EUROFESTIVAL DE 1966, RAPHAEL “la gran promesa española”

Desde la Ville Louvigny en Luxemburgo, como en el ’62, se celebra la undécima edición el sábado 5 de marzo de 1966. La presentadora fue Josiane Shen, locutora francesa de prestigio escogida especialmente por la RTL. Era muy mona, pero la más cursi del mundo. Federico Gallo dio la crónica para TVE. Menudo berrinche cogió […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
IMAGENES WEB-03

EUROFESTIVAL DE 1966, RAPHAEL “la gran promesa española”

Desde la Ville Louvigny en Luxemburgo, como en el ’62, se celebra la undécima edición el sábado 5 de marzo de 1966.

La presentadora fue Josiane Shen, locutora francesa de prestigio escogida especialmente por la RTL. Era muy mona, pero la más cursi del mundo. Federico Gallo dio la crónica para TVE. Menudo berrinche cogió en los votos cuando veía que casi nadie votaba a España. Si no hubiese sido por el cinco de Portugal y el 3 del Reino Unido nos quedamos con 1 puntito entre los últimos, como era habitual desde 1962.

Concursan 18 países: Alemania, Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo, Yugoslavia, Noruega, Finlandia, Portugal, Austria, Suecia, España, Suiza, Mónaco, Italia, Francia, Holanda, Irlanda y Reino Unido.

El decorado era bastante pop, con una escalera de caracol lateral que se escondía tras el fondo del escenario. En otro lado estaba la orquesta. Los cantantes se mantenían estáticos en medio, no se podía hacer coreografías extrañas debido a que las cámaras no les cogerían bien, y en el fondo había una especie de colgantes que daban vueltas, según la canción si era más o menos movida. Aunque era todo muy sencillo resultaba elegante. También se cuidaron los vestuarios, a la moda, pero guardando ese estilo a lo Jacqueline Kennedy o Doris Day, muy conservador y sin extravagancias.

A pesar que Raphael figuraba como favorito, le ganó otro señor, Udo Jürgens por Austria. Un titular en España decía “El Festival está muerto”, en palabras de un afectadísimo Raphael. Para Lecturas declaró que “si no cambia el procedimiento” al Festival, “le queda a lo sumo un año de vida. Es una auténtica guerra fría”. También le preguntaron qué esperaba del Festival, y contestó “cuando oí la canción ganadora, pensé que Austria o España estaban muy igualadas para alcanzar el triunfo”. Según Raphael en los ensayos interrumpieron su tema los demás contrincantes para aplaudirle, al igual que hicieron críticos y realizadores de varias delegaciones. Por eso estaba “lleno de ilusión” y cuando vio el resultado final se llevó un terrible chasco.

A esto se unió un titular del diario francés Le Figaró que decía “que había sido una venganza de los vikingos, el complot nórdico contra los países del sur”.

Desde luego que las canciones que sacaron los hombres este año eran mejores que las de las mujeres, todas muy “chica yeyé”, y si exceptuamos que tenían voces estupendas, los temas eran algo insulsos. Con esos cantantes tan buenos podían haberse estrujado más el cerebro los compositores para sacar canciones más brillantes, qué le vamos a hacer. De hecho casi todos eran muy famosos ya en sus países de origen, y algunos en todo Europa.

Fueron 6 hombres, 11 mujeres y una pareja mixta.

Y como el dicho que a la tercera va la vencida, Udo Jürgens consigue el primer lugar en su tercer intento consecutivo en Eurovisión con “Mercie, Cherie”. Se buscó el título en francés para calar más en los jurados internacionales, consiguió 31 puntos, casi el doble que Suecia que fue segunda con Lill Lindfors & Svante Thuresson (16 puntos). Hasta el momento ha sido el único triunfo de Austria, a pesar de concursar desde 1957. Eso sí, en el ’69,’70, ’73, ’74 y ‘75 pasaron de Eurovisión. En 1998 y 2001 tampoco acudieron por cuestiones de preselección. Siempre ha sido un país muy poco votado, peor que Alemania o Suiza, cuando cantan en alemán. Los austríacos han quedado en último lugar siete veces.

Udo Jürgens ya jugaba con mucho a su favor, el ser conocido en todo Europa y además tener la imagen de cantante serio que tanto gustaba en los sesenta en este Certamen. Aun así fue una proeza, porque entre un montón de mujeres ganó él. Desde 1961 no ganaba un caballero, después Udo Jürgens y hasta 1980 no ganó otro hombre en solitario. Además a Udo le tocó cantar después de haber actuado ocho señoras antes.

Del sexto lugar del ’64, pasó al cuarto en el ’65 y al primero en el ’66. Progresión con tres baladas preciosas, inolvidables. Puestas en una balanza, cuesta decidirse cual es la mejor. Posiblemente la del ’64, “Warum nur warum?” se la que más fuerza tiene, pero “Mercie Cherie” tenía a su favor el título en francés. Jürgens fue compositor de los tres temas que llevó a Eurovisión y lo será también de otra canción de Austria, interpretada por Karel Gott en el ’68.

“Mercie Cherie” está compuesta, como decíamos, por el intérprete, pero la letra también es de Thomas Horbiger y los arreglos musicales de Hans Hammerschmid. Udo Jürgens visitó España alguna vez. Temas suyos de éxito fueron “Finito l’amore” (1965), “Sibzehn Jahr”, “Blondes haar” (1966), “Taunsend Träume” (1964), “So wie eine rose” (1966), entre otras.

Udo Jürgens nació en Klagenfurt (Austria) en 1939 –un año después que los nazis invadieran el país- Tiene estudios completos de música. Actuó por primera vez en público a los 15 años. Sólo interpretaba jazz al principio, aunque sin mucho éxito. Lo suyo era los temas románticos, está claro. Toca el acordeón, la armónica y el piano. “Jenny” fue su canción más popular. Rodó en 1964, junto a la princesa Soraya, “Tres perfiles de mujer” en Italia. En esta edición de Eurovisión su canción favorita era la de Domenico Modugno que como sabemos no obtuvo ningún voto. En 1967 estuvo junto a Gigliola Cinquetti en las galas finales del IV Festival de Palma de Mallorca. Su carrera siguió como intérprete y compositor y actualmente está en activo.

Alemania abrió esta edición de Eurovisión con Margot Eskens y el tema “Die zieger der uhr” de Hans Bradtke con música de Walter Dobschinski. Dirigió la orquesta Willy Berking. La cantante hizo una decente actuación, muy ceñida a la balada que interpretó, bastante buena por cierto. Este país necesitaba recobrar los colores, después de sus dos ceros consecutivos en el ’64 y ’65. Obtuvo el décimo puesto con 7 puntos. Algo es algo, aunque bien podemos decir que Alemania no tenía un buen palmarés en los años sesenta. Su mejor plaza fue la conseguida en 1960 con Wyn Hoop y “Bonne nuit, ma cherie”, quedando en cuarto lugar y 11 puntos. Curiosamente eligió el título en francés, como Udo Jürgens. Está clara la teoría que utilizar el francés o el inglés en los títulos daba mucha suerte. Lo hicieron muchos países a lo largo de la historia de este Certamen, pero una cláusula de la organización no permitía cantar en otra lengua que no fuera la oficial de cada país. De 1973 a 1976 se saltaron la regla y por eso gana ABBA o Teach-In en inglés, representando a Suecia y Holanda respectivamente.

Dinamarca, tras haber ganado en 1963, no tuvo mucha fortuna en los años consecutivos. En 1966 salen por última vez y no vuelven a Eurovisión hasta 1978 con los rubios del grupo Mabel. Ulla Pia cantó “Stop, ja stop-ja stop, mens lege er go” y sólo obtuvo 4 puntos quedando en decimocuarto lugar, a pesar de ser un tema pegadizo. Se acompañó de dos bailarines que parecían hacer una coreografía típica de los sesenta, una especie de twist muy gracioso, aunque a veces parecía el baile de “tiroliro”, para desternillarse. La letra y la música son de Erik Kaare. Dirigió la orquesta Arne Lamberth.

Bélgica consigue un cuarto puesto con 14 votos y el tema “Un peu de poivre, un peu de sel” cantado por Tonia. También este país sumaba dos ceros (en el ’62 y el ’65) y era cuestión de levantar el pabellón belga, desde luego que en francés lo tenían más fácil. Era un esquema parecido al de France Gall, una chica joven y airosa con una canción fresca y sencilla. Era la moda de esos años. Tonia miraba a la cámara con ojos picaruelos y pose a lo niña pizpireta algo repelente. Era muy habitual encontrar en esos años chicas a lo “lolita” rebelde con caras de niñas pimpollo. La letra es de Philippe Van Kauwenberg y música de Paul Quintens, los compositores más solicitados por este país en los sesenta. Dirigió la orquesta Jean Roderes. Esta ha sido la mejor plaza conquistada por Bélgica desde 1956, no superada hasta 1978, cuando fueron segundos con Jean Vallée. Las puntuaciones de este país han sido siempre muy pobres, si exceptuamos la victoria de Sandra Kim en 1986 o el segundo lugar de Urban Trad en el 2003.

Dos figuras nórdicas salen este año. Se trata de Aase Kleveland por Noruega (tercer lugar y 15 puntos) y Lill Lindfors (con Svante Thuresson) por Suecia, que fueron segundos con 16 puntos. Decimos figuras porque son las primeras nórdicas que destacan un poco en Eurovisión, además fueron presentadoras del Eurofestival en 1986 y 1985 respectivamente. Pero si hablamos de los temas llevados a Luxemburgo por Ase y Lill, eran muy raritos los dos. Es inexplicable que quedaran tan bien en la tabla, cuando Italia, España o Irlanda eran mejores. De hecho en los votos el público abucheó que los temas fueran tan votados por los nórdicos. Se penalizaba por parte de los asistentes ese vecinismo tan sospechoso cuando había temas infinitamente mejores. Aase Kleveland tenía sólo 16 años. Cantó “Intet er nytt under solen” con letra y música de Arne Bendiksen. Arne ya salió como intérprete en 1964 y fue octavo. Dirigió Øivind Bergh.

Después, en los años ochenta, Aase Kleveland se hizo Ministra de Cultura de su país, toda una mecenas y promotora del arte. Su voz era fuerte y su aspecto totalmente folk. Se puede decir que fue uno de los primeros números estilo folk de Eurovisión. Al jurado italiano les encantó porque le dieron un 5, lo máximo.

Lill Lindfors llevó el tema “Nygammal Vals” –que de vals no tenía nada-, es de Björn Lindroth y música de Bengt Arne Wallin. Dirigió la orquesta Gert Ove Andersson. Podía haber salido sola, pero se acompañó de un señor muy mayor, Svante Thuresson, hacían una pareja muy rara. Se acompañaron de un flautista negro con gafas de pasta enormes. Todo muy rebuscado, tanto que ese tema dejó al público como si nada, pero gracias a los jurados nórdicos subieron en la tabla. Con todo ella estuvo espléndida ya que sus miradas a Svante en plan niña mala enfadada eran muy graciosas. Después enfocó su carrera hacia el cine llegando a hacer películas con Bergman y siguió en el mundo de la canción y la televisión, presentando programas musicales. En 1985 nos sorprendió con su espectacular gracejo a la hora de presentar el Festival de Eurovisión en Göteborg, año en que salió Paloma San Basilio, para más señas.

Mejor expectativa tenía para el triunfo España con Raphael (Rafael Martos, nacido en Linares, provincia de Jaén, en 1943). Ya era una figura en Europa. Triunfó en el Olympia de París, conquistó los escenarios de Londres. Fue estrella invitada en el programa televisivo de la BBC que conducía la cantante Petula Clark. En España había empezó a ser también una estrella del cine gracias al pelotón de fans incondicionales que hacían largas colas para verle, aunque fuera en un cine de barrio. Ganó en 1962 el Festival de Benidorm con tan sólo 18 años y la canción “La noche”. Se presentó a las preselecciones españolas de 1962 y 1965 con los temas “Perdona Otelo” y “Feriantes” respectivamente. Con este último fue tercero detrás del Dúo Dinámico y Conchita Bautista.

Radio Televisión Española apostó fuerte con él y sinceramente es uno de los mejores intérpretes de la historia del Eurofestival a día de hoy. Manuel Alejandro compuso “Yo soy aquel” especialmente para Raphael con un esmero envidiable, que además fue la canción que él quiso cantar ya que los directivos de Televisión Española, le daban a elegir lo que quisiera y como quisiese. Los arreglos musicales eran de Rafael Ibarbia.

Pero sólo votaron a España, Portugal 5, el Reino Unido 3 y Yugoslavia 1, que sumaban 9 y el séptimo lugar empatado con Yugoslavia. Este tema se hizo clásico, porque ya fue parido para eso, lo demuestra su éxito mundial posterior. En América Latina se convirtió en una estrella de envergadura. Por eso no resulta extraño que Federico Gallo pusiera el grito en el cielo ante las votaciones mientras se retransmitía el evento. No había para menos. Titulares de prensa española decían “El Festival está muerto…” pero no sólo por lo de Raphael, sino por el rotundo cero que recibió uno de los cantantes con más carisma de los años cincuenta y sesenta en Europa, el italiano Domenico Modugno, muy querido también en España.

Tras la edición de Luxemburgo, Domenico Modugno dijo que nunca más saldría en Eurovisión, porque lo que se hizo con él no tiene nombre. El tema “Dio comme ti amo”, fue número uno en Italia y Europa, versionado por muchos cantantes de otros países. En España, Concha Márquez Piquer hizo una estupenda adaptación de esta canción. Ningún jurado votó a Italia y Modugno se fue cabizbajo sin otro remedio que aguantarse. Fue a Luxemburgo expresamente tras haber ganado Sanremo ya que estaba rodando junto a Ursula Andress una película en Sicilia. “Dio comme ti amo” fue interpretada en Sanremo por él y Gigliola Cinquetti. Modugno era el autor y los arreglos fueron de Angelo Giacomazzi. Fue tal el éxito de esta canción en Italia que se hizo una película que llevaba el mismo título.

Previamente desde Italia Modugno recibió las críticas de otro eurovisivo, Bobby Solo que había quedado quinto en Nápoles en 1965. Según prensa de la época, dijo “que la canción Dio comme ti amo no le gustaba nada y que Modugno nunca había sido un gran cantante y estaba en baja forma”. Se deduce que hubo líos entre ellos venidos por una monumental pelea que tuvieron en la edición de Sanremo ’66. Cosas de divos, no hay más cáscaras.

Yugoslavia también llevó un tema de calidad con Berta Ambroz, “Brez bresed”, de Elza Budav la letra, música y arreglos de Mojmir Sepe. Sólo obtuvo 9 votos, como España, y séptimo lugar. De esta mujer hemos sabido recientemente de su fallecimiento cuando todavía era bastante joven. Una pena, además cantaba muy bien y era una figura en su país.

La atractiva Michele Torr, conocida como “la mujer nacida cantante”, por Luxemburgo y su “Ce soir je t’attendais” fue décima con 7 puntos. Balada tierna y de peso que también pasó desapercibida, empatando con Alemania y Finlandia. La letra es de Jacques Chaumelle y música de Bernard Kesslair. Dirigió Jean Roderes como para Bélgica. Volvió a Eurovisión en 1977, cuando ya era una estrella consagrada y quedó cuarta representado a Mónaco en Wembley con “Une petite française”. Sobre la vida de esta estupenda cantante podéis saber más en esta web ya que se publicó su biografía.

“Play boy” fue la propuesta de Finlandia con Ann Christine Nystroem, tema de simpática ejecución donde se hacían graciosos juegos de palabras, mirada cómplice y gesto agradable. Ocupó también la décima plaza con 7 votos. Está compuesto por Ossie Runne íntegramente, que además fue el director de la orquesta.

Una figura genial de la canción portuguesa y conocida en España era Madalena Iglesias. Llevó “Ele e ela”, canción de fuerza que no gustó a los jurados mucho. Portugal quedó en decimotercer lugar con 6 puntos y gracias a que España le dio su máxima puntuación un 5. Estuvo muy descolgada, en la tónica general de este país en el Eurofestival. La letra y música son de Carlos Canelhas. Dirigió Jorge Costa Pinto, músico muy conocido en España también. Madalena lució un vestido blanco a topos con falda cancán muy favorecedor. Este año todas las mujeres iban muy elegantes, y con el pelo negro y crepado casi todas, era otra moda. Sólo lucieron rubias Michelle Torr y Madeleine Pascal.

Precisamente con Madeleine Pascal, Suiza consiguió ponerse delante de Raphael en la clasificación general. Fue sexta con 12 puntos y el tema “Ne vois-tu pas?” de Roland Schweizer y música de Pierre Brenner. Dirigió la orquesta el titular Jean Roderes, que lo hizo con Bélgica y Luxemburgo. Este año la entente francófona la dirigía casi toda él. Madeleine Pascal llevaba el pelo a lo France Gall y el tema era un vals muy melódico al puro estilo francés.

En cambio Mónaco cayó en el desastre con su primer y único 0 en todas sus participaciones desde el ’59. Tereza con “Bien plus fort” sonaba muy engolada, quizá anticuada. A pesar del esfuerzo que la pobre hizo en su interpretación no gustó y se quedó como Modugno, en último lugar. La canción es de Jean Max Riviére la letra y música de Gerard Bourgeois. Dirigió el veterano Alain Gouraguer, como a France Gall en el ’65. A Tereza la volveremos a ver en Eurovisión en 1972 pero representando a su país, Yugoslavia. Nació en Croacia y era una figura en los países del Este de Europa, en Francia e Italia como cantante políglota donde las haya.

Era el más mono de este año, Dominque Walter pagó la incomprensión de los jurados porque su canción no era nada del otro mundo, más bien simplona. El título es “Chez nous” con letra de Jacques Plante y música de Claude Carrière. Dirigió Franck Pourcel. Francia este año ocupa la peor plaza de su historia hasta el momento, decimosexta con 1 punto. Dominque tenía cara de niño bueno, de esos pillines, salido de Colegio Mayor y vestido con frac. Encantador. El meneíto de cadera conforme decía “chez nous, chez nous…” no tenía desperdicio tampoco. Se acompañó de un coro de tres chicas que estaban como escondidas en medio de decorado detrás de la orquesta. Hay que tener en cuenta que en esos años todavía no se podía hacer alarde de coros ni ballets en el Festival. Esto cambiará en 1968 como todos sabemos, donde los coros se hicieron importantísimos, que le pregunten a Massiel o Cliff Richard.

Holanda llevó la canción más cómica de la noche con la negrita Milly Scott. “Fernando en Philippo” –Fernando y Philippo- se hizo un número uno en Europa y fue también muy popular en España. Canción airosa escrita por Gerrit Den Braber y música de Kees De Bruyn. Dolf van der Linden fue el director de la orquesta. Fue totalmente ignorada por los jurados ocupando la decimoquinta plaza con 2 puntos. Sólo le votaron los ingleses y los irlandeses con un voto cada uno. En fin, el número es de los que hacen historia en Eurovisión por estar en el ránking de lo más rarito. Primero empezó la canción con dos extraños mexicanos que se pusieron en medio de escenario para luego bajar Milly por la escalera en forma de caracol que había en el escenario al ritmo de la música. Y para asombro del público, igual que bajó cantando subió, marcha atrás, cantando también como encantada por el show ofrecido. Excepcional.

Pero lo que sí fue indescriptible es la cirquera actuación del escocés Kenneth McKellar en representación del Reino Unido con “A man without love”, que no tiene nada que ver con la de Engelbert Humperdinck con el mismo título siendo número uno en todo el mundo. En cambio el tema del Reino Unido en el ’66 sonaba no ya a los cincuenta o cuarenta, sino como sacado del túnel tiempo, pero de un tiempo muy lejano, por lo menos del siglo XIX. Totalmente pedestre. Actúo con el traje regional de Escocia, falda incorporada en una especie de reivindicación muy vulgar. Pero lo peor fue que obtuvo 8 votos y la novena plaza, por delante de Modugno por supuesto, lo que sí me parece una vergüenza sin parangón alguno. La verdad es que le pueden dar gracias a Irlanda que les votó 5, sino no se explica. La letra “del hombre sin amor”, es de Peter Callander y música de Cyril Ornadel. Harry Rabinowitz dirigió la orquesta, como en el ’64 para Matt Monro. En 1987 otro cantante británico, Rikki, salió con la banda de un clan escocés, sin éxito tampoco en la clasificación.

El estilo de balada fue la característica principal de Irlanda en casi todas sus participaciones. En su segunda comparecencia, los irlandeses llevaron una preciosa melodía titulada “Come Back To Stay”, al más puro estilo crooner americano. Dickie Rock, estuvo excelente y fue cuarto con 14 puntos empatando con Bélgica. La canción es de Rowland Soper. Noel Kelehan dirigió la orquesta que se entregó al cien por cien para este tema en particular. Pero también hay que destacar las grandes orejas de este señor, se salían de la cámara. Además ponía una cara tremenda de “dolor de cabeza” todo el rato que mermó quizá la gran voz y la preciosa canción que llevó. A veces las puestas en escena y las interpretaciones hacen bajar puntos a temas impecables como este.

Los votos se ofrecían en forma de 1, 3 y 5, lo que sumaban 9 puntos por país. Por eso acabaron en un santiamén. Y hubo de todo. Desde los cuatro 5 que recibió Austria, pasando por los tres de Suecia, abucheados por el público ya que se los daban los vecinos, Dinamarca, Noruega y Finlandia. Muy descarado porque el tema no gustó al resto de Europa nada en absoluto como antes he comentado. Sólo los suizos le votaron con 1 punto.

Bélgica recibió dos 5, de los vecinos, Alemania y Holanda. Así como España recibió el 5 de Portugal y nosotros se lo devolvimos. Francia el único punto que tuvo se lo dio Mónaco, y lo más extraño es que el Reino Unido nos diera un 3, cuando podía habérselo dado a los irlandeses ya que estos le regalaron un 5. Con todo, ese año, más que otros, se demostró que los vecinos se votaban, pero no por una trama extraña, sino porque dio la casualidad que los intérpretes eran conocidos en los países que fueron votados. Y con tan poca opción de repartir los puntos a más de tres países sólo quedaba apostar por lo cercano, es normal.

Como dato simpático en los votos estuvo la pequeña equivocación de la presentadora cuando recibió al jurado del Reino Unido, últimos en votar. Josiane dijo “goog night… pardon, good evening” y el portavoz del jurado le dijo “goog morning”… Ella se echó la mano a la boca y se tronchó de risa con la broma tan flemática, típica de los ingleses. Hay que reconocer que él también se rió, son cosas del directo más puro.

También, nuestra portavoz, para ser diferentes a Europa, dio los votos al revés de como se requería. Debía empezar por el punto, luego 3 y al final 5. Pues no, desde España se dijo primero el 5 y así para arriba. Dimos un 5 a Portugal, 3 a Noruega y 1 a Austria. No se entiende lo del 3 de Noruega, porque ese estilo de canción es España era poco habitual, pero quizá como vieron una guitarra en escena, dijeron, a ver si se tira por la copla. Pero esto es un suponer mío, ya sabéis que soy muy tremenda.

Austria convocó la próxima edición de Festival en Viena, a orillas del Danubio, pero antes recibió el premio de manos de France Gall el altísimo Udo Jürgens que daba besos a todo el mundo poseído por la emoción, incluso dio uno mirando a cámara, es un amor ¿no pensáis?.

Reyes del Amor 25/10/2004

Conversación