimos ganar para no tener que organizar”. Realidad o ficción, lo cierto es que los votos del jurado español y los de todos los países se entregaban a la organización con antelación a su anuncio, por lo que el caso se cierra como una leyenda urbana más.

El 31 de marzo se celebró la 24ª edición de Eurovisión, la primera organizada por un país no europeo, Israel, y la última que cayó en el tercer mes del año. Daniel Pe'er y Yardena Arazi fueron los maestros de ceremonias desde el Centro de Convenciones de la capital, Jerusalén, anfitriona que ayer como hoy levantó una enorme polvareda mediática y política. Turquía se retiró de la competición en el último momento teniendo cantante y canción, Maria Rita Epik & 21.Peron con Seviyorum, por las presiones de sus aliados árabes. Yugoslavia, ausente desde 1977, se mantuvo un año más al margen. Así, 19 países fueron a cantar a las «tierras santas».

Israel ganó en casa, como ya lo consiguieron antes Suiza en 1956, España en 1969 y Luxemburgo en 1973 y conseguirá Irlanda en 1992 (en Malmö), 1993 y 1994, con un grupo creado ad hoc para la ocasión que tuvo su primera victoria en el Festival Hazemer Vehapizmon, la preselección de la época. Curiosamente, Hallelujah no fue compuesta para Milk & Honey, sino para Hakol Over Habibi en 1978, pero su solista la rechazó tras recibir una descarga eléctrica en una de las grabaciones. Este cuarteto con la misma estructura, una solista femenina y tres acompañantes masculinos, tendrá su oportunidad eurovisiva en la siguiente participación israelí, la de 1981, pues el gobierno se negó a aumentar el presupuesto de la IBA para organizar por segunda vez consecutiva el certamen, y la UER como venganza fijó la fecha de Eurovisión 1980 el «Día de los Caídos de Israel», forzando al país a retirarse a pesar de haber ganado.

La puesta en escena es todo un clásico festivalero con la entrada al escenario de los miembros del grupo uno a uno para entonar una letra que es una loa a la belleza del mundo y de todas las cosas que han sido y serán. Hallelujah fue número 1 de ventas, además de en Israel, en Finlandia, Irlanda, Noruega y Suecia, #2 en Suiza, #4 en Bélgica y alcanzó un respetable #5 en el Reino Unido, mientras que en España llegó a un curioso #22. Gali Atari recorrió con la banda toda Europa pero, un año después, denunció al mánager por impago de más de 60 actuaciones, litigio que se resolvió a su favor en 1994 ganando más de 200.000 euros. 

Lea Lupatin, ex miembro de Chocolate Menta Mastik (1976), la sustituiría como vocalista de Milk & Honey y, juntos, intentaron de nuevo volver a Eurovisión en 1981, clasificándose en cuarta posición de la final nacional, y 1989, cuartos. Ella y dos de sus compañeros, no obstante, sí regresaron al festival en 1988 como coristas de Yardena Arazi, curiosamente, la presentadora de este 1979. Hallelujah también volvería a sonar en el escenario eurovisivo, 20 años después de su triunfo y, de nuevo, en Jerusalén, cuando todos los participantes de 1999 la cantaron al final del festival como homenaje a las víctimas de la Guerra de los Balcanes. 

Justo tres meses antes de Eurovisión 1979 fue elegida internamente como representante de TVE la cantante y bailarina peruana, nacionalizada española, Betty Missiego. Su canción fue obra de Fernando Moreno, a la postre su marido. La artista no era una debutante en esto de los festivales ya que representó a Perú en la primera OTI, en 1972, en Madrid, donde corrió peor suerte clasificándose en última posición.

Hasta una treintena de comentaristas y críticos de medios de comunicación de distintas provincias apostaron por esta candidatura propuesta por la discográfica Columbia. Su magistral actuación en Jerusalén sigue presente en la memoria colectiva por su túnica, comprada a un fabricante con el que tuvo que ser muy insistente ya que estaba reservada para la princesa Grace Kelly, y por su coro infantil formado por el grupo Caramelos, especialmente recordado por el alarido de uno de los niños exclamando «Eh, mayor» tantas veces imitado por los humoristas patrios. Betty siempre recuerda la tristeza de aquella chavalería, Alexis Carmona, Beatriz Carmona, Javier Glaria y Rosalía Rodríguez, a la que se dedicó a consolar en la green room, o cuando coincidió en una gala mucho tiempo después con la también ganadora israelí Dana Internacional, quien le confesó que cuando la vio de pequeña por televisión quiso ser como ella.

España se quedó con 116 puntos, incluyendo los 12 votos procedentes de Alemania, Bélgica, Italia y Suiza, frente a los 125 de Israel que recibió la cifra mágica de Finlandia, Irlanda, Noruega, Portugal, Reino Unido y Suecia. Su canción no recibió ni un voto de los jurados finlaneses, irlandeses, monegascos ni de los vecinos portugueses. Sin embargo se convirtió en todo un éxito de ventas en España, se grabó en alemán, francés e italiano, y sus 157 «las» todavía ostentan un récord eurovisivo.

Betty quiso tomarse la revancha en 1980 presentando a TVE la canción Don José, pero ésta se decantó por el grupo Trigo Limpio. Quizá por las circunstancias de su resultado se ha convertido en una de las representantes más queridas por el público español, en activo sobre los escenarios hasta 2015, tres años después de que su hijo menor falleciera en un trágico accidente de moto. Otro de sus hijos, conocido artísticamente como Missiego, también tuvo una exitosa carrera musical en la década de los 90 con canciones del verano muy recordadas como Baila baila conmigo, Cachete, pechito y ombigo o Mueve tu cucu.

Francia completó el podio con Je suis l’enfant soleil de la ganadora de Eurovisión 1973, Anne-Marie David. Su regreso al festival se fraguó en una preselección cuya semifinal se suspendió por una huelga de la Sociedad Francesa de Producción y una final que nunca llegó a celebrarse. Un jurado se encargó de escogerla a puerta cerrada. Conocida como «la voz de cristal», no consiguió dar la victoria a su país como a Luxemburgo seis años antes con otro himno eurovisivo, Tu te reconnaîtras, aunque su «niña sol» se convirtió en un gran éxito comercial tras su portentosa interpretación en Jerusalén.

1979 fue un año para la posterioridad más allá de las medallas. Alemania fue cuarta con Dschinghis Khan del grupo homónimo, proyecto del incombustible Ralph Siegel, y popularizada en España posteriormente por el forracarpetas Iván. La actuación, todo un tributo al guerrero y conquistador mongol que unificó a las tribus nómadas de esta etnia al norte de Asia, está repleta de guiños a la música disco que a finales de la década daba sus últimos coletazos. El jurado español, por cierto, le concedió sus 12 puntos. Tal fue el éxito del tema que el grupo, expresamente creado para el festival, llegó a publicar cinco álbumes, con singles tan populares como Moskau que muchos recordarán por un reciente anuncio de Renault.

El legendario Tommy Seebach y su prominente mostacho participaron por primera vez con la pegadiza Disco Tango, clasificándose en una merecida sexta posición. El intérprete volverá en 1981 con la maravillosa Kroller eller ej, acompañado por su corista en Jerusalén, Debbie Cameron, y en 1993 con la bellísima nana dedicada a su hija recién nacida Under stjernerne på himlen. El fracaso de su última participación eliminó a Dinamarca de Eurovisión 1994 provocando un aluvión de críticas que agravaron su adicción al alcohol. Nunca más volvió a presentarse al Dansk Melodi Grand Prix en el que había concursado hasta en siete ediciones. Falleció a los 53 años de un ataque al corazón relacionado con su alcoholismo en el parque de atracciones en el que trabajaba en Copenhague.

Grecia, enarbolada por Elpida, presentó su particular versión de la ópera rock Jesucristo Superstar, pero dedicada al filósofo Sócrates, con un octavo puesto más digno que su vigésima y última plaza de 1986 bajo la bandera de Chipre. Le siguió la portuguesa Manuela Bravo con Sobe, sobe balâo sobe, un número alegre donde describe su vida como despreocupada y enfundada en un traje amarillo que desafiaba a la mala suerte.

Los suizos Peter, Sue y Marc hicieron de Eurovisión su modus vivendi. El trío fue duodécimo cantando en francés en 1971, cuartos en inglés en 1976, décimos en alemán este 1979 y serán cuartos en italiano en 1981. Los cómicos Pfuri, Gorps y Kniri los acompañaron sobre el escenario de Tel Aviv en la rara Trödler und Co.

La indonesia de nacimiento y neerlandesa de adopción Sandra Reemer, a quien perdimos en 2017 por un cáncer de mama, participó por tercera vez después de ser cuarta en 1971, acompañada por Andres, y novena en 1976. En esta ocasión la colorida Colorado no pasó del #12, lo que no impidió que fuese un gran éxito de ventas. El famosísimo grupo italiano Matia Bazar se llevó un gran chasco con su Raggio di luna, #15, pero pasó a la posteridad por ser la primera actuación que prescindió de la orquesta bastándose de los instrumentos en directo de los miembros de la banda. 

Aunque para batacazo, el del sueco Ted Gärdestad y su Satellit, quien arrastraba una enorme polémica desde el Melodifestivalen, ya que la prensa prefería a Tomas Ledin, al que su oportunidad eurovisiva le llegaría un año después, y lo acusaban de plagiar Hold the line de Toto, algo que fue desmentido por los estadounidenses. Curiosamente, en su primer álbum de 1972 tuvo como coristas a Agneta y Anni-Frid de ABBA, y todos los componentes del cuarteto llegaron a trabajar con él, una conexión que le hacía llegar con unas expectativas que se desmoronaron al recibir tan solo 6 puntos de Irlanda y 1 de Grecia. Tal fue su nerviosismo previo a salir a escena que se encerró en un baño del que su hermano Kenneth tuvo que convencerle para salir. Nada hacía presagiar sin embargo lo ocurrido en 1997, cuando saltó delante de un tren en la estación de Häggviks en Sollentuna, un shock en su país donde fue todo un número uno.

Dos plazas ocuparon el vagón de cola, Austria y Bélgica. La belga Micha Marah fue elegida internamente y participó en cuatro semifinales televisadas con diferentes canciones. La favorita popular en todas las eliminatorias, Comment ça va?, fue superada en la final con votación experta por Hey nana. Se dice, se comenta que los jurados se vengaron de ella por su actitud caprichosa y engreída. Tal fue el berrinche de la diva que acusó de tongo a los jueces, se negó a grabar el tema en estudio y amenazó con no cantarlo en Jerusalén, hasta el extremo de tener que preparar por si las moscas a una de sus coristas.

No fue un año de revolución, como 1968, pero sí de posibilidades y encrucijadas. España celebró las primeras elecciones municipales de la democracia, se aprobaron los estatutos de autonomía de Catalunya y Euskadi y, un día antes de Eurovisión 1979 fue investido presidente del gobierno Adolfo Suárez.

La Dama de Hierro, Margaret Thatcher, subió al poder en el Reino Unido, y hubo sendas revoluciones en Irán y Nicaragua. También comienza a implantarse el «posfordismo» en la producción industrial, lo que supone un cambio total en las relaciones laborales; Michel Foucault inventó el concepto de la biopolítica, es decir, cómo el Estado ejerce su poder sobre la manera de vivir de los individuos; y China comercializó el primer walkman.

Televisivamente se inauguró, el 23 de diciembre, Barrio Sésamo, descubrimos La Mansión de los Plaff, y se estrenó La Locomotora del italiano Torrebruno. Los más pequeños de la casa también veían y aprendían con Érase una vez… El hombre, así como de las aventuras animadas de Don Quijote. TVE también estrenó el programa Canciones de una vida y la serie La Barraca. Con Ocho Basta, Dallas, Los Cinco, Los Roper o Raíces fueron algunas de las series internacionales favoritas de la época. Rosa María Lobo, por su parte, representó a España en la OTI clasificándose en cuarta posición con Viviré.

En pantalla grande vimos películas tan míticas como Alien, All That Jazz, Apocalypse Now, Hair, La vida de Brian, Mad Max o Rocky II, mientras que el Óscar a la Mejor Película fue a parar a Kramer Contra Kramer. Michael Ende escribió el bestseller La historia Interminable, el tenista sueco Björn Borg se convirtió en toda una celebridad y vinieron a la vida David Bisbal, Gisela, Manu Guix, Nuria Fergó, Roberto Leal y Vega.

1979 también fue un año de temazos que difícilmente se pueden resumir en un par de párrafos. El pop español se llenaba de ídolos de quinceañeras como Los Pecos, Miguel Bosé o Pedro Marín y canciones como Háblame de ti, Súper Superman o Que no; Ana Belén y Víctor Manuel firmaban las que probablemente son sus dos mejores canciones, Agapimú y Solo pienso en tí, Rocío Jurado se reafirmó como la más grande con Como yo te amo, y Camarón de la Isla se convirtió en leyenda con Volando voy. También conocimos a un futuro eurovisivo italiano, Umberto Tozzi, y su Gloria, y llevamos 40 años Bailando al ritmo de las Hermanas Goggi.

ABBA encadenaba un éxito con otro, en este año, Chiquitita, Gimme! Gimme! Gimme! (A Man After Midnight) o Voulez-Vous, mientras que diferentes derivados del rock comenzaban a dominar las listas de éxitos como Don't stop me now de Queen, Heart of glass de Blondie o Highway to hell de AC/DC. La música disco todavía llenaba las pistas con hits como Hot stuff de Donna Summer, Knock on wood de Amii Stewart, In the navy de Village People, Ring my bell de Anita Ward, Tragedy de Bee Gees o Video killed de radio star de The Buggles.

Canciones que hoy en día seguimos escuchando «paseando solos en nuestra ciudad», ¡hallelujah!