Bosnia y Herzegovina, en colapso e inminente baja de Eurovisión

Bosnia y Herzegovina renunciaba a la 62ª edición de Eurovisión en Ucrania el pasado mes de diciembre, y hará lo mismo en estas próximas semanas con la futura 63ª competición en Portugal. La BHRT mantiene un litigio abierto con la UER por una deuda que oscila hasta los 20 millones de euros con el ente europeo y, desde el año pasado, la corporación bosnia se encuentra en colapso, con la necesidad de dotarse de un sistema de financiación que le permita mantener su ejercicio regular de radiodifusión. Sin embargo, la creciente fragmentación política en el país y la inacción del Parlamento bosnio han enquistado esta situación crítica, que convertiría a la república balcánica en el único estado de Europa sin servicio público de radiotelevisión.

La reunión del 13 de junio ha servido a las autoridades de Bosnia y Herzegovina, a través de varios profesionales y expertos de la comunicación, organizaciones internacionales y la sociedad civil bosnia, para discutir sobre unas posibles salidas a la crisis de medios del país. La recaudación de los fondos a partir del cánon televisivo ya no es suficiente para la BHRT. Solo la mitad de los ciudadanos pagan este impuesto. Mientras, sobre la mesa continúa la propuesta que gravaría los derechos de licencia sobre los operadores de telecomunicaciones como recurso para la emisora bosnia. No obstante, el gobierno de la nación aún no ha logrado alcanzar un acuerdo sobre la financiación a largo plazo de la emisora pública.

Tras la Asamblea General de la UER del 8 de diciembre de 2016 entraba en vigor el tercer paquete de sanciones a Bosnia y Herzegovina, que dejaba al país sin los contenidos de la red europea, una decisión motivada después de varios toques de atención desde el organismo europeo al primer ministro bosnio Denis Zvizdic. La responsable de la delegación bosnia en Eurovisión, Leila Babovic, confirmaba el pasado septiembre que el certamen se había convertido “en un juguete caro y difícil de sufragar”, por lo que recurría al tiempo y a la política, “quizás debamos detenernos por una temporada”, “cuando tengamos ingresos suficientes, entonces participaremos en eventos de gran escala”, sentenciaba la directora.