ESC 1983: LA PASIÓN DE REMEDIOS AMAYA
Durante su proceso sumarísmo, Remedios Amaya anunció claramente: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese traicionada y entregada, pero mi reino no es de aquí».
Remedios Amaya fue crucificada, tras ser torturada y linchada, en 1983. Después de ser sepultada y descender a los infiernos, consiguió resucitar de entre los muertos al décimoquinto año y ascender a los cielos, y ahora se encuentra sentada a la derecha de Dios Padre, aunque de vez en cuando se pone a bailar y cantar flamenco allí en la Gloria, donde ha cosechado un éxito rotundo y es admirada por ángeles, arcángeles y demás entes.
En sus posteriores apariciones tras su resurrección, Remedios ha tenido muchas ocasiones de hablar sobre su horroroso calvario. Una de sus apariciones ante algunos de sus discípulos ocurrió en aquella espantosa Noria de Tele-Circo, conducida por el insoportable Jordi González, el año 2008. Fue en la tertulia que sirvió para comentar el resultado del eurofestival de aquel año y el show de Rodolfo Chikilikuatre.
Jordi González preguntó al fantasma de Remedios: «En tu caso, no debió ser fácil moverse por España después de aquello, ¿verdad?». A lo que el fantasma contestó: «Pues la verdad sea dicha, ni fácil ni difícil, porque como acabaron crucificándome, tras ser linchada por todos los medios de comunicación y toda la opinión pública…; antes fui sometida a juicio sumarísimo en el Congreso de los Diputados ese famoso, donde hubo interpelaciones de todo tipo a Satanás, que fue quien me engañó para que fuera su representante. Después de crucificarme, me enterraron. Con que ya ves, ni fácil ni difícil, simplemente fue imposible moverme. ¿Es que no te habías dado cuenta o qué, tío?».
González, todo acojonao, respondió: «Ay, es verdad, que tonto, perdona. Es que estaba pensando en la horrible canción que te obligaron a cantar durante toda tu pasión, y se me había ido la olla».
A todo esto la espectral aparición aclaró: «La verdad es que, mirándolo todo desde la perspectiva actual, la canción no fue la más adecuada para acudir a aquel infierno y salir sana y salva de él».
En efecto, yo personalmente le doy toda la razón a Remedios (que en Gloria esté, disfrutando de su éxito actual). La canción no era la más adecuada para presentarse en aquel patético y negro infierno de 1983. Un infierno donde hubo cabida para todas las mamarrachadas posibles, con sus respectivos instrumentos de tortura accionados por la más variopinta gama de torturadores: Cetin Alp, Short Waves, Gry Johansen, Westend, Jahn Teigen, Anita Skorgan, Bernadette, Guy Bonnet, Sweet Dreams. Aunque, por encima de todos estos, destacaron los repelentes Danijel y Carola Haggkvist, por el sadismo con el que se ensañaron y la manera en que humillaron a Remedios. Fueron los más sádicos y lo peor de entre lo peor.
Como ven, está claro que Remedios tenía toda la razón. En medio de todo aquello su canción no es que fuera inadecuada, es que era inadecuadísima. Muy surrealista, era una composición que hablaba de cabellos trenzados, ojos verdes que me miran, amores no correspondidos… Había que profundizar mucho en ella para entender algo, por lo cual los «inteligentes» europeos no comprendieron absolutamente nada de lo que vieron, y menos aún de lo que oyeron. Un tema de otro mundo, a pesar de que ella luchó a rabiar por salvarse, con ese brío y fuerza que caracterizan a las bailaoras. La dejaron tan sola y desnuda, que fue hasta obligada a pisar ascuas encendidas totalmente descalza.
Sólo dos alienígenas procedentes de otra galaxia, como dos ángeles del cielo que pasaban por allí, intentaron ayudarla y rescatarla, interpretando una canción rompedora, Rendez-vous. Esta actuación, saliéndose de todos los moldes, dejaba caer todo el peso del tema en la instrumentación y la orquesta. Como es lógico las alienígenas no hicieron nada de gracia, y acto seguido fueron convenientemente despellejadas y descuartizadas en vivo.
Dijo también el fantasma de Remedios en otra de sus apariciones públicas: «Y yo que no sé ná de francé ni de inglé, ni ná de ná, pues a mí me dejaron por allí apartá en un sitio, solica y monda, apartá de todo el mundo, me sentí rechazá por tos. Pero bueno, lo que sí es verdad es que yo, pues, con mucha alegría ¿no?, y con mucha ilusión ¿no?». Encima eso. ¡Qué canallas!
Para más inri, muchos de los espectadores, que asistieron gozosos desde sus casas a su pasión y muerte, se burlaban y reían de ella mientras comentaban: «Esa se ve que se ha perdido por ahí con la barca, y ahora no la encuentran para darle los votos».
Pero la sorpresa final fue que, mientras Satán sólo fue amonestado en el juicio que se les realizó, ella fue condenada a la pena máxima: Tras ser entregada al populacho para ser linchada, fue crucificada y, posteriormente, enterrada para la eternidad.
Este fue el triste y durísimo final de la corta existencia terrenal de nuestra protagonista. Hoy día, afortunadamente resucitada, disfruta de un éxito tremendo y su arte es bien reconocido allá en el paraíso. Pido desde aquí una oración, un credo, en homenaje a Remedios Amaya. No vendría nada mal que los responsables de esta web la colgasen en su página inicial, ya que puede servir muy bien para que los eurofans cien por cien creyentes encomienden a Dios a la infeliz incauta elegida este año por Lucifer para representarle, con esa especie de potaje titulado Say no sé qué. Que no le pase ná a la pobre.
La oración es la siguiente:
Creo en un solo Dios Padre todopoderoso,
Creador del teatro, el cine y la Música.
Creo en Remedios Amaya, su única Hija, nuestra Señora;
que fue concebida por obra y gracia del cante y el flamenco;
Diosa entre todas las diosas, Luz de Luz, engendrada, no creada;
que por nosotros, los eurofans, y por nuestra salvación
bajó del cielo, y por obra y gracia del Espíritu Santo
se encarnó en María Dolores Amaya Vega, y se hizo mujer;
y por nuestra causa fue crucificada en tiempos de Felipe González;
padeció y fue sepultada, y resucitó al décimoquinto año,
según muchos testigos, y subió al cielo, donde de vez en cuando
se pone a bailar y cantar teniendo un éxito tremendo;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a todos
los sinvergüenzas y canallas que la engañaron,
y su reino no tendrá fin.
Creo en la Música, que es muy variada y de muchos estilos.
Confieso que no hay perdón alguno para los pecados
cometidos por Satanás y sus compinches.
Espero la resurrección de los buenos cantantes ya muertos
y la buena música en el mundo futuro.
AMEN.
MEJORES ACTUACIONES DEL '83: 1º Mou Les (Christie); 2º Khay (Ofra Haza); 3º Rendez-vous (Pas de Deux); 4º ¿Quién maneja mi barca? (Remedios Amaya); 5º Esta balada que te dou (Armando Gama); 6º Rücksicht (Hoffmann & Hoffmann); 7º Per Lucia (Ricardo Foggli); 8ª Si la vie est cadeau (Corinne Hermès); 9º Io così no ci sto (Mariella Farré); 10º I Agapi akoma zi (Stavros & Constantina).
Mención especial para Ami Aspelund, y su Fantasiaa, más que nada por su exótico idioma, que parece también salido de otro mundo.
Nueva versión de ¿Quién maneja mi barca?, mucho más adecuada para llevarla al ESC hoy día. Con Remedios Amaya en la cámara de torturas:
Las dos alienígenas y su actuación, momentos antes de ser despellejadas y descuartizadas en vivo y en directo:
La mejor canción de 1983, el tema griego Mou Les (Me hablas), cantado por Christie:
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