REFLEXIONES TRAS EUROVISIÓN 2018

¡Hola a todos! Esta columna llega con unos meses de retraso… La escribí poco después de la final, pero por unas cosas o por otras nunca llegué a publicarla. Ahora me animo a hacerlo por varios motivos, entre otros, mi nueva condición de administrador de esta página y miembro del equipo de eurovisión-spain. Aprovecho por […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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REFLEXIONES TRAS EUROVISIÓN 2018

¡Hola a todos!

Esta columna llega con unos meses de retraso… La escribí poco después de la final, pero por unas cosas o por otras nunca llegué a publicarla. Ahora me animo a hacerlo por varios motivos, entre otros, mi nueva condición de administrador de esta página y miembro del equipo de eurovisión-spain. Aprovecho por tanto para decir que es un placer formar parte de este proyecto y que intentaré contribuir todo lo posible. De momento, espero que disfrutéis de esta columna.

Después de una edición más de nuestro festival favorito y después de haber cotilleado los desgloses de votos y de haber explorado todos los memes de este años para combatir la depresión post-Eurovisión, ya solo me queda escribir la columna de todos los años, por aquello de no perder la tradición. Además, estoy contento porque acerté casi todos los pronósticos que publiqué en mi última columna: solo fallé con la posición de Francia (bueno, creo que todos les augurábamos un mejor puesto a Madame Monsieur) y con lo de los 24 puntos de Malta a San Marino (al final «solo» fueron 17).

En fin, comencemos. Lo más destacable de este año ha sido la victoria de Netta para Israel. De esta forma, mantienen la tradición de ganar cada veinte años y demuestran una vez más (por si la última edición no lo había dejado claro) que Eurovisión NO es política. Ha ganado un país sin vecinos, sin grandes comunidades de población en otros países (si acaso en Francia) y que encima es denostado por gran parte de la población europea. Y, por si fuera poco, segundo ha quedado Chipre, una minúscula isla del Mediterráneo sin más «vecinos» que Grecia y sin una gran influencia política ni diaspórica. Además, así Israel se zafa por completo de la maldición Chen Aharoni, a la que dediqué una columna hace tiempo. Qué curioso, justo este año Chen se había presentado a la preselección israelí… Pero no te desanimes, campeón, algún año lo conseguirás.

Pues sí, Netta arrasó en las votaciones, le llovieron puntos de toda Europa y se merendó al resto de concursantes, incluyendo la entente albanesa. Y es que Eurovisión 2018 para mí pasará a la historia como Albanovisión. Madre del amor hermoso, cuánto arte made in Albania hemos tenido este año. No contentos con mandar a Eugent, la mejor voz masculina del año y, diría, de la historia reciente del festival (con permiso de Mihai Traistariu), también estuvieron representados por la enorme Eleni Foureira y por el no menos enorme Ermal Meta. Entre los dos completaron el podio del televoto, merecidos ambos puestos. De hecho, Eleni lo petó tanto durante la semana previa que las casas de apuestas dejaron de ofrecer beneficios por una apuesta a una victoria chipriota. Y mira que Fuego había pasado desapercibida durante gran parte de la pretemporada eurovisiva, pero es que más diva no se puede ser y la canción es un temazo. El conjunto habría sido un digno ganador y a todos nos habría hecho ilusión que ganara Chipre, un país pequeño pero más o menos simpático, por aquello de que parece el hermano pequeño de Grecia y tal. En fin, medalla de plata para ellos, mejor puesto histórico y patada en la boca a la televisión griega, siempre reticente a mandar a Eleni.

Bueno, al lío, que me voy por las ramas y no puede ser. De este año, también es importante remarcar las considerables diferencias que hubo entre el televoto y el jurado. Algunas eran esperables, como que los jurados valoraran mejor canciones como la de Austria o la de Albania, tal vez más difíciles de enganchar pero con interpretaciones sublimes. También eran previsibles los aluviones de puntos a Suecia, Malta y Australia (en serio, que alguien me lo explique). E incluso estaba claro que temas como el checo o el húngaro iban a pasar desapercibidos entre los «profesionales», mientras que tenían todas las papeletas de gustar más al público, la primera por su toque pegadizo y comercial y la segunda porque estaba claro que los jurados aborrecerían el rock duro de Hungría, mientras que el televoto agradeció ese toque diferente y el aluvión de memes que nos regaló el grupo AWS… Pero, no sé, sigue sin convencerme el planteamiento jurado + televoto tal y como está actualmente. Me da penica que Mikolas haya gustado tanto en Europa y se haya quedado fuera del top five por culpa del jurado, o que Dinamarca no se pudiera llevar la medalla de oro de su semifinal a pesar de ser la más votada por el público… Bueno, de momento el festival es así y, aunque yo estaría totalmente a favor de que quitaran los jurados, al menos reconozco que este sistema de votación es más emocionante. Oye, igual un año de estos todo es incluso más cantoso y como disculpa volvemos solo al televoto. O a profesionales de verdad, quién sabe.

De las candidaturas, poco más puedo decir. Creo que este año el nivel ha sido notable y (casi) todos los temas tenían algo que aportar. Los directos, en general, han sido solventes (Sennek, tú no mires) y lo único malo ha sido que en el baño de sangre de la primera semi tuviéramos que despedirnos de Suiza, ARYMacedonia, Armenia, Grecia, Azerbaiyán, Bélgica y Croacia, pues todas ellas habrían hecho un papel estupendo en la final. ¿Será factible hacer algún cambio en el futuro para evitar estos desajustes? ¿O tendremos la suerte de contar con semifinales tan buenas que siempre se nos quedarán fuera canciones dignas de una final?

En cuanto a España… qué queréis que os diga, para mí fue la crónica de una muerte anunciada. Por mucho que estuviera (y esté) enganchado a Operación Triunfo, creo que todo el proceso fue un poco chapuza y, sobre todo, que una vez más primaron los motivos extramusicales. La audiencia española no vio más allá de la parejita (que me parece perfecto), pero está claro que después el conjunto no consiguió transmitir lo suficiente. Al final nos tuvimos que conformar con un 23.er puesto que, sinceramente, incluso podría haber sido peor…

Por lo demás, Israel nos ha dado unos cuantos capítulos de Eurodrama para tenernos entretenidos en verano, pero yo no dudo que serán capaces de sacar adelante un gran festival y, por suerte, al final los países que habían amenazado con un boicot se lo han replanteado y han confirmad su asistencia (Bulgaria, te echaremos de menos). Yo, por mi parte, espero una excelente edición y también tengo toda la intención de pasar la semana eurovisiva en Tel Aviv, ¡así que espero veros allí!

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