#EUROLEAKS ABRE EL CAMINO

Días después de regresar de Estocolmo, y justo antes de que surgieran los ya famosos #EuroLeaks, reflexionando sobre las posibles razones del fracaso de Barei y de la delegación española, escribía: “Barei ha sido auténtica, profesional, trabajadora y entregada a la causa. Ha exprimido Eurovisión al máximo. Y eso es de agradecer. Es una gran […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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#EUROLEAKS ABRE EL CAMINO

Días después de regresar de Estocolmo, y justo antes de que surgieran los ya famosos #EuroLeaks, reflexionando sobre las posibles razones del fracaso de Barei y de la delegación española, escribía:

“Barei ha sido auténtica, profesional, trabajadora y entregada a la causa. Ha exprimido Eurovisión al máximo. Y eso es de agradecer. Es una gran cantante, con mucha personalidad y carácter, identidad propia y un gran directo. Su futuro en el mundo de la música está más que garantizado simplemente porque es buena. Talento y ganas le sobran.

Ahora bien, paradójico es que teniendo una cantante excepcional y un buen tema, que además se ha demostrado que gusta en Europa, como lo es Say Yay!, Barei se vuelva a España con el puesto 22 bajo el brazo. ¿Qué ha podido fallar?

Y yo mismo respondía al interrogante:

“Sin duda, lo visual. Está más que demostrado, sobre todo en los últimos años, que Eurovisión no sólo entra por el oído, entra por la vista. Y aquí Barei y su equipo fallaron. La escenografía y toda la parte visual que idearon los escenógrafos italianos de Giò Forma no ha funcionado. Quizá nunca fueron del todo conscientes de la magnitud de un evento como es Eurovisión y de la importancia que tienen todos los aspectos visuales en lo que es el programa de televisión musical más importante del mundo”.

Hasta aquí, la teoría, lo que había escrito antes de que el equipo de eurovision-spain.com tuviera acceso a una serie de documentos reveladores sobre el trabajo interno de la delegación española de cara a Estocolmo 2016, los bautizados como #EuroLeaks.

Tras más de una semana analizando los datos contenidos que os hemos ofrecido en estos documentos, y aunque no varíe el diagnóstico objetivo respecto a la actuación de Barei, sí parece que hay más luz al fondo del túnel y se pueden vislumbrar posibles razones y los porqués de ese fallo escenográfico, de un nuevo fracaso, el enésimo, de la delegación española en Eurovisión. 

Sin entrar a valorar si la propuesta artística de Barei y su equipo era mejor o peor –cada uno que saque sus conclusiones a razón de los #EuroLeaks aportados–, lo que sí ha quedado demostrado con la investigación de eurovision-spain.com es que, primero, el equipo creativo de la artista sí había realizado un trabajo previo; segundo, que éste se había presentado a la SVT dentro de los plazos fijados para las delegaciones; y tercero y lo más relevante, que ese trabajo no lo llegó a materializar la SVT, tal y como estaba planteado, sobre el escenario del Globen Arena.

Las razones para esa dejación de funciones tanto de TVE como de la SVT no las sabemos, pero lo que es evidente es que algo falla en el engranaje interno de la delegación española, en la cadena eurovisiva, en las vías de comunicación entre artista (Barei) y jefe de delegación (Federico Llano), y entre éstos y la televisión organizadora (SVT). No se trata de demonizar ni de santificar a nadie, sino de hacer lo más visible posible ese gran fallo.

La delegación española no puede funcionar como el teléfono escacharrado. Mucha información del emisor (los artistas y sus equipos) y sólo la mitad llega al receptor final (la televisión organizadora). ¿Cuál es el papel entonces del intermediario, en este caso el jefe de la delegación, Federico Llano? ¿Dónde se queda, y por qué, parte de esa información? Y si se queda en ese eslabón intermedio, ¿con qué fin? Alguien debería aclarar estos interrogantes.

El caso de Barei no es aislado. Sonadas son las broncas y amenazas veladas con regresar a España de muchos otros artistas, desde Soraya a Ruth Lorenzo, pasando por Lucía Pérez y Pastora Soler. Enfados siempre con el jefe de la delegación, Federico Llano, motivados por los continuos obstáculos y trabas para desarrollar las escenografías planteadas, propuestas que, tras la censura previa del jefe de la delegación antes y durante la semana eurovisiva, quedan simples, austeras y nada competitivas frente a otras de países que sí demuestran con hechos, y no sólo de palabra, que quieren ganar Eurovisión.

TVE no puede permitirse el lujo de mirar a otro lado y seguir igual. La cúpula directiva de la cadena está tardando en tomar cartas en el asunto, exigir responsabilidades a quienes llevan años acumulando fracasos consecutivos y, sobre todo, reclamar una mejor gestión de la candidatura eurovisiva que posibilite un trabajo eficaz y transparente, que de como fruto candidaturas realmente competitivas. Francia, consciente de la necesidad de renovación, ha estrenado jefe de delegación en 2016 cosechando un gran sexto lugar, tras años quedando en la cola de la clasificación.  

Ojalá la información proporcionada por #EuroLeaks haya servido para conocer y ser conscientes del exhaustivo trabajo que requiere una candidatura para Eurovisión, los pasos que tienen que dar los artistas y equipos creativos, y los plazos que tienen que cumplir las diferentes delegaciones para entregar todo el material requerido.

Y ojalá que todo ello valga tanto a los próximos representantes españoles para saber a dónde van, a qué se exponen, a lo que se enfrentan, y cómo tienen que trabajar, de qué manera y con qué interlocutores, como a los periodistas y eurofans para realizar una labor de control y supervisión sobre el trabajo realizado por TVE y la delegación española y seguir exigendo responsabilidades ante la dejación de funciones. Todo ello, siempre, con el fin último de mejorar los pobres resultados de las candidaturas españoles en el festival.

Si vale sólo para esto, #EuroLeaks habrá merecido la pena.  

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