Fue una de las grandes sensaciones en Liverpool. Noa Kirel, con su Unicorn, aupó a Israel al tercer puesto, solo por detrás de Suecia y Finlandia, respectivamente, con 362 puntos, convirtiéndose ya en una referencia eurovisiva. Pero la artista, que pasó por un largo proceso hasta dar con la canción que llevó a tierras británicas, manejaba otra composición que finalmente quedó aparcada y que ya ha visto la luz: Deja Vu.

Compuesta por Jordi, Ron Beaton e Itay Shimoni, se grabaron dos versiones, una en hebreo y otra en inglés, estrenándose ahora la primera de ellas con un videoclip dirigido por Roman Buchatsky. Falta por comprobar su alcance tras el rotundo éxito de Unicorn. Kirel recibió en la gran final 177 puntos del jurado (el 12 se lo dieron Armenia, Azerbaiyán, Francia, Italia y Polonia) y 185 del televoto. En la semifinal también fue tercera, con 127 puntos, por detrás de Finlandia y Suecia, que invirtieron posiciones.