Conchita Bautista, nuestra primera representante en 1961

La bella ciudad francesa de la Costa Azul, Cannes, reúne, por segunda vez, la sexta edición de Eurovisión el 18 de marzo, por haber ganado en el ’60 Jacqueline Boyer. Presentó Jacqueline Joubert, como en el ’59. El centro fue El Palais des Festivals, donde se entregaban cada año los famosos premios cinematográficos. Ya había […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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Conchita Bautista, nuestra primera representante en 1961

La bella ciudad francesa de la Costa Azul, Cannes, reúne, por segunda vez, la sexta edición de Eurovisión el 18 de marzo, por haber ganado en el ’60 Jacqueline Boyer.
Presentó Jacqueline Joubert, como en el ’59. El centro fue El Palais des Festivals, donde se entregaban cada año los famosos premios cinematográficos. Ya había un gran despliegue mediático, sobre todo por parte de las televisiones francesa, italiana, inglesa, alemana y monegasca. Se retransmitió para 50 millones de europeos, que ya era mucho para la época. Sólo en Francia hubo 8 millones de audiencia.
España, Finlandia y Yugoslavia se apuntan al carro eurovisivo por primera vez, sumándose así 16 países en competición: España, Mónaco, Austria, Finlandia, Yugoslavia, Holanda, Suecia, Alemania, Francia, Suiza, Bélgica, Noruega, Dinamarca, Luxemburgo, Reino Unido, e Italia.
Este año habían acreditados 160 jurados, diez por país, que daba cada uno un voto a su canción preferida. Se seguía con el sistema impuesto en 1957, que se cambiaría para 1962. Los miembros del jurado tenían que ser personas que no tuvieran nada que ver con el mundo de la canción, algo muy denostado siempre por los críticos musicales de todos los diarios europeos.
La expedición española fue muy corta, sólo acudió Federico Gallo, comentarista del Festival, Rafael Ferrer, que dirigió la orquesta y Conchita Bautista, la intérprete de Estando Contigo, compuesta por Augusto Algueró, que no pudo ir porque en esas fechas se casaba con Carmen Sevilla. En cierta forma su amiga Carmen Sevilla estuvo al lado de Concha, ya que el vestido que lució fue prestado por la actriz y cantante sevillana y llevaba mantilla incluida. La letra es de Antonio Guijarro. El tema se convirtió en un éxito de ventas en nuestro país, pero más por la versión que realizó Marisol para la película Un rayo de luz.
Una larga escalinata, con decorado romántico al fondo era el escenario que finalizaba en platea ante una gran orquesta de 43 profesores que tuvo como director a Franck Pourcel. Por ella bajó Conchita regalando arte español a cada peldaño, para ponerse a cantar con una voz un tanto aguda, si la comparamos con la que años después tenía. Lo cierto es que todavía era muy joven, 23 años. La presentadora, muy cordialmente, dio la bienvenida a España al actuar en primer lugar, pero también a Finlandia y Yugoslavia.
La verdad es que Conchita Bautista tuvo muchas ofertas después del Festival según crónica de Federico Gallo, por parte de la televisión belga, radio Hamburgo, radio Frankfurt y el Casino de Cassis en Francia, siendo considerada una vedette-folclórica estupenda. Volvió en el ’65 a Nápoles y entonces hablaremos un poco más de ella.

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