¿POR QUÉ,EUROVISIÓN? ¿POR QUÉ?

Escribo esta columna después de la calentura y después de más 48 horas de haber terminado el festival de este año. El de 2017. Decepción. Esa para mí, es la palabra que encuentro para definir lo que ha sucedido. ¿En verdad, Portugal merecía ganar este año? ¿En serio? No malinterpretemos. La mayoría de los que […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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¿POR QUÉ,EUROVISIÓN? ¿POR QUÉ?

Escribo esta columna después de la calentura y después de más 48 horas de haber terminado el festival de este año. El de 2017. Decepción. Esa para mí, es la palabra que encuentro para definir lo que ha sucedido. ¿En verdad, Portugal merecía ganar este año? ¿En serio? No malinterpretemos. La mayoría de los que seguimos el festival, concordamos que la composición interpretada por Salvador Sobral, tenía su punto. Su magia, por así decirlo, pero vuelvo a repetir, ¿En verdad fue superior a la Occidentali´s Karma de Francesco Gabbani ó a Suecia con su I can´t go on? Personalmente y sin miedo a las opiniones negativas, respondo. Rotundamente NO. Lo que temía que se volviera a repetir se ha vuelto realidad. Lo de Ucrania del año pasado, me resulto incómodo. Así es. Ganó una canción con tintes políticos. Una canción que contravenía el reglamento de la UER. No obstante, nunca se le prohibió ni su título (como a la Armenia del 2015), ni sus mensajes que indirecta o directamente involucraban a Rusia. Ni mencionar que a éste último país se le prohibió la entrada al escenario ucraniano. Inadmisible. Totalmente inadmisible.

Volviendo al ámbito eurovisivo, yo lo había mencionado en varias ocasiones: si Italia no se alzaba con el micrófono, debería meditarse un nuevo retiro (o incluso uno definitivo). Razones hay de sobra. Occidentali´s Karma (a punto de vista de un historiador del festival) ha sido una de las mejores canciones que han pisado el elenco eurovisivo. Lo tenía y lo tiene todo. Letra que mezcla la satira con el buenrrollo. Coreografía. Carisma. Elegancia. Sin embargo, no es de extrañar que a la Europa de este siglo, le importe más otros aspectos. Que pudiera enumerar perfectamente. Pero solo avivaría una polémica innecesaria. ¿Alguien recordará, pasados unos años, la canción lusa?, ¿En verdad? Lo dudo, sinceramente. Eurovisión se volvió tan paulatinamente un “Oscar” o un “Grammy” que no nos dimos cuenta. El dar reconocimiento y/o exposición por razones que no necesariamente tiene que ver con el merecimiento, traduciendóse en creatividad y originalidad, va en contra de los principios del arte de la música. No debemos olvidar que Eurovisión nació de San Remo. Ironía de la vida, ahora éste último es olvidado, despreciado, por el primero. Eurovisión no merece a Italia. Que Irlanda y Suecia tengan más del doble de triunfos que el país de la bota, dice mucho. Dicen que ahora Eurovisión es política. Siempre había sido ásí, pero se apreciaba mejor al talento. Me voy, francamente cabizbajo. Eurovisión no ha cedido en lograr que definitivamente pierda el interés por él. Me duele aceptarlo. Pero las cosas como son. ¿Por qué, Eurovisión? ¿Por qué?

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