CRUZA LA PASARELA
Queridos lectores, hoy doy por comenzada mi temporada eurovisiva, no por ningún anuncio oficial de la UER ni de TVE, sino por el estreno de Operación Triunfo 2017. Durante estos meses no hemos estado descansando ni mucho menos, La Elección Interna, sus entrevistas y todos sus contenidos relacionados han vuelto a eurovision-spain.com, hemos puesto en marcha algunas secciones y estamos ultimando otras, y ya estamos metidos de lleno en la organización de la ESPreParty 2018 con la que volveremos a traer Eurovisión a España los próximos 20 y 21 de abril. Nosotros estamos permanentemente en primavera.
Si hoy entro en temporada alta es por una mezcla de pasado y presente, por todo lo que OT ha significado para mi, y porque salvo una inesperada debacle y ruptura está más que clara la unión eurovisiva. El concurso, en su primera etapa en TVE, siempre ha estado vinculado al festival, de hecho su nacimiento se justificó como una preselección para ello. Su productora también ha estado muy ligada de una u otra forma al certamen, tanto en los especiales de Triunfomanía y derivados entre el 2002 y el 2004, como otras finales nacionales como la de 2011 o la elección interna de 2015, y numerosos guiños en casi todos sus programas.
La pública ni confirma ni desmiente sino que se limita a reconocer que es una de las vías que estudian y en las que llevan trabajando desde el pasado mes de junio. No obstante y como ya desvelamos en su momento, varios miembros de la directiva de Gestmusic, y algunas de sus caras más reconocibles como Ángel Llácer, ya estuvieron presentes en Estocolmo 2016 como observadores invitados por TVE, lo que hacía sospechar de algún plan o proyecto conjunto a corto o medio plazo. Salvo un batacazo de audiencias, poco previsible a juzgar por la expectación y el cuidado con el que se ha preparado el regreso, o una oferta de última hora que no se pueda rechazar, el trato está hecho.
Operación Triunfo resucita por segunda vez después de sus tres primeras ediciones en TVE y las cinco siguientes en Telecinco, y lo hace 16 años y un día después del estreno, y seis desde el final humillante e indigno que le dio Mediaset. Hoy desde la privada, en su habitual contraprogramación y juego sucio, han contratacado moviendo uno de sus buques insignia, La Que Se Avecina, para torpedear la reinauguración de la academia. El karma existe y ojalá los audímetros mañana dicten sentencia. Las redes ya lo han hecho y con razón.
Quizá suene ridículo o superficial pero este concurso me cambió la vida, me trae recuerdos con mi familia y amigos, descubrí muchos y muy buenos cantantes, y viví momentos inolvidables que, en cierta parte, me han traído hasta aquí convirtiéndome definitivamente en eurofan. En su momento apoyé a muchos triunfitos, y a algunos los sigo apoyando hoy en día, comprando su música, asistiendo a sus conciertos o compartiendo sus novedades. Quien sabe si hoy me enamoraré de una nueva Rosa, Verónica, Chenoa, Vega, Nika o Soraya, o quien sabe si esta noche descubriremos a los sucesores de David Bisbal, Manuel Carrasco o Pablo López.
Yo soy partidario de unir Operación Triunfo con Eurovisión o, mejor dicho, estoy a favor de cualquier opción siempre que se haga bien. No hay fórmulas mágicas para el éxito, ni tampoco formatos infalibles, todos los caminos llevan a Lisboa, pero en todos hay que trabajar con ilusión y dedicación. Numerosos países han apostado recientemente procesos de selección similares con buenos resultados, desde la victoria de Alemania en 2010, hasta algunos de los mejores resultados de Azerbaiyán, Bélgica o Israel en los últimos tiempos. También se ha puesto el ojo en artistas totalmente noveles o recién salidos de concursos parecidos, sin ir más lejos, los belgas Blanche y Loic Nottet. Incluso en el año 2015 el top 12 al completo salió de programas como Operación Triunfo y derivados. Por lo tanto y con estos antecedentes, la idea es buena, siempre que se haga bien.
TVE tiene una oportunidad de oro para resacirse de todos los males de los últimos años y recuperar el espíritu de antaño, Gestmusic para demostrar que es la productora número 1 en España y que ha aprendido la lección eurovisiva e, incluso, la jueza Mónica Naranjo por reconciliarse con el festival y sus seguidores que no merecíamos determinados desplantes y titulares. Parlem. O por lo menos que no sea por nosotros. Sea como fuere, desde nuestra posición solo pedirmos lo de siempre, trabajo y más trabajo. Solo así llegan las críticas positivas, los apoyos y la confianza, y los 12 puntos. Y tan ricamente.
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