Especial 2025: el año en el que le dijimos hasta luego a Eurovisión

La temporada eurovisiva 2025 quedará registrada como una de las más intensas y controvertidas de los últimos años. A los habituales debates artísticos y competitivos se sumó una crisis institucional sin precedentes que culminó con la salida oficial de cinco países del festival que se celebrará en Viena este 2026, alterando profundamente el ecosistema del Festival de Eurovisión y dejando una estampa inédita al ser el año con más países retirados. 

Melody gana la cuarta edición del Benidorm Fest

Nuestro viaje empezó en la ciudad alicantina de Benidorm, donde el festival de la música española volvió a demostrar su capacidad para polarizar al eurofandom. Melody se impuso con Esa Diva, una propuesta pensada para el directo, con una estructura clásica, algo desfasada  y un clímax final muy marcado, que encontró su principal respaldo en el televoto.

Su victoria reabrió debates ya habituales entre los seguidores del festival: el papel de los artistas consolidados en una preselección española, la distancia entre el gusto popular y el criterio del jurado y la competitividad real de la candidatura española en un contexto eurovisivo dominado por propuestas de fuerte impacto y gusto artístico.

La edición de este año también sirvió para visibilizar la calidad de los artistas emergentes: Kuve, Lachispa. Mel Ömana… y la fuerza de algunas propuestas menos tradicionales como La Pena de DeTeresa, generando sorpresa y reconocimiento dentro del fandom. Entre actuaciones llamativas y guiños a los seguidores, quedó claro que el Benidorm Fest sigue siendo una referencia en España y un termómetro de lo que el país puede aportar al panorama europeo, incluso en un contexto donde la competitividad internacional marca estándares muy altos.

Eurovisión 2025: JJ triunfa y el festival esquiva otra bala, de nuevo.

El Festival de Eurovisión 2025, celebrado en Basilea, estuvo marcado no solo por la calidad de las actuaciones, sino también por una de las polémicas más graves de la historia reciente del certamen. Austria, representada por JJ y su maravilloso Wasted Love, se alzó con la victoria gracias a una propuesta sólida, emocionalmente impactante y con una puesta en escena impecable, que convenció a jurados y público de la manera suficiente para llevarse la victoria. 

Sin embargo, el foco de atención mediático volvió a centrarse en el estado de oriente medio, cuya participación estuvo rodeada de controversia debido a manipulaciones detectadas en el televoto, el sistema de votación fue alterado para favorecer a la candidatura israelí, generando una redistribución de puntos que afectó de manera directa a su clasificación final.

En la final, España finalizó en el puesto 24, un resultado que muchos consideraban previsible dada la debilidad percibida de la candidatura frente a propuestas más innovadoras y diferenciadoras. El resultado confirmó que un tema flojo, aunque bien interpretado, no tiene posibilidades de destacar en Eurovisión frente a propuestas más potentes y originales.

La Santa PrepartyES

¡Todos por igual valientes! ¡A esta ES!

Como nos gusta en Eurovision-Spain celebrar la semana más santa con una buena ración de la PrePartyES, en 2025 volvió a consolidarse como una de las citas imprescindibles del calendario previo a Eurovisión. 

Madrid fue, una vez más, parada obligatoria para gran parte de los artistas de la edición de 2025, ver a los artistas de la edición  junto a participantes del Benidorm Fest 2025 y artistas que han pasado recientemente por Eurovisión, como Marina Satti, hacía que todo el evento se sintiera cercano y auténtico, algo que solo se entiende si has estado allí.

Con el escenario actual, la edición de 2025 adquiere inevitablemente un valor especial. Por motivos evidentes, no tendremos PrePartyES en 2026, lo que convierte esta última celebración en una despedida involuntaria de una etapa marcada por la ilusión, el trabajo en equipo y el compromiso con el espíritu eurovisivo. Un cierre que deja huella y que subraya la importancia de estos espacios cuando el futuro del festival atraviesa uno de sus momentos más delicados.

Fue la celebración de lo que somos, de lo que hacemos y de lo que sentimos por Eurovisión, un recordatorio de que, aunque falte una edición, la comunidad sigue más viva que nunca y que cada encuentro, cada aplauso y cada emoción compartida cuentan más de lo que parece.

Érase una vez en Tiflis

Eurovisión Junior 2025, celebrado en Tiflis (Georgia), ofreció una edición muy sólida, con un nivel general medio y actuaciones bien trabajadas tanto a nivel musical como escénico. La victoria recayó de nuevo en Francia, con Lou Delouze y su Ce Monde, que confirmó su dominio reciente en el certamen con una propuesta muy efectista y bien respaldada por jurado y público, en una noche sin grandes sorpresas.

España, representada por Gonzalo Pinillos y su Érase una vez (Once Upon a Time), firmó una actuación muy convincente que se tradujo en un quinto puesto, reforzando la excelente trayectoria española en Eurovisión Junior desde su regreso al festival. La candidatura española funcionó especialmente bien en directo y volvió a dejar claro que RTVE ha encontrado una línea sólida y reconocible en el certamen infantil.

Diciembre negro: España se marcha de Eurovisión, ¿Cuál es el significado real de “United by Music”?

El cierre de la temporada vino marcado por la Asamblea General de diciembre de la UER, celebrada en un clima de fuerte tensión política e institucional. Durante el encuentro, cinco países anunciaron su salida de la competición, Islandia, Eslovenia, Países Bajos, Irlanda y España, como protesta por la permanencia de Israel dentro de la organización y, por extensión, en el Festival de Eurovisión, debido a su continuo ataque sin precedentes al pueblo palestino. 

La decisión de la UER de mantener a un estado genocida como miembro activo ha provocado una fractura sin precedentes en la organización, intensificando el debate sobre la no neutralidad política del festival, los límites de un lema vacío “United by Music” y el papel de Eurovisión como evento cultural.

La salida de España reviste una especial relevancia por su peso histórico en Eurovisión, su implicación activa en el desarrollo reciente del festival y su papel central dentro del ecosistema eurofan europeo.

La temporada eurovisiva 2025 termina con un giro sin precedentes para España: 2026 será la primera edición en la que el país no estará presente en Eurovisión desde su debut en 1961. Esta ausencia histórica marca un punto de inflexión que abre un nuevo capítulo en la relación de España con el certamen y en el panorama eurofan europeo

En este contexto, el Benidorm Fest debe convertirse más que nunca en un espacio de resistencia cultural, identidad artística y compromiso. Apoyarlo con firmeza no es solo una cuestión musical, sino también una forma de defender un modelo de Eurovisión coherente con los valores de diversidad, paz y justicia que el festival dice representar. La solidaridad con Palestina y la denuncia de los derechos humanos arrebatados no pueden quedar al margen del debate eurovisivo.

Con la vista puesta en Viena 2026, el deseo compartido es que este tiempo de ausencia sirva para la reflexión y la reconstrucción de un festival que vuelva a reconocerse en sus propios valores. Que Eurovisión recupere su vocación de espacio común, de encuentro y de respeto, y que el camino iniciado ahora permita que, más pronto que tarde, podamos volver a encontrarnos en las mejores condiciones posibles, con un certamen más coherente, más justo y fiel a aquello que lo convirtió en algo único.

Porque Eurovisión no es solo un escenario: es también un altavoz, y callar ante la injusticia nunca ha sido una opción para una comunidad que se define por la unión y la diversidad.