RODOLFO CHIKILICUATRE & SILVIA NIGHT

Desde que el catalán David Fernández fue designado para representar a España en el Festival de Eurovision 2008 representando el papel de un argentino llamado Rodolfo, se han dado muchos argumentos a favor y en contra de su idoneidad para concursar en el Festival.   Los argumentos a favor que más pesan y que más […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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RODOLFO CHIKILICUATRE & SILVIA NIGHT

Desde que el catalán David Fernández fue designado para representar a España en el Festival de Eurovision 2008 representando el papel de un argentino llamado Rodolfo, se han dado muchos argumentos a favor y en contra de su idoneidad para concursar en el Festival.

 

Los argumentos a favor que más pesan y que más se esgrimen por todos los que le apoyan, vienen a decir:

 

“Con Rodolfo vamos a quedar mejor que en los últimos años”

“Eurovisión se ha convertido en un espectáculo friki”

“Ya que no nos vota nadie, vamos a reírnos del Festival”

 

A día de hoy yo sigo abierto a que alguien me convenza de la maravilla de representante que llevamos este año, pero desde luego no será con esos argumentos que más parecen sacados de un libro infantil que de alguien que pretenda hablar un poco seriamente del tema.

 

Que quedemos mejor que en las 3 ediciones anteriores… no es nada del otro mundo, habida cuenta de que no hemos subido del puesto 20º. Muy alto no es que se hayan puesto el listón precisamente.

 

¿Importa algo quedar en el puesto 12º en vez de en el 20º? En realidad, no. Si uno se fija en un tablero de puntos tras un Festival, no hay tanta diferencia de votos entre el puesto 12º y el 20º, como la hay entre el grupo de los 8 primeros.

 

Con tantos países, y con el sistema de puntuación que se utiliza en el Festival donde se vota de 1 a 8, 10 y 12 la clasificación de la segunda mitad de la tabla es más testimonial que otra cosa.

 

Si a un país que va el 18º le dan 8 puntos, le pueden estar empujando a escalar más puestos que si se los dan a los países que van en cabeza con ciento y pico puntos.

 

Pero vamos, ni aunque España ganase, me bastaría para justificar la representación de TVE, por la sencilla razón de que no veo Eurovision “para ver si ganamos” como cuando era un niño, sino para descubrir otras canciones que no están mal, que haberlas las hay todos los años sin excepción, por mucho que haya que negarlo para quedar bien.

 

Siempre existirán niños de 20, 30 y 40 años para los que Eurovision sólo será “a ver si ganamos”.

 

Sobre que Eurovisión se ha convertido en un espectáculo friki, pues no. Ni el fenómeno friki es algo nuevo en Eurovisión, ni ahora es mayor que antes:

 

Llegó un momento en la historia del Festival, en que se descubrió aquello de “llamar la atención” pasándose por el forro toda la supuesta seriedad del evento.

 

 

¿Quién no escuchó nunca que en Eurovision había que llamar la atención?

 

Llegó Sandie Shaw en 1967 (en cierta forma la primera friki de su época) quien osó cantar descalza. Y continuó el fenómeno friki (entre otros) con Nicole & Hugo en 1973, incluso con ABBA en 1974 (cuya estrambótica vestimenta en su día era la mitad del impacto de su actuación). ABBA también tuvieron mucho de frikis en su día, al menos para el "Waterloo".

 

Tras ABBA, la lista de frikis en versión años ’70, ’80 y ‘90 siguió aumentando. Los frikis de aspecto pero con algo más de sustancia, quedaban bien o incluso ganaban, pero los frikis sin nada más que frikismo, se hundían en su propio ridículo (la lista es interminable).

 

 

 

El caso más parecido al de Rodolfo Chikilicuatre, es el de Silvia Nott (o Night) en 2006: Una actriz islandesa que hacía un personaje, montaba números teatrales en las ruedas de prensa, aparecía en las televisiones extranjeras llamando “vieja” a su contrincante sueca, cantaba una canción absurda especialmente compuesta para el Festival, a la que también la UER obligó a modificar la letra… y todo el circo para nada:

 

 

 

 

Ni la tal Silvia Nott acabó con el festival, ni se rió de él, ni cambió nada. Lo único que consiguió fue el abucheo generalizado de todo el estadio donde se celebraba el Festival y hundirse en la clasificación.

 

Con 43 países como hay este año, proporcionalmente se podría decir que ahora es cuando Eurovisión es menos friki que nunca, aunque está claro a estas alturas de la película que Buenafuente y LaSexta tienen algún interés en convencer de lo contrario. Hablar de “La cara friki de Eurovision 2008” puede ser divertido, pero quedan otros 40 países por repasar.

 

Seguimos con “Ya que no nos vota nadie, vamos a reírnos del Festival”. “El Festival es política”; “Sólo impera el vecinismo”; “Eurovisión no tiene ningún sentido ya”… ¡Pues retirémonos! ¿Qué sentido tiene seguir en Eurovisión si la gente está convencida de todo eso?

 

Alguien se ha debido pensar que tenemos obligación de estar ahí participando año tras año, y además pagando una buena cantidad de dinero de todos como por obligación.

 

Luego oyes decir que los eurofans se toman el Festival demasiado en serio. Es precisamente al revés: El eurofan se toma Eurovision como un entretenimiento en sí mismo, sin esperar necesariamente ganar.

 

Yo más bien diría que quienes se toman demasiado en serio el resultado de la clasificación año tras año son los que envían a Rodolfo a Eurovision como acto de protesta porque no les votan nunca.

 

A ver si aprenden a tomarse esto menos en serio y al final igual hasta se hacen eurofans.

 

¡Hasta la próxima!

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