Bodas eurovisivas de postín

Como un cotilleo no oficial relataré algo sobre las primeras bodas de algunos cantantes que han salido en Eurovisión. Las primeras sólo, porque después vinieron los divorcios y otras bodas, que en algún caso coleccionaban como cromos, versus Karina o Massiel. Los escogidos son: Massiel, Raphael, Karina, Lulu, Salomé, Gigliola Cinquetti, Céline Dion, Julio Iglesias […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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Bodas eurovisivas de postín

Como un cotilleo no oficial relataré algo sobre las primeras bodas de algunos cantantes que han salido en Eurovisión. Las primeras sólo, porque después vinieron los divorcios y otras bodas, que en algún caso coleccionaban como cromos, versus Karina o Massiel.

Los escogidos son: Massiel, Raphael, Karina, Lulu, Salomé, Gigliola Cinquetti, Céline Dion, Julio Iglesias y Sandie Shaw. Y los elijo porque fueron bodorríos sonados en la prensa rosa y de sociedad en España. Personajes dispares, pero unidos por su intervención el Festival de Eurovisión.

El 20 de noviembre de 1969 se casó María de los Ángeles Felisa Santamaría Espinosa (Massiel) con el doctor, médico cirujano plástico, Luis Recatero Jiménez en la localidad madrileña de Alcobendas. Este señor antes había sido cantante, pero que alguien me diga dónde hay algún disco de él. La niña del “La, la, la y las chincillas” ya conocida como la “tanqueta de Leganitos”, barrio de su infancia donde su padre tenía la agencia artística, se casaba con pompa y glamour. Dejó atrás su “affair” con el empresario del cine José Frade, que levantó ampollas, sobre todo en su familia que nunca hubiera aceptado que la chica se uniera sentimentalmente a un señor que ya estaba casado. A su boda con Recatero fueron muchos artistas y personas de sociedad. Karina era una de las invitadas según nos confesó hace poco en el programa de Telecinco “Vivo cantando”. Pero fueron muchos más. La puerta de la Iglesia estaba a rebosar. A Massiel le duró poco su primer matrimonio. Si divorció en 1970 para irse a vivir sola, sola como mujer contestataria y dura, y es que al señor Recatero no le gustaba demasiado el mundo de la farándula. Después vinieron más maridos, como su canción “Lady veneno” “Yo tuve tres maridos…”, pero a ninguno envenenó gracias a Dios.

Rafael Martos (Raphael) sí se caso para lo bueno y para lo malo. Tras los momentos tan duros que ha vivido este año, le hemos visto junto a su esposa, la periodista Natalia Figueroa. Se casaron en Venecia el 14 de julio de 1972. Treinta y un años después siguen estando enamorados. Han tenido tres hijos y ya son abuelos. Uno de los chicos quiere ser cantante, como su padre, pero con otro estilo, claro. Raphael es inimitable, a pesar de ser muy imitado por los cómicos de nuestro país. Las portadas se llenaron del evento y es que Raphael estaba en pleno éxito internacional, además de unirse a una niña bien, hija de una de las familias de la “créme” madrileña, conocida también en la prensa rosa. Ella dejó su carrera como periodista para dedicarse a llevar los asuntos artísticos de su esposo y estar siempre al lado, no detrás.

El primer marido de Karina fue Tony Luz, autor que escribió el tema “En un mundo nuevo” con el que fue segunda en Eurovisión ’71. Se casaron en marzo de 1973. Llenaron portadas porque ambos eran muy conocidos por el público y además era algo que se esperaba ya desde que fueron a Eurovisión, y es que los periodistas de la época no paraban de preguntar: ¿y la boda para cuando?. Fueron los siempre eternos novios, ya lo eran en 1967, pero al casarse se abrió el melón de la desdicha y Karina se cansó de la vida en común muy pronto, y miren que Tony era un chico guapetón y estaba también en el mundo del “artisteo”, en fin. Después vinieron más bodas, su primera hija, Azahara, que tuvo con Carlos Díaz en abril de 1982. Lo siguiente, salvando el nacimiento de su hija Rocío con el “peluquero glamouroso”, ha sido un rosario de escándalos tirando a lo amarillento que la hizo separarse de su carrera cómo cantante de una forma penosa. Bueno, a ella ya la apearon del carro discográfico a inicios de los ochenta, de algo había que vivir.

Lulu (Marie McDonald McLaughlin Lawrie) se casó con Maurice Gibb, componente del conjunto Bee Gees, en febrero de 1969. Los dos vistieron de blanco el día de su boda, según prensa de la época. Justo después fue a Eurovisión con el “Boom bang a bang” y ganó el primer premio junto a Salomé, Frida Boccara y Lenny Kuhr. Su marido la acompañó y estuvieron en Madrid, Torremolinos y Palma de Mallorca, en la gira pagada por el Ministerio de Información y Turismo de Fraga para diversión de todas las delegaciones invitadas al Festival. Según Uribarri, que retransmitió el Festival para TVE, “Lulu se iría a las Bahamas de luna de miel”. Aunque ella confesó para La Vanguardia que “si ganaba sus planes de luna de miel podían cambiar por motivos profesionales”. Eso después de haber “españoleado” un poco por nuestro país. En unas fotos para Hola de 29 de marzo de 1969 sale paseando por Madrid con su flamante y famoso esposo. Incluso se hizo una foto con mantilla y abanico. Eran felices pero su matrimonio duró poco. Quizá por pertenecer a la misma profesión o por los problemas que Maurice tenía con el alcohol y las drogas, que han sido las que al final arruinaron su salud. La cuestión es que se divorciaron en mayo de 1973. Se comentaba que él era de carácter muy apacible y ella un torbellino. Fue una sorpresa para Maurice que estaba muy enamorado de Lulu. Comentó para el Hola de 5 de mayo de 1973 que “Lulu me dijo que había dejado de quererme… Desde luego cada día se halla más interesada en su propia carrera. Desea agradar a todos los públicos. Quiere cantar. Todo parece deberse al hecho de que nos hacemos mayores…deseo distraerme porque me encuentro muy aturdido”. Se sentía mayor sin haber llegado a los treinta. Trágicas palabras del artista que quedó destrozado tras la separación y le llevó a refugiarse sólo en su carrera, muy productiva en los setenta. Falleció a principios de este año, según dicen todavía recordando a su gran amor, Lulu.

La otra ganadora de Eurovisión ’69 por España fue Salomé (María Rosa Marco Poquet). Se casó tras el Festival a finales de 1969. De ese matrimonio nació un niño, a principios de 1973. Además de dedicarse a la canción Salomé se cultivó en lo sucesivo. Hizo dos carreras universitarias, una de ellas Medicina. Dejó el mundo de la canción cuando tuvo a su hijo porque además reconoció que era un mundo que le hastiaba. Estaba cansada después de más diez años de profesión. Años en que no paró de cosechar éxitos, pero que con la nueva década se vieron cada vez más separados. Con todo no dejó del todo el mundo de la canción porque grabó muchos discos de sardanas, en honor a su tierra, Cataluña. Se fue de Madrid a Valencia y allí sigue, más dedicada al mundo de la televisión que de la canción. Eso sí, siempre que es requerida para hablar de Eurovisión ella va, y es que ya se han pasado esos años en que sonrojaba un poco el tema.

En cuanto a Gigliola Cinquetti, después del Festival del ’74, donde quedó en segundo lugar detrás el grupo ABBA, siguió triunfando en Europa. Fue número uno algunas semanas en el Reino Unido con “Sí”. Se casó el 13 de abril 1979 con el periodista italiano Luciano Teodori, en la basílica de Santo Stefano de Verona, en el más puro secreto. No sé por qué, en fin, ya sí tenía edad para amar. Siempre ha sido muy reacia a hablar de su vida privada. Ya tuvo un romance sonado con un estudiante Derecho llamado Vittorio Selmo en 1969 y que sólo duró dos años debido a que él se oponía un poco a la ajetreada vida artística de Gigliola, en pleno éxito comercial en Europa. Estuvo muy seguida por la prensa rosa italiana, francesa y española casi siempre, cubriendo portadas sonadas en Italia. Es quizá uno de los personajes más conocidos de ese país. En el ’79 grabó otro LP de gran éxito en nuestro país titulado “Quien habrá inventado a este hombre” ¿se referiría a Luciano, su esposo? Con él tuvo dos hijos, Giovanni y Constantino nacidos en 1980 y 1984 respectivamente. Su vida estaba entre Roma y Verona, su ciudad natal, la cual nunca ha querido abandonar para las cosas importantes, como su boda y nacimiento de sus hijos. Sólo abandonó su carrera cuando estuvo embaraza y mientras sus hijos eran muy pequeños, pero enseguida retomaba el trabajo con programas de televisión, telefilmes o nuevas y constantes participaciones en la Canzonissima o el Festival de San Remo, como presentadora o intérprete. En el ’91 presentó el Festival de Eurovisión en Roma junto a Toto Cutugno –ganador por Italia del ‘90- A sus 55 años sigue estando en plena forma. Ha mantenido una imagen y estilo intacto, de una elegancia extrema.

La carrera artística de Cèline Dion pareció pararse momentáneamente tras Eurovisión, igual que le pasó a ABBA. Fue escalando puestos en la música en Europa poco a poco hasta que llegó a los Estados Unidos de la mano de su mánager, productor y marido. Fue el multimillonario y excéntrico René Angellil el que la subió a lo más alto de la popularidad. Ella era un diamante en bruto que había que pulir y lo consiguió. Fue su pygmalión. ¿Quién reconoce a Céline Dion de 1988 a 1998?. Se casó con él el 17 de diciembre de 1994. La boda se estilo oriental, sin reparar en gastos. René es de origen sirio y se casaron por el rito de la Iglesia católica melkita griega. Viven en una mansión en una isla cercana la ciudad canadiense de Montreal. Este hombre llenó de diamantes a su joven esposa. La diferencia de edad era evidente. Céline se casó con 26 años y él hacía tiempo había pasado la cincuentena. Pero no todo fueron días felices. La salud de René empeoraba y un cáncer le estaba haciendo mella. Con todo, y bajo un control médico estricto y el cariño de su esposa ha ido superando la enfermedad y se mantiene más o menos bien. Ella ya era la estrella que siempre deseo ser y él un señor muy feliz. Les faltaba un hijo, que tuvieron que procrearlo por inseminación artificial y nació el 25 de enero de 2001 en la clínica Western Hospital de Palm Beach en Florida. Le pusieron René-Charles y será heredero de una gran fortuna.

Otro que destacó muchos años después de su intervención el Festival de Eurovisión a escala internacional fue el cantante madrileño de origen gallego llamado Julio Iglesias de la Cueva, Julio Iglesias a secas en el mundo artístico. Fue a Eurovisión en 1970, y cómo si este show diera ganas de casarse, cómo Massiel, Salomé, Jaime Morey o Sergio y Estibaliz lo hizo poco después. La escogida fue Isabel Preysler, chica filipina, algo tímida, aunque la profesión iba por dentro y esta señora esperaba mucho de la vida, cómo así ha sido. Se casaron en Illescas, provincia de Toledo, el 20 de enero de 1971. Fue un acontecimiento social de envergadura. Pero su historia fue más conocida en la prensa rosa por su divorcio a finales de los setenta después de haber tenido tres hijos, Chabelita, Julio José y Enrique. Y todos han seguido la estela de megastars como sus progenitores. Tanto Julio Iglesias como Isabel Preysler han rehecho sus vidas con otras parejas y han seguido procreando una especie de clan muy glamouroso. Pero “eso es ya otra historia” como decía un personaje de Wilder en “Irma la Dulce”.

Y para acabar la boda de Sandie Shaw (Sandra Goodrich de nombre real) con Jeff Banks que también se casaron en secreto, como Gigliola, y después de haber salido en Eurovisión ’67. Ella ya conocía a Jeff cuando ganó en Viena, pero según la mánager de esta, Eve Taylor, lo mantuvo oculto porque a él el mundo del colorín no le apasionaba y a ella no le gustaba que se aireara su vida privada. Con todo, fueron muy fotografiados en la prensa rosa de la época. Escogieron una triste oficina de registros del barrio de Greenwich en Londres a principios de 1968 y dos porteros les sirvieron de testigos, porque no quisieron que el tema trascendiera a la prensa. De hecho no invitaron a nadie a su boda. Se fueron a vivir a un apartamento amplio pero sin pretensiones cómo decía un artículo e Lecturas de 11 de mayo de 1968. Jeff era un diseñador de modas, ¿le haría el traje para Eurovisión?, y tenía un negocio para mayoristas junto a su socio Tony Harly. De ahí crearon una cadena de boutiques que se expandieron por once países y ganaron dinero como locos. Después se hizo diseñador de interiores, de lo más chic. Dijo de ella en un reportaje de Lecturas antes mencionado “La primera vez que me encontré con Sandie fue cuando Tony –su socio- y yo fuimos a discutir con su mánager para que Sandie nos comprase una colección de vestidos”. Sandie y Jeff iniciaron relaciones que parecían comerciales, aunque se veían a solas manteniendo su pasión amorosa bien oculta, tanto que ni sus más allegados lo sabían. Una mañana se presentaron en el trabajo diciendo que se habían casado y todos se quedaron boquiabiertos. Tuvieron su primer hijo, una ñiña, Grace, en 1971.

Como hemos visto, todas las historias son distintas y merecedoras de hacer un serial que se titulase, “Bodas eurovisivas”, que tendría un gran tirón comercial a modo de culebrón para eso de las cuatro y cuarto de la tarde. A ver si alguien se anima.

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