LA PRIMERA NOCHE CATALANA

PRIMERA ¿GALA? DE LA PRESELECCION ESPAÑOLA   ¿Escribir o no escribir? . Haciendo acopio de fuerzas, tras el agotador esfuerzo de trasnochar por algo tan insulso, me siento frente al teclado, e, intento plasmar algún tipo de opinión, coherente o no (pero que represente íntegramente a mi persona autónoma, a mis capacidades deductivas o gustos […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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LA PRIMERA NOCHE CATALANA

PRIMERA ¿GALA? DE LA PRESELECCION ESPAÑOLA

 

¿Escribir o no escribir? . Haciendo acopio de fuerzas, tras el agotador esfuerzo de trasnochar por algo tan insulso, me siento frente al teclado, e, intento plasmar algún tipo de opinión, coherente o no (pero que represente íntegramente a mi persona autónoma, a mis capacidades deductivas o gustos particulares en resumen). ¡Uf!, tarea ardua y compleja, ¿qué decir del bochornoso espectáculo ofrecido por TVE anoche?, pues eso, que me pareció por momentos de vergüenza ajena y que no nos debe de extrañar de que la gente no tan metida en Eurovisión nos trate de «freakys».

 

Soy consciente de que el ser humano tiene tendencia a opinar alegremente y con mayor facilidad sobre lo negativo que sobre lo que es especialmente positivo o pueda enaltecer a alguien o algo, somos así, pero es que lo de anoche no puede quedar en saco roto del silencio sepulcral, por consiguiente, veamos que nos sale:

 

El escenario-entorno: Me pareció como una especie de lata de sardinas por más que las cámaras utilizaran la perspectiva focal de gran angular para dar impresión de magnificencia que no existía en realidad. El público apiñado frente al pasillo tipo OT (¿Por qué co…todos los programas se tienen que basar en este estilo de hacer televisión? ¿por qué sonó la flauta una vez?). Están con las cervicales mejor que yo, lugar a dudas, aunque mucho me temo que con lo eterno que se hizo el programa, terminaran con alguna contractura. ¡Ah!, hablando de contracturas, menuda caída la de Pedro, uno de los candidatos a Jurado, ¡madre mía qué comienzo de mal augurio!, y la Alaska (la presentadora de este año), tan fresca, sigue tú (a otro candidato), que está bien, y ni un ápice de empatía ante el escoñado, ¡Jesús, Jesús!.

 

Los presentadores: Como he dicho Alaska, que no me desagrada ni como artista ni como persona, pero que estuvo un poco perdida y algo tirana con su forma de hablar (¡ya está bien lo de sacar a la menor oportunidad posible lo de la dichosa Bolita de cristal…que está más que amortizada!). El otro chaval, el Miguel, pues bien, en su salsa, tiene desparpajo y simpatía, pero nos llevó al hartazgo con tanta repetición de números y espacios menganitos, zutanitos y al revés…porque bailó los mismos en varias ocasiones.

 

El Jurado presidido por el intocable Uribarri (que, todo hay que decirlo, salvo alguna inexactitud u opinión que no comparto ni creo sea real, estuvo sorprendentemente mejor que en otras ocasiones), en sus trece desde el primer momento. Es justo: cada cual aporta su opinión personal intransferible, y los hay a favor de no pasar desapercibidos en el Festival, presentemos bodrios o no,a los que, sin tapujos confiesan no saber demasiado de Eurovisión, pasando por el que pasa un poco de todo y que, aparentemente está allí como de rebote.

 

Realización, guión, y demás: El realizador está bien en los planos de los cantantes. Me gusta el fondo del escenario que queda bien, bien iluminado y con tratamiento ágil a las actuaciones. Sonido: eso es otro cantar, ¡qué horreur!, todo parece sonar dentro de un bote de conservas, con reverberaciones impropias de los profesionales del medio. Se diría que el sonido es directo, es decir, no tomándolo desde la mesa de audio sino como si colgaran micrófonos al tun tun, recogiendo todo menos la música. La voz de los cantantes se amplifica en su distorsión y desafine, y, para colmo, a la favorita del público Melody, se la ve durante segundos eternos como una mímica revolucionada sin un sonido audible. ¡Qué cutrez!,¿es que no ensayaron? ¿es que los profesionales de TVE no se dan cuenta de lo que ocurre desde la primera actuación? ¿por qué no corrigen y nos obligan a ese desaguisado toda la noche salvo dos o tres actuaciones…incluídos invitados?. Seguramente, es mi opinión, el público asistente no puede percartarse en directo, porque, por muy fan que se sea de uno u otro finalista, es imposible aguantar esa casi cuatro horas de infumable espectáculo.

 

El escenario, por otro lado se queda algo pequeño para actuaciones tipo Vivancos , lo que obliga a utilizar el dichoso pasillo central, y venga para arriba y venga para abajo (el sello de OT, digo, eso es lo que hacían los que carecen de mayores recursos, por otro lado disculpables dado su inexpereiencia).

 

Tras la actuación de los finalistas, Alaska los llama al orden y los lleva cual corderitos a ser analizados en un corto período de tiempo por los cuatro ocupantes del sofá (El Jurado oficial): ¡qué denigrante debe de ser que te digan que has desafinado, que tu final se debe mejorar o si de verdad piensas que tu canción vale la pena! . Es ridículo este sistema,¡qué no es no OT, ni Factor X, ni Fama ni mil y un espacio que se auto copian constantemente: que es una preselección (aunque no lo crean) para Eurovisión.

 

Como uno de los miembros ahora no recuerdo quién (ni me importa), que dice a un grupo participante que si piensan que puedan estar en el Festival, a lo que el aludido responde, con razón, que para eso se ha venido hasta Barcelona, ¡qué obviedad,!.

 

Los participantes:

 

Pues no se ya que decir de ellos que no hayan visto ustedes, lectores hipotéticos de estas notas : que los chicos/as tenían toda la ilusión del mundo, que no les favoreció en absoluto la técnica, que muchos de ellos rozaron el esperpento en su actuación (y lo más triste sin percatarse de ello), que realmente esos internautas que los eligieron (¿cuántos millones de votos dijeron tuvieron en RTVE+MYSPACE?…o lo que es lo mismo trescientas personas votando una y mil veces) se quedarían defraudados …o no, de su directo, repito no todo culpa de ellos. Que hubo de todo un poco, como en botica, la Melody muy a lo adulta más que la edad que tiene, «ezo zí mu profesional ella», (y lo digo en serio, únicamente intentado aportar humor a la noche negra), que supo superar el hándicap del fallo del micrófono inalámbrico y que, sin duda fue de lo más consistente de la velada. Lalala Love You que a mí en persona no me llaman la atención, sonando a Tequila+Hombres G ochenteros por más frescura que se le quiera atribuir (será evidentemente por la edad), es más hubo un instante que recordé los festivales escolares de fin de curso durante el desarrollo de su tema. Pero soy democrático, evidentemente, y acepto su clasificación popular. Noelia, ella sí viene de OT, de la última edición de Tele 5, y no cantaba mal la chica, pero esa canción que intentó defender (sin éxito), no es más tópica porque no se esfuerza. Debo reconocer que el gusto eurofan (y no quería utilizar esa palabreja), pasa por esas intérpretes jóvenes, guapas, que se mueven que a ritmo dance y de la que pululan por nuestro País infinidad de ellas, aún así creo se merece otra oportunidad…con mejor audio, evidentemente.

 

Gran Baobab, durante un ratito me acordé de las verbenas de mi pueblo, o de cualquier pueblo de España: una orquesta de baile con vocalista atípico. Estamos en Carnaval, y eso es alegría y fiesta…cóctel perfecto para ese grupo que gozó de reconocimiento telefónico y se coló por delante de RED DE SAN LUIS (DOS), un trío tipo Il Divo cantando una especie de himno ecológico, algo sosos en escena y con carisma monacal.

 

Yulia, pues la rusa (la presentaron como ucraniana en 2005, cuando Son de Sol), estuvo intimista, como su tema. Me gustaba, pero reconozco que perdió algo de fuerza. Apenas le vimos la boca al cantar, es simpática y es una lástima no pasara al menos como cuarta.

 

El del patito…pues cuac, cuac. Votado en exceso por el miembro progre del Jurado, paseó su palmito en el escenario, pitorreándose de Eurovisión y aduciendo que «…no todas las canciones tienen que hablar de amor…», evidentemente tiene razón, pero le aconsejo vuelva con su cohorte amarilla que le arroparon y mucho, especialmente cuando el «quinto elemento» se atrevió a criticarlo públicamente (enhorabuena Víctor, por estar ahí y reivindicar un poco el Festival como haríamos todos).

 

¿Y los demás?. Soy sincero si les digo que apenas los recuerdo, que se pierden en mi memoria, creo hubo un ¿romántico? que se pateó el pasillito de marras y se movía como electrizado pero con poca posibilidad vocal; un grupo que sonaban bien, ya veteranos, almerienses…que bueno, están ahí en bolos que no está nada mal; un intento de música electrónica que en Internet sonaba mejor, mucho mejor, y en el que el cantante fue de los más perjudicados por el micrófono que, sorprendentemente amplificó su desafine, y a los que el Jurado intentó ridiculizar, ¡inaudito!, como persona por su apariencia física o aspecto. El chaval miembro de Atalis estuvo soberbio a mí entender cuando espetó que se gusta como es y que espera gustar a los demás. No diría tanto hijo, pero sí que tuviste pelotas para responderle al menda. Acepta la diferencia y punto. Lo de gustar a los demás es más complicado, especialmente si no cumples los requisitos preestablecidos por un sector que domina.

 

Normativa Vigente completó el elenco, y punto y final.

 

TVE, una de los miembros de los Big Four en Eurovisión tiene poderío, técnico, presupuestario y de personal, para ser mucho, muchísimo mejor de lo que presentó anoche. Es cierto que debemos aplaudirle ese deseo de enganchar al personal, de provocar encendidos debates en torno al Festival amado de Eurovisión, pero que cuide un poquito más y mejor a los músicos, y, especialmente al espectador.

 

Nota final: No pienso transnochar más en lo que quedan de galas, para eso están los discos duros, lo grabo y al día siguiente, con un buen desayuno y, hummm!, un buen café (me llega el aroma y me voy raudo a saborearlo), me lo miro…o no, que tenemos la opción de Forward.

 

Saludos a todos

 

 

 

 

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