El Festival de 2018 sigue su curso viento en popa después de la celebración del sorteo de las semifinales. En la pasada entrada ya analizamos un poco la distribución de los bombos y su utilidad, pues así se separan países afines. Pero no solo se repartieron las semifinales, sino que también se decidió en qué mitad participaría cada país. Por motivos de programación sÍ es interesante para un país conocer qué semifinales debe retransmitir obligatoriamente, pero, ¿por qué se sortea también en qué mitad actuará?
MITAD DE CORAZÓN…
Aunque es una obviedad, vamos a aclararlo. Cada semifinal se divide en dos mitades: la primera con la primera mitad de países y la segunda con la última mitad de países. La decisión del reparto en semifinales puede deberse a una creencia bastante extendida: «Los países de la segunda mitad obtienen mejores puestos que los de la primera». Esta teoría en realidad es una extensión de otra más conocida: «Cuanto más tarde se actúe, mejor será la posición final».
El análisis de posiciones da para mucho. En este artículo nos introduciremos un poco en él y analizaremos si influye de verdad estar en la primera o en la segunda mitad de las semifinales.
…Y MITAD DE MATEMÁTICAS
Para hacer este análisis he recopilado los datos desde las semifinales de 2010, cuando empezó a tenerse en cuenta esta división por mitades. Vosotros mismos podéis calcular la suma de puestos de cada mitad en cada semifinal desde 2010. En esta tabla os lo resumo (entre paréntesis, el número de países en esa mitad):
AÑO | 1ª SEMIFINAL | 2ª SEMIFINAL |
1ª MITAD | 2ª MITAD | 1ª MITAD | 2ª MITAD |
2017 | 75 (9) | 96 (9) | 84 (9) | 87 (9) |
2016 | 82 (9) | 89 (9) | 91 (9) | 80 (9) |
2015 | 74 (8) | 62 (8) | 86 (8) | 67 (9) |
2014 | 69 (8) | 67 (8) | 64 (7) | 56 (8) |
2013 | 65 (8) | 71 (8) | 76 (8) | 77 (9) |
2012 | 88 (9) | 83 (9) | 98 (9) | 73 (9) |
2011 | 111 (10) | 79 (9) | 90 (9) | 100 (10) |
2010 | 88 (8) | 65 (9) | 68 (8) | 85 (9) |
Cuando nos preguntamos si los países de una mitad quedan mejor o peor que los de la otra, una posibilidad es pensar cómo de frecuente es que esto pueda ocurrir.
Por ejemplo, supón que tenemos una urna con 18 bolas numeradas del 1 al 18. Ahora sacamos 9 bolas al azar, sin meter las que habíamos sacado, al estilo de la Primitiva o el Euromillones. Sumamos los ocho números y lo anotamos. Si repetimos este proceso muchas (pero que muchas) veces, iremos comprobando qué probabilidades hay de obtener cada suma de 9 bolas. El resultado será una distribución de frecuencias como la que muestra el gráfico de abajo (después de 10.000 repeticiones).
Obviamente el valor más bajo (45) y el más alto (126) son los menos frecuentes, mientras que los valores centrales son más probables puesto que hay más formas de obtenerlos. Por lo general, en estadística se suele decir que una probabilidad inferior al 5% puede considerarse un hecho signficativamente distinto de lo normal. Otros niveles usuales son el 10%, menos estricto, o el 1%, más exigente.
Ahora vamos a fijarnos en la primera semifinal de 2017. Esta semifinal tenía 18 participantes y se dividió en dos mitades de 9, que es justo el ejemplo que tenemos en el gráfico. La suma de puestos de la primera mitad es 75. Este valor deja a su izquierda el 18,99% de probabilidad y a su derecha el 81,01%. En ningún caso vemos una cifra inferior al 10%, por tanto, este valor no es atípico y no podemos decir que los de la primera mitad tuvieran un resultado anómalo en la primera semifinal de 2017.
Si repetimos este proceso en todas las mitades desde 2010, de las 32 mitades, solo en 3 se perciben resultados anómalos: 1ª mitad semifinal 2 2015, y las dos mitades de la semifinal 1 2010. En los tres casos se cumple nuestra hipótesis al 10% de que los países de la primera mitad quedan peor que los de la segunda. Nunca se ha dado un caso al contrario.
En resumen, hay algunas evidencias débiles de que efectivamente los países de la primera mitad quedan peor que los de la segunda, y viceversa.
Estos efectos se diluyen si analizamos años y no semifinales individualmente. Para ello habría que hacer el mismo proceso, solo que ahora tendríamos dos urnas (en el caso de semifinales idénticas como en 2016 o 2017 basta con hacer la media de la suma de las posiciones). Si lo hacemos, estas diferencias que veíamos antes desaparecen: en ningún año las primeras mitades tuvieron posiciones significativamente distintas de las segundas mitades. El siguiente gráfico es un resumen de este análisis. Solo en 2017 los países de la primera mitad quedaron mejor globalmente que los de la segunda, pero nunca hubo diferencias significativas.
¿Y qué pasa si sumamos todas las primeras mitades de todos estos años y la comparamos con la suma de todas las segundas mitades de todos los años? Pues el resultado sigue siendo el mismo: no hay evidencias de que las posiciones sean diferentes en global. El siguiente gráfico recopila la frecuencia de puestos según la mitad de origen. En términos absolutos la segunda mitad acumula mejores puestos que la primera, pero no podemos decir que esta diferencia sea realmente importante.
En resumen, parece que el estar en la primera o en la segunda mitad de las semifinales no es un hecho relevante salvo en contadas ocasiones, aislados los demás factores. Estos análisis se pueden extender mucho más: ¿es el jurado o el público más sensible al reparto de mitades?, ¿ocurre lo mismo en las finales?, ¿es más bien una cuestión de posición exacta y no de mitades? Aquí estaremos para ir dando respuesta a estos interrogantes. Mientras tanto, los semifinalistas pueden respirar tranquilos… sobre todo los de la segunda mitad.
¡EXTRA! ¡NUEVA VERSIÓN DEL SIMULADOR DE VOTACIONES!
El simulador que publicábamos al comienzo de este blog mejora para que podáis seguir haciendo simulaciones sobre los resultados de Eurovisión.
Además de renovar su apariencia y estructura, se han añadido dos nuevas opciones. En primer lugar se han incluido los datos de la final de 2017, de forma que ahora podréis probar los diferentes métodos y comprobar si Salvador Sobral habría salido airoso en todos ellos o si Manel Navarro habría podido evitar el último puesto con algún sistema alternativo. La opción “personalizado” sigue estando disponible para que podáis probar vuestros propios métodos.
En segundo lugar he añadido dos nuevos sistemas: el utilizado por la Fórmula 1, que se caracteriza por una gran diferencia entre los puntos del primer y segundo clasificado, y otro sistema por escalones inspirado en el que nos ofreció uno de los lectores del blog.
Ya puedes jugar con él en la sección multimedia de la web, aquí. Esperamos vuestros comentarios, que son el alimento para que el simulador siga evolucionando y mejorando. ¡A jugar!
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