Este proceso inquisitorial que voy a comentar, comenzó allá por diciembre en varios países europeos a la vez, para culminar en el larguísimo Auto de Fe de la semana pasada, del 13 al 19 de mayo, en Malmö, en el cual se vieron las caras todos los penitentes provenientes de las distintas naciones implicadas, cada uno de ellos con sus respectivos sambenitos y corozas.

Curioso fue el caso de los tres condenados españoles, ya que dos de ellos, los dos chicos, fueron sólo sentenciados a cadena perpetua; mientras que la chica, Raquel del Rosario, fue la única condenada a muerte y llevada al cadalso por hechicera y, al mismo tiempo, falsa conversa. El caso es que, debido a esto, fue como si los dos muchachos desaparecieran del mapa. Nadie se acordaba de ellos. Suerte tuvieron, pues se libraron de una buena. Mientras que la pobre Raquel, desde el principio, fue tomada por cabeza de turco.  

El resto de las desdichadas víctimas fueron, entre otras:  Moran Mazor, Bonnie Tyler, la Olympiou, Amandine Bourgeois, Hannah de Eslovenia, Krista Sigfrieds o la austríaca Nathalia Kelly, por citar sólo unas pocas. Todas ellas acusadas de brujería, de falsas conversas o bien de homosexuales, según los casos. En algunos países, ni siquiera se ha llegado a transmitir por TV el Auto de Fe, debido al asco y la repulsa que suscitaba sólo la simple visión de algunas de las desgraciadas víctimas, y para desgracia del personal y los televidentes, deseosos y ansiosos todos de ver tamaño acontecimiento.

Fue un espectáculo grandioso. Como suele ser todo Auto de Fe que se precie. Con todo el colorido del mundo, hogueras, fuegos artificiales… Muy chillón todo y de lo más kitsch posible. Destacó por todo lo alto, a este respecto, el modelito rosa que lució la estrambótica verdugo, Petra Mede. Claro que sí, como Dios manda. Ya se sabe que, en estos Autos de Fe tan cruentos, ese es el color oficial, mucho más que el rojo.

A todo esto, me pregunto yo, también ahora, a cuál de sus viejas glorias pasadas estarán los ingleses dispuestos a enviar a la hoguera, al más puro estilo «Juana de Arco», el próximo año. Se trata esta de una incógnita que me corroe la mente y el alma. Estoy deseando saberlo.

Sólo faltó en el escenario el tablao enlutado desde el cual Santo Domingo de Guzmán hubiese presidido el evento. El máximo inquisidor, que fue presentado por Eric Saade desde la Green Room, bien podría haber pasado por su espíritu reencarnado. A un lado, podría haberse situado también el fantasma de Berruguete para pintar semejante cuadro, poco a poco, a medida que avanzase la noche.

Todo fue previsible y bastante injusto, como suele suceder en estos casos. La historia lo ha demostrado. Desde cuatro meses atrás ya se conocía la sentencia, quiénes iban a ser condenados y ajusticiados, y quiénes los salvados y encumbrados a los altares. Por lo que no hubo sorpresa ni emoción alguna. Eso sí, muy cruento todo y espectacular, como ya digo. A los sentenciados a muerte en febrero los pusieron primeros de la fila, y a los indultados los últimos. Y, ¡ala!, a «disfrutar» del show.

Hubo hasta 39 tribunales, uno por país, que se supone que dirigieron esta pamema. El tribunal hispano estuvo compuesto por Pastora Soler, Daniel Diges, Reyes del Amor y otro «experto», sentado al lado de Reyes, que no me acuerdo cómo se llamaba.  Destacaron dos frases que dijeron al final, tras cumplirse las sentencias. Una era de Reyes del Amor: «La verdad que es un festival muy complicao»;  y otra del otro «experto»: «Estoy seguro que España puede ganar Eurovisión, y además va a ganar dentro de muy poco tiempo».  Oídas las cuales, el resto de los mortales nos podemos preguntar: «¿En qué quedamos?, ¿es complicao o sencillo ganarlo?  Aclárense». 

Como ven, ni los propios expertos se ponen de acuerdo entre ellos. De la segunda frase, se desprende que ese señor tiene la clave o la fórmula para que, a España los inquisidores la suban a los altares eurovisivos. Entonces, ¿por qué no se la cuenta a los responsables de musicales de TVE (que curiosamente son los más desinteresados en el asunto, por cierto), a ver si tiene suerte y consigue que le hagan caso?

Otro comentario que se oye mucho entre los expertos (incluso José Mª Iñigo es un claro acérrimo defensor de ello), es el siguiente:  «Lo importante es participar y estar bien representados, con un intérprete y canción de calidad que represente muy bien a la música que se hace aquí;  y para el cantante, la gran experiencia y trampolín que le va a suponer. El puesto final es indiferente«.  A ver, entonces, me pregunto yo: «¿Qué sentido tiene esa lapidación final, a muerte, con cantos rodados bien afilados?».

Algunos me dirán: «Chica, ¡no seas tan ceniza! Algo bueno habra aquí, ¿no?» Hombre, sí. Podemos considerar como positivo el hecho de que estos Autos de Fe se han convertido en una excusa para la diversión (que ya lo eran en los siglos XVI y XVII), y, sobre todo, para la visibilidad gay y lésbica, que ya es mucho, y más en los tiempos que corren.

En cuanto a la música y las canciones, hay que decir que sí se tienen en cuenta, pero son lo de menos en general. Aquí, por ejemplo, en concreto lo más importante fueron, entre otras cosas:  el piquito lésbico finés;  los alcohólicos griegos; la «mujer lámpara» moldava (como dijo Reyes); el gigante ucraniano; el contorsionista azerí; el marciano rumano; el numerito que se montó Raquel del Rosario con las lámparas y su modelito amarillo, que no gustaron absolutamente a nadie en todo el continente; la ama sádica francesa; los camisones de noche ruso y estonio; y, por lo demás,  los fuegos de artificio, las bombillas, la banderitas de colorines, la cantidad de disfraces, a cuál más extravagante, que se pudieron admirar, y tal y tal…

Hasta hubo tiempo para bodas y matrimonios. Hoy día ya tanto heterosexuales como homosexuales. A la de las lesbianas finlandesas se añadió la de los novios georgianos que se subieron a la tarima para casarse por el rito ortodoxo (como la pareja chipriota del '89). Fue un Auto de Fe de lo más variopinto y singular.

Podemos llegar a una conclusión con un interrogante, utilizando otra de las frases de moda que más se oyeron desde que empezó el proceso, allá por diciembre pasado:  «Esta canción no es para Eurovisión».  Vamos a ver, visto lo visto, ¿qué es lo más adecuado para llevar a estos procesos inquisitoriales, poder ser indultados y salvarse de la quema? ¿Quizá una chirigota de Cádiz, como la que ha llevado Grecia?, ¿O, tal vez, un grupo de abuelitas enlutadas, provenientes de Puerto Urraco, allá en la Extremadura profunda, interpretando un fandango?

Dejo la pregunta sobre la mesa de cada cual, para ver si hay alguien entre los lectores, que nos saque de dudas. (Si la respuesta es «Mónica Naranjo con un ventilador detrás», que sepan que la pobre debe estar ya frita, con tanta presión a la que se la somete con este asunto).

Para acabar, quiero desearos a todos un buen verano, esperando poder volver en septiembre, al menos eso espero. Y doy las gracias a los responsables de esta web por la oportunidad que nos han dado a todos de participar con nuestras columnas de opinión, y también a todos lo que me habéis leído, apoyado y animado con vuestros comentarios.

Las canciones más interesantes de este año a mi juicio han sido: 

Favorita:  Kedvesem, ByAlex,  HUNGRÍA

I feed you my love, Margaret Berger, NORUEGA

L'Essenziale,  Marco Mengoni,  ITALIA
Believe in me,  Bonnie Tyler,  REINO UNIDO
L'enfer et moi, Amandine Bourgeois, FRANCIA
Birds, Anouk,  PAÍSES BAJOS
Contigo hasta el final, El Sueño de Morfeo, ESPAÑA
Only Teardrops, Emmelie de Forest, DINAMARCA
Rak Bishvilo, Moran Mazor, ISRAEL
Crisalide, Valentina Monetti, SAN MARINO

P.D.: Última hora: Al Azerbaján ese, o como se llame, ya le están acusando, (parece ser que desde Lituania) de hacer trampas este año. Y la U.E.R. mirando para otro lado, como aquél que no se entera. ¡Lo que hacen los petrodólares hoy en día!